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Hacen mucho más que combatir la "Mosca"

Además de prestar servicio en 21 mil viviendas, están dispuestos a plantar frutales y dividir las zonas de producción. Piden que todos los que tengan este tipo de árboles se inscriban.

Por Magdalena Strongoli
| 08 de julio de 2018
21 mil domicilios son los que el Programa Mosca de los Frutos tiene registrados.

El Programa de la Mosca de los Frutos trabaja desde 2008. La iniciativa surge a raíz de la necesidad de recuperar la cultura frutihortícola que en algunas zonas de la provincia se habían perdido producto de la enfermedad que afecta a la producción de frutales la mosca del Mediterráneo. Combatir la patología requiere de tareas que van más allá de la pulverización con insecticidas de las plantas. Poda, limpieza de los alrededores, capacitaciones y protocolos de trabajo son algunas de las prácticas que el programa ha implementado en el último tiempo. Además, como parte de un proyecto más ambicioso se proponen producir los árboles en San Luis y comenzar a sectorizar zonas de producción. 

 

 

Juan Lavandeira es el jefe del Programa Forestal y Frutihortícola del que depende la Mosca de los Frutos. Junto con él está Nazareno Perroni quien maneja las cuadrillas que según un calendario propio y a la base de datos de inscriptos, salen por distintas zonas de San Luis, para realizar algunas de las tantas labores que tienen asignadas. Además el experimentado ingeniero Carlos Guinle, presta asesoramiento técnico para las novedades que se presentarán en el programa.

 

Hace pocos meses atrás el organismo provincial certificó nuevamente con Normas ISO de Calidad 9001/2015. Según explicó Lavandeira son la primera repartición pública que lo hace. Además, el funcionario consideró que por la tarea que realizan y los materiales que utilizan los protocolos de la norma, resultan muy útiles. De esa manera pueden evitar accidentes de trabajo y una buena llegada a cada hogar. "Además de nuestros controles internos, la norma ISO, prevé controles anuales que nos permite conocer nuestros puntos flojos para mejorarlos. En esa instancia se ve entre otros, los trabajos que hacen las cuadrillas en cada caso. Desde el trato que se le da al vecino hasta la forma en la que se aplica el insecticida", detalló Lavandeira.   

 

"Alrededor de 260 personas trabajan en las cuadrillas de pulverización y trampas que se colocan en todos los espacios en donde hay frutales". También nos ocupamos de las barreras sanitarias que están ubicadas en Desaguadero y Justo Daract", dijo y anunció que están "proyectadas más barreras. Una en el límite con Vizcacheras y otras dos en La Punilla". 

 

"Trabajamos con un equipo de forestación de frutales  que desde hace cuatro años, siembra de esos árboles en los distintos barrios que la provincia inaugura. La última la hicimos en el barrio Pin Pin, lugar en el que recientemente entregaron casas a 70 familias de Villa Mercedes. Además cuando encontramos árboles muy añejos vamos y los reemplazamos por nuevos", contó el funcionario quien destacó que por cada casa se plantan uno o dos árboles y que para aquellos que muestran vocación productiva se los ayuda con alguna planta más siempre se tiene en cuenta el espacio con el que cuentan. 

 




"En los casos de los beneficiarios que reciben frutales son inscriptos en nuestros registros pero para hacer tareas en los domicilios, de prevención y mantenimiento, es preciso que se inscriban. El tiempo que demora el árbol en dar frutos es de dos años. Luego de ese tiempo, si han sobrevivido y nos han informado de su interés por cuidar la especie, comenzamos con las labores culturales y las pulverizaciones.

 

Como se puede apreciar  se trata de una tarea que sienta sus bases en la ayuda social", destacó Lavandeira mientras miraba en su cuaderno los temas apuntados sobre lo que se hace en su área. 

 

"En la actualidad los frutales se compran pero con la reciente incorporación del técnico, Carlos Guinle, empezamos a trabajar en lo que será la producción propia en los distintos viveros que tenemos en Santa Rosa del Conlara, Quines, La Toma, San Luis y Villa Mercedes. Esos árboles calculamos que para 2020 podrán ser plantados", detalló Lavandeira al tiempo que el técnico agregó que "el proceso es lento. Nos demanda un año hacer el pie, que es la parte baja del árbol. Luego viene injertar. Ese proceso en total nos llevará dos años momento en el que vamos a comenzar a plantar. Para probar comenzaremos con 5.000 variedades de frutales y así poder conocer cuáles son las que mejor se adaptan a San Luis".

 

"La producción de frutales es una novedad. Nunca se hizo en San Luis. En teoría bajo cubierta es posible hacer cualquier clase de árbol de frutos", dijo Guinle a manera de adelanto de qué sistema usarán para hacer las plantas. Lavandeira agregó que una de las tantas funciones que tiene el programa "es fomentar la fruticultura domiciliaria" y contribuir con la buena alimentación.

 

Otra de las novedades que vienen de la mano del ingeniero Guinle está vinculada no solo a devolverle a San Luis la producción de frutales, sino también comenzar a sectorizar su desarrollo. "La cultura frutícola está en algunos sectores de la provincia. Esos nichos son los que vamos a desarrollar y además agregar nuevos lugares a medida que se hagan las tareas de investigación que nos permitan conocer qué frutales funcionan mejor", contó el profesional, quien destacó que esas investigaciones quedarán como parte del patrimonio de la provincia y servirán para las próximas generaciones. Además, Lavandeira indicó que esas zonas podrían llegar a ser "Luján con sus cítricos y Leandro N. Alem con durazneros. No queremos que cualquier especie esté en cualquier lugar por desconocimiento. Aspiramos a desarrollar el potencial frutícola de cada ciudad", contó y dio otro ejemplo: "Los frutos secos por excelencia se dan en Los Comechingones y en las Sierras Chicas de San Luis". 

 

El trabajo de pulverización para evitar el ataque de la Mosca de los Frutos sufrió modificaciones en cuanto al tipo de insecticida que se usa. "Ahora tenemos Flipper a base de spinosad, un insecticida de origen natural, que según el prospecto puede colocarse en plantaciones de tipo orgánicas", explicó Perroni, quien agregó que Flipper solo sirve para combatir a la Mosca del Mediterráneo. "Es un atrayente que por contacto espanta al insecto, se usa cuando el fruto está por florecer en el árbol". La nueva disposición, aseguró Lavandeira, obligó a las cuadrillas a cambiar su forma de trabajo. "Antes cada 30 días pasábamos por los domicilios. Ahora solo vamos en el momento en el que el fruto madura".

 

En toda la provincia se contabilizan 21 mil hogares que tienen en sus espacios verdes al menos dos árboles con frutas, que generalmente son durazneros, perales o algún cítrico. Para saber cuál es el momento de hacer las aplicaciones, las cuadrillas se manejan a través de un "calendario de hospederos", que indica en qué momento una determinada especie está por florecer. "Las cuadrillas están divididas por sectores y a través del sistema podemos saber cuándo pasar y qué labores se requieren en cada domicilio. Por eso dividimos las tareas en una vuelta corta para pulverizar y otra más larga en la que se hacen tareas culturales vitales para evitar la aparición del insecto y otras plagas en la planta", detalló, y agregó que se trata de podas correctivas, trampas caseras y asesoramiento y limpieza de los alrededores, en donde puede permanecer la larva que luego se hará mosca y atacará a la fruta.

 

Una novedad, que además es un servicio para los vecinos, es contemplar otras enfermedades que puedan surgir en las plantas. La revista El Campo vivió la experiencia de ver cómo la gente recibe a las cuadrillas, a los que llaman familiarmente "los chicos de la Mosca". Tienen confianza para consultarlos sobre sus jardines y de esa manera se informan si es posible el asesoramiento y la solución del problema. "Como solo nos ocupamos de la Mosca del Mediterráneo, cuando los operarios detectan algún otro inconveniente existe la posibilidad de tomar muestras, que son analizadas por un laboratorio especial que tenemos siempre preparado. Una vez que obtenemos los resultados, vamos y le damos una solución casera al vecino", contó Lavandeira.



"Pintón" se pone el frutal cuando está vulnerable a ser atacado por la "mosca". Tener ese dato hace más eficiente el trabajo en cuanto a tiempo e insumos. "Para prevenir enfermedades y plagas en esas especies realizamos una capacitación permanente. Son los mismos brigadistas los que cada vez que van a los domicilios asesoran a los dueños para que sepan qué hacer en cada caso", contó Guinle, a lo que Lavandeira agregó que esas mismas cuadrillas "van a las escuelas de su zona para transmitir esos conocimientos a los niños. Además de charlas, también se les da herramientas. Y por supuesto, educamos de manera permanente a nuestros trabajadores", añadió. El jefe del programa  dijo que después de cada encuentro les regalan y plantan cuatro frutales a cada establecimiento que visitan. A los empleados del programa, conocer de poda de árboles y de mejoras para que den buenos frutos les sirve como una salida laboral. Tal es el caso de Daniel Sosa, de la cuadrilla que se ocupa de la zona sur de la ciudad, que cuando deja sus tareas en el Ministerio sale a hacer trabajos de jardinería por su cuenta.   

 

Finalmente lo que el programa busca es que los árboles den alimentos. En este caso frutas para consumo familiar. "El equipo de capacitaciones está de manera permanente con actividades relacionadas a las podas de las especies frutales, a temas relacionados con la seguridad y la higiene en el trabajo, como una manera de cuidar a los operarios y evitar así accidentes. También saber cómo se hacen las aplicaciones efectivas del insecticida. Además, como las cuadrillas están en permanente contacto con los vecinos, para nosotros resulta fundamental que sepan cómo tratarlos. Ellos entran a la casa de esa gente. Hay cosas que deben saber para no molestar a las familias mientras hacen su trabajo", detalló Lavandeira. 

 

Si bien la cultura frutícola sanluiseña no es de las más destacadas, hay algunos pequeños productores que cultivan olivos y vides con mucha pasión. "En esos casos, para productores que tienen hasta 400 plantas, la Ley Frutícola ayuda con el reintegro de hasta el 80 por ciento de la inversión. La misión del Programa de la Mosca de los Frutos es dar una ayuda social", reiteró el funcionario. 

 

"Calculamos que en la provincia hay entre 10 y 12 mil domicilios que no están inscriptos. Por eso hemos lanzado una campaña de difusión para que conozcan el beneficio que el Estado provincial brinda de manera gratuita, con el servicio del cuidado de los frutales para una producción con buenos rendimientos", contó, y agregó que la mayoría de las personas que tienen frutales no conocen ni cómo tratarlos, ni que el Ministerio cuida cada árbol para evitar el establecimiento de la Mosca de los Frutos y permitir una buena producción con la ayuda de las podas. Para ser parte del programa como beneficiario basta con completar el formulario que esta el página web del Ministerio de Medio Ambiente, Campo y Producción. 

 

Es muy importante que la provincia consiga registrar a todos aquellos que tengan un frutal ya que -explicaron los técnicos- "si trabajamos en un árbol y el del vecino está contaminado, lo más probable es que termine por enfermar a todos aquellos que están cerca. Cuando la cuadrilla detecta que hay frutales cerca, se acercan a los dueños para anotarlos. Siempre buscamos sumar nuevos beneficiarios", contó Lavandeira.        

 

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