Inti Anti San Luis, invitó a todos los amigos a participar de un trekking en las proximidades de Estancia Grande, con el objetivo principal de llegar a la cumbre del Cerro Quijadas de aproximadamente 1.680 metros sobre el nivel del mar, y aprovechar la oportunidad para festejar el Día del Amigo.
El Cerro Quijadas tiene aproximadamente 1.680 metros de altura.
Todas las personas que eligieron esta manera poco habitual de festejar al estilo místico Inti Anti, suspendieron sus asados, las invitaciones nocturnas y se acostaron temprano la noche anterior. Sabían que debían estar en óptimas condiciones para la invitación dominical de Inti Anti, sabiendo que los esperaba una jornada llena de esfuerzo físico, de contacto con la naturaleza, de alegrías compartidas, y de mucha adrenalina.
A las 7 en el Puente Favaloro, se hicieron las correspondientes inscripciones de rigor y aproximadamente media hora más tarde partía una multitudinaria caravana de autos, con destino a Estancia Grande.
Al llegar a la iglesia de la pujante localidad turística, los esperaban los amigos de Villa Mercedes, Merlo, Río Cuarto y Santa Rosa entre otros, y todos juntos recorrieron unos tres kilómetros de tierra en excelente estado, para dejar los automóviles y prepararse para el inicio de la caminata.
Hubo una charla previa para explicar detalles técnicos de la caminata y a las 9 la denominada “marcha de la alegría” se puso en movimiento. Unas 90 personas llenas de expectativas comenzaron a ascender por las majestuosas sendas serranas.
El sol empezaba a calentar la hermosa mañana invernal, y se esperaba un día espectacular. Realmente la madre naturaleza les regaló un hermoso día de sol para que los intiantianos pudieran festejar su Día del Amigo con una jornada inolvidable.
Luego de unas tres horas de duro ascenso, acompañado por varios cóndores que eran testigos de este logro, llegaron a la cumbre del Cerro Quijadas, calculado en unos 1.680 metros de altura.
En ese lugar y en 2010, los intiantianos habían realizado una excursión similar y en una improvisada cruz, habían dejado un porta testimonio. El domingo, ese cuaderno fue bajado del lugar con todos los testimonios de quienes ascendieron en este período, prometiendo llevar otro.
Los abrazos llenos de emoción, los saludos, los mates y miles de fotos eran una constante en las dos horas que los 90 intiantianos permanecieron en el lugar.
La vista es espectacular, porque se pueden visualizar varios espejos de agua de la provincia de San Luis (La Florida, Paso de las Carretas, Potrero de los Funes, Cruz de Piedra, Saladillo, etc.). Varios cordones montañosos (Sierras del Rosario, El Morro, Comechingones), como también los distintos valles sembrados de diferentes colores.
Aproximadamente a las 14, se emprendió el descenso, todos juntos, para llegar al lugar donde habían dejado los autos. A eso de las 17, hicieron una clase de elongación, para aflojar los músculos después de tan intensa jornada, y cada uno de los participantes regresó a sus hogares.
Sin dudas que los límites son únicamente mentales, y como es una constante en los encuentros intiantianos, hay momentos que no son para entenderlos, sino solamente para sentirlos.
"En cada convocatoria, decenas de personas de distintos lugares, edades, estado físico, pero todos con la misma actitud, el mismo optimismo, la misma manera de ver la vida, se juntan para demostrar una vez más, que todo se puede lograr juntos", dijo el titular de la expedición.
Nada sucede por casualidad, sino que es consecuencia de una planificación, de un trabajo colectivo, constante y responsable en todo momento, pensando siempre en el bien común por sobre las individualidades.
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