El senador Claudio Poggi reapareció públicamente en Villa Mercedes el miércoles pasado. Llegó hasta el microcentro de la ciudad y entró en cada negocio para repartir folletos y promocionarse. Un grupo de militantes de su color político y un equipo de prensa propio lo seguían de cerca para capturar el contacto con la gente. Todo marchaba tranquilo hasta que en la esquina de Pedernera e Hipólito Yrigoyen irrumpieron varias mujeres en un auto que, con megáfono en mano, le hicieron sentir su descontento con el voto en contra a la despenalización del aborto.
"Estamos en presencia de un asesino. Cómplice de los genocidios de Estado. Las muertes por abortos clandestinos son femicidios de Estado. Es culpa y responsabilidad de los perejiles, perejiles en los úteros, perejiles en la plaza Pedernera", gritaron desde el auto las muchachas mientras flameaban el pañuelo verde.
El desconcierto de quienes lo acompañaban los paralizó. Ninguno supo qué hacer. El senador justo estaba grabando un video que debió ser interrumpido porque las palabras salían muy claras y fuertes del megáfono. Molestaban, hacían ruido, incomodaban.
Apenas pudieron reaccionar dos mujeres y un hombre un tanto agresivos que quisieron quitarles los pañuelos y el parlante, pero las chicas pusieron primera en el auto e iniciaron la huida. Todo quedó registrado en un video que una horas más tarde se viralizó.
Y es que el aborto clandestino sigue siendo una cuenta pendiente para muchas mujeres. Y una piedra en el zapato para varios senadores.
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