Francisco se despidió de Sudamérica ante más de un millón de personas en Lima
El Papa condenó la corrupción “enferma” y denunció la presencia de "sobrantes humanos" en las periferias de las ciudades.
El papa Francisco cerró, este domingo, su visita a Chile y Perú con una durísima condena a la corrupción que "enferma" a la política de América Latina y una denuncia a los "sobrantes humanos" que se agolpan en las periferias de las ciudades.
Fue al celebrar una misa campal, en Lima, para más de un millón de personas, la última actividad de su visita de seis días a Sudamérica.
Así terminó uno de los viajes más difíciles de su pontificado, en el que debió poner el cuerpo a las críticas a la Iglesia chilena por casos de abusos. En Perú aprovechó para mandar mensajes a toda la región en defensa de los pueblos originarios y una fuerte condena a los femicidios y la corrupción.
"Hay excepciones pero, en general, (la política en América Latina) está más enferma que sana", dijo. "Gana una oposición y acusa al corruptor anterior", señaló Francisco. "No descuidemos eso -advirtió el papa argentino- porque si caemos en manos de personas que sólo entienden el lenguaje de la corrupción, estamos fritos".
En la homilía de su última misa Francisco denunció la miseria de las ciudades pobladas de "sobrantes humanos". "Hay un gran número de no ciudadanos, ciudadanos a medias o los sobrantes urbanos que están al borde de nuestros caminos, que van a vivir a las márgenes de nuestras ciudades sin condiciones necesarias para llevar una vida digna", dijo en Perú, antes de poner rumbo a Roma.
NA-Télam
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