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“El fútbol argentino es un desastre y la Selección es la consecuencia”

El DT que hizo brillar a Huracán y fue ayudante de campo de Menotti y de Valdano, hoy reside en Madrid, donde comenta fútbol. Dice que el nuestro es un fútbol “tramposo en el que nunca se investiga nada”. Y responsabiliza a los dirigentes.

Por Alejandro Magdaleno
| 04 de junio de 2018

Ángel Cappa mira el fútbol, piensa el fútbol y tomó decisiones en el mundo del fútbol con lirismo porque lo que expresa lo hace con emociones pero, sobre todo, con pensamientos.

 

Defensor del juego bonito, patentado como “tiki-tiki”, el último gran equipo que dirigió y quedó en la memoria colectiva del futbolero argentino fue el Huracán del torneo Clausura 2009. Y tal vez tenga más resonancia porque logró un idilio con los hinchas pese a no ser campeón.

 

A los 71 años, el DT está radicado en Madrid, donde comenta fútbol para la cadena radial Onda Cero, a la espera de entregar su aporte en palabras e ideas en el Mundial de Rusia. “Ganar es lo más importante de todo pero no es lo único. Reducir a ganar todo lo que significa el fútbol como generador de emociones es miserable. Hay gente que se refiere a mí y dice: ‘Este no ganó nada’… ¿Cómo que no?, gané alguna vez como todo el mundo, sin embargo lo que viví en Huracán es incomparable”, sentencia Ángel, quien como DT fue campeón dos veces: en 2002 con Universitario de Deportes de Perú, y en 2005 con Mamelodi Sundowns de Sudáfrica.

 

Cappa fue ayudante de campo de la Selección Argentina de César Luis Menotti en el Mundial de España 1982 y luego en Barcelona. También fue segundo de Jorge Valdano en Tenerife y Real Madrid. Como cabeza de grupo dirigió a Banfield, club en el que se estrenó con el buzo de DT, además de Huracán, Racing, River y Gimnasia La Plata, en Argentina; Las Palmas y Tenerife, en España; Atlante, en México; Sundowns, en Sudáfrica; Universidad de Deportes y Universidad de San Martín, en Perú, donde en 2012 le puso fin a su carrera de entrenador.

 

“Mi turno de dirigir ya terminó. La mayoría de los jugadores que tuve son entrenadores hoy, es el turno de ellos; desde Esmerado (Temperley) a Domínguez (Colón), los Mellizos Barros Schelotto (Boca) y Gallardo (River)”, dice Ángel en diálogo telefónico con “Cooltura”, desde Madrid, y rotula su gusto por el fútbol, el de ahora y el de siempre: “En el mundo la diferencia de Guardiola con los demás entrena dores es abismal, en defensa del buen fútbol. Después hay buenos entrenadores”.

 

Abre el abanico histórico: “Dos aportes muy importantes del fútbol mundial de la historia contemporánea fueron (el holandés) Rinus Michels y Menotti, pero también hubo otros aportes muy valiosos como el brasileño Telé Santana y Johan Cruyff, por ejemplo. Y más atrás Renato Cesarini, Carlos Peucelle y Adolfo Pedernera, gente que dejó cosas muy valiosas para el fútbol argentino”, sostiene Cappa.

 

El tono amable de Angelito va mutando a bronca, cuando se mete en la piel del fútbol argentino. “Clasificamos al Mundial y tapamos todo, pero si en vez de Ecuador, en el último partido tocaba otro equipo con posibilidades y Argentina no ganaba, estábamos afuera y se hubiera destapado todo el desastre; pero como Messi hizo tres goles y entramos, el desastre queda para otro día. Pero los desastres están ahí, presentes”, remarca Ángel.

 

En el amistoso de la Selección con el 6-1 abajo ante España, está el ejemplo: “Lo que pasó es la consecuencia de una serie de despropósitos que hay en el fútbol argentino, explotó el desorden que hay, es una consecuencia casi lógica… tres entrenadores (Martino, Bauza y Sampaoli) en una ronda clasificatoria, tres ideas distintas, un auténtico desastre, ante un equipo que tiene las cosas claras y las ideas definidas hace tiempo”.

 

Cappa no le da vueltas al asunto, lo define: “El origen del desastre es la parte de los dirigentes, el manejo del fútbol argentino. Veamos lo que ocurre en Alemania y en España, donde todas las selecciones juegan de la misma manera y aparecen jugadores jóvenes como Isco, Marco Asensio, Saúl y tantos otros chicos que juegan así desde la sub 17. Pero cuando uno ve cómo se encuentra Argentina, es cualquier cosa, es ver si los jugadores nos salvan este partido y si nos salvan el siguiente partido. Pero no hay proyecto, ni idea, ni interés; Argentina es un fútbol para vender jugadores nada más. Miremos al pibe Lautaro Martínez, empieza a jugar bien y ya está vendido; eso es el fútbol argentino, una vidriera para vender jugadores”.

 

El bahiense se detiene y analiza desde el Mundial de Brasil 2014, con Alejandro Sabella como DT, hasta el presente: “Desde el resultado es un éxito perder dos finales sudamericanas por penales (ante Chile) y perder 1-0 la final del Mundial (con Alemania), en un partido que se pudo haber ganado. Desde el resultado es muy importante, pero detrás de eso ¿qué hay?… detrás de eso no hay nada, hay un desastre”.

 

Y acelera en su enojo sin fronteras: “Vamos a confiar en Messi, vamos a confiar en Agüero para ver si podemos ganar la primera ronda del Mundial y después vamos a rezar y ver qué pasa. Porque Argentina efectivamente es capaz de ganarle a cualquiera porque los jugadores son muy competitivos y puede hacer un buen papel en Rusia”.

 

A ese descontrol lo ejemplifica con la claridad de siempre. “Cómo estaremos que tanto Caballero como Romero son arqueros suplentes en sus equipos, y nosotros estamos viendo quién juega de los dos. Son buenos arqueros, pero no son Fillol o Gatti, son suplentes. Caballero tiene 36 años y debuta ahora en la Selección Argentina, son cosas que más o menos te indican que no hay nada claro, no sabemos qué trole hay que tomar para seguir. Supongo que hay arqueros en Argentina, allá se ven a diario”, la tira al pasar sin entrar en detalle sobre Franco Armani, el “1” de River.

 

Pensando en el armado del equipo de Jorge Sampaoli, Cappa tiene una idea muy formada, pero cree que no es lo esencial: “Es opinable quién juega y en qué posición, por ejemplo no pondría a Rojo de central si está Mascherano ahí, pero eso es del entrenador y es la última parte, es un detalle pero no la causa del desastre. A la causa hay que buscarla más allá, hay que buscarla que Argentina juega una cosa en la sub 17, otra en la sub 20 y otra en la Selección mayor, hasta ahora es así. Lautaro Martínez debutó en la Selección cuando ya España le había hecho cinco goles. Todo un desastre”.

 

Cappa, habituado a las ideas firmes, redobla la apuesta como el ex futbolista, entrenador y actual periodista: “Estoy dolido pero no le quito la ficha a la Selección para ganar el campeonato. En el anterior Mundial le ganamos a Irán (1-0) en el último suspiro con una jugada de Messi, y después jugamos de igual a igual con Alemania y perdimos la final por esos detalles que tiene el fútbol. No le quito la ficha, pero eso no tendría que ocultar el desbarajuste, todo el caos que es el fútbol argentino”, insiste.

 

Una carrera en la cancha

 

Como futbolista, Cappa se inició en el club Villa Mitre e hizo toda su carrera profesional en Olimpo de Bahía Blanca, su ciudad natal. Fue volante central durante trece temporadas.

 

Ahora, ya no en el centro de la cancha pero sí en el centro del análisis, observa el desequilibrio que hay afuera: “En Argentina jugamos campeonatos cortos, largos o larguísimos; campeonatos con promedio y sin promedio; es un desastre absoluto, pero de hace rato, de hace mucho tiempo. Es un fútbol corrupto, tramposo, nadie investiga nunca nada, entonces no nos podemos asombrar”.

 

Lo de “fútbol corrupto” abre el capítulo de aquella final de su Huracán y Vélez, en Liniers. Al “Globo” con el empate le alcanzaba para ser campeón. Domínguez hizo un gol lícito de cabeza y lo anularon por supuesta posición adelantada.

 

Después Monzón le atajó un penal a López. Más tarde Larrivey le metió una plancha a Monzón, arquero del equipo de Cappa, y el árbitro Gabriel Brazenas dejó seguir, Maxi Moralez tomó la pelota y la cambió por el que sería el gol del título.

 

“No fue el primer caso ni el último, después siguieron los casos sospechosos. ¿Alguna vez se investigó algo en Argentina? Jamás”, pregunta y al mismo tiempo responde Cappa.

 

Luego cuenta detalles de aquel pospartido: “Fue gente de Huracán a la AFA y dijo ‘acá tenemos los indicios, investiguen…’ y le dijeron ‘no’. En Italia se investigó y descendió la Juventus, comprobaron que arregló partidos. En España se está investigando arreglos de partidos, pero en Argentina nunca se investiga nada. Te duele, pero no te sorprende”. Larrivey declaró que aquella jugada había sido falta suya contra el arquero de Huracán. Y Brazenas, tras ese partido no arbitró nunca más.

 

“Las comparaciones no tienen sentido, no se vive de las comparaciones. En este momento el mejor jugador es Messi y Messi se sienta en la mesa con Pelé, con Maradona, con Distéfano y con todos los grandes de la historia. ¿Si es el mejor? Yo no lo sé ¿Quién era mejor, Borges o Cortázar? Depende del gusto… disfrutémoslo”.

 

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