Cabañas cordobesas con amor por San Luis

La semana que pasó, bien se podría haber titulado como ‘San Luis, tierra de oportunidades’. Dos remates, uno en la capital y otro en Villa Mercedes, marcaron el tono de la ganadería, con cabañas cordobesas y bonaerenses exhibiendo su buena genética e intentando penetrar con fuerza en un mercado pujante como es el puntano, que cada vez apuesta más a la tecnología para mejorar sus índices de preñez y de destete, con buenos padres de plantel y vaquillonas que no le tienen nada que envidiar a las de la Pampa Húmeda.

Si a este combo se le suma que las ventas fueron más que interesantes, seguramente seguirán viniendo los productores de la provincia vecina y de otras, con fuerte tradición ganadera, a los remates que dan acá prestigiosas consignatarias como Ganadera del Sur y Ferialvarez, que fueron las encargadas durante los últimos días de llevar adelante los encuentros que encabezaron las cabañas El Porvenir y Estancia Bellamar, pero con una gran cantidad de invitadas tanto de Córdoba, como de Buenos Aires, pero también de San Luis, que aprovechó para colar su buena genética Angus y Hereford a través de La Benedicta y Don Bernardo, respectivamente.

En la jornada vivida en San Luis Feria, la tonada cordobesa marcó el ritmo, porque los organizadores llegaron desde la tierra del fernet. El Porvenir, de Rubén Macagno, viene hace nueve años apostando a esta provincia de la mano de la familia Abdallah. Su especialización es en Aberdeen Angus, pero desde hace cuatro le adosó una ‘pata’ Hereford con la presencia de su amigo Martín Borda, dueño de Los Algarrobos de Willys, una cabaña que apunta al Hereford con mucho éxito. Ambos son de General Cabrera y se mostraron entusiasmados con la ganadería puntana, ya que suelen cosechar buenos precios y algunos contactos que luego le sirven para ampliar su base de negocios aquí.

Los productores locales que van al remate ya saben con qué se van a encontrar: animales de tamaño moderado, que transmiten facilidad de parto, con buena genética incorporada a través de la inseminación artificial a tiempo fijo (IATF) y dos cabañeros que son liberales a la hora de bajar el martillo. “Venimos a vender, nos interesa introducir nuestros toros y vaquillonas en San Luis, no nos vamos a andar fijando por mil pesos más o menos. Pero tampoco es que hace falta, porque el productor de San Luis nos conoce y paga lo lógico por nuestra hacienda”, reconoció Borda, quien también maneja un centro genético llamado Bamboo, por lo que conoce a fondo el negocio de punta a punta.

La oferta total incluyó 37 toros y 125 vientres, entre preñados, con cría al pie y para servicio, con una buena variedad de las dos razas, que además fueron mezcladas en el orden de venta, lo que hizo del remate una jornada agradable, con ventas veloces y algunas tenidas interesantes, que pusieron de manifiesto que el estudio en los corrales había sido minucioso. 

Las condiciones comerciales ayudaron, porque a los 120 días libres con cheques diferidos que dieron los organizadores se le sumaron 30, 60 y hasta 90 días que ofreció Ganadera del Sur con el 5% de interés mensual. Además, las tarjetas rurales también agilizan las ventas y todas tienen algún beneficio porque la competencia es grande.

Los animales de las tres cabañas foráneas, porque a las de Macagno y Borda se sumó La Caterina, de la firma Mikito, se presentaron oficialmente libres de brucelosis y tuberculosis con certificación de Senasa. Además, los toros dieron negativo a tricomoniasis y campylobacteriosis y fueron evaluados para determinar su aptitud reproductiva, tanto en los aplomos, como en el desplazamiento, el perímetro y el tono testicular. Las hembras se vendieron paridas, con garantía de preñez por palpación rectal o ecografía y toda la hacienda salió vacunada contra carbunclo bacteridiano y con la totalidad de las clostridiales.

“Es un momento difícil de la ganadería, lo vengo diciendo remate tras remate, porque tenemos dos amenazas latentes. Por un lado la economía, que en lugar de mejorar sigue para abajo, con costos por las nubes y una inflación que quita poder de compra. Y por otro el clima, que vuelve a complicar con la sequía. Hay pocas pasturas, por eso nada mejor que invertir en genética en estos momentos”, aconsejó Muse Abdallah antes de darle lugar al martillo de Miguel Talano.

A diferencia de la mayoría de las subastas, en ésta no hubo un comienzo frío, todo lo contrario. Rápidamente Talano estableció el tono de los mejores Angus Puros Controlados de El Porvenir en los 60 mil pesos y por allí se fueron, o mejor dicho se quedaron en San Luis, ya que los compraron productores locales. Los Angus de La Caterina fueron más allá, con picos de 74 mil pesos y una compra conjunta de la firma La Invernada, también de San Luis. Hubo hijos de Mister Angus, Ruger, Brutal y West.

Como viene ocurriendo seguido este año, los colorados marcaron los precios máximos. Los ganaderos juran que es solo una cuestión de gustos, aunque un colega del periodismo rural le contó a este cronista una teoría que hizo circular un genetista del norte argentino: “Los colorados aguantan mejor los ataques de la garrapata sin caer en la tristeza bovina y además, la mosca elige a los negros para posarse porque se dio cuenta que en esos lomos se disimula más y no la atacan tanto los pájaros…”. ¿Será así? Lindo tema para el debate científico.

La primera sorpresa (agradable) llegó con el primer toro Hereford de Los Algarrobos que pisó la pista de San Luis Feria. La cabaña Don Eloy, un comprador habitual en cada subasta de Ganadera del Sur, se llevó un hijo de Edición II de 700 kilos y dos dientes por 80 mil pesos, despertando una sonrisa en Borda. El establecimiento ubicado en Fraga, con campo de cría en Chosmes, es uno de los mejores exponentes Hereford de San Luis y no duda en invertir cada vez que se presenta la oportunidad. El resto de los toros cordobeses se vendieron entre 60 y 65 mil pesos, con compradores variados, todos de San Luis, síntoma del interés por incorporar genética.

La primera tanda de la raza la cerró la cabaña Don Bernardo, de los hermanos Abrate, con tres hijos del famoso Saladillo, el toro insignia de Antiguas Estancias Don Roberto. Como acostumbran, uno de ellos (Rodolfo en este caso) salió a la pista con el trío, acompañado de su pequeño hijo Juan, quien ya está mostrando dotes de criador, fusta en mano. Les fue bien, dos ejemplares salieron por 60 mil pesos y el restante a 51 mil, toros bien pigmentados, de contextura moderada, acostumbrados a desplazarse en los duros campos del Departamento Belgrano, ya que los Abrate viven en el paraje Macho Muerto, sobre la ruta 146.

La segunda ronda de Aberdeen Angus ya no tuvo tanto éxito y Talano tuvo que sacar a relucir todos los argumentos que incorporó durante tantos años con el martillo en la mano. “Se van a poner tristes las vacas si no le tiran toros encima”, o “¡vamos muchachos, están pagando por esta genética lo mismo que por dos toros de descarte o cinco terneros!”. Lo cierto es que la platea se puso un poco más reticente y los valores cayeron un poco. Ahora comenzaron a venderse toros, inclusive los Puros de Pedigrí, entre 44 y 45 mil pesos los Angus, salvo otra vez unos colorados de La Caterina, también hijos de Brutal, que alcanzaron los 56 mil pesos.

Con los Hereford pasó lo mismo, el pico lo marcó un hijo de Edición II, que se fue para La Carolina a 50 mil pesos, el resto anduvo orillando los 45 mil, aún otros tres que ofrecieron los Abrate, hijos de Puntano y Tío Negro. Los muchachos igual cerraron un año fantástico, con un premio incluido en la Exposición Rural de San Luis, donde hicieron el mejor precio en Hereford. La evolución de la cabaña Don Bernardo es constante y un premio a tanto sacrificio en condiciones difíciles para la cría, mucho más para incorporar genética y armar un establecimiento de ese tipo.

 A la hora de las vaquillonas, como siempre, entran a tallar otros compradores. “Son las gallinas de los huevos de oro”, las define Talano, quien las vende con maestría lote a lote. Uno numeroso de siete ejemplares con cría al pie, todas coloradas, se fue a 15 mil pesos lo que pisa; y los otros dos de negras anduvieron cerca: $14.500. Muy buena hacienda de La Caterina, que sabe que con la apertura de las exportaciones esta categoría pisa fuerte y sus terneros mostraron mucha potencialidad. Las Hereford con cría al pie alcanzaron los $12.500 y los tres lotes que presentó la cabaña JB Caldenes, ubicada en el noroeste de Buenos Aires, terminaron en Villa Mercedes.

El cierre fue casi íntegro para la cabaña La Caterina, con excelentes vaquillonas Angus Puras de Pedigrí preñadas, parición de primavera (en realidad será entre fines de diciembre y principios de enero), que tuvieron mucha aceptación y un máximo de $25.500 tras buenas pujas entre los productores. Las Puras Controladas no le fueron en zaga, porque también alcanzaron valores por encima de los 24 mil, para conformidad de los cabañeros, que comprobaron que el viaje no fue en vano y que San Luis sigue siendo una gran plaza para extender su influencia.

“Teniendo en cuenta que el mercado de toros ya está saturado, y que empezó noviembre y pasaron muchos remates antes de éste, fueron precios dentro de lo esperado, incluso un poco superiores. En San Luis le están echando toros Angus colorados a las vaquillonas Hereford con buenos resultados, porque dan un animal que entra por los ojos. Sigue siendo una provincia pujante, con gran potencial”, aseguró Macagno en el cierre, mientras cerraba los números de las ventas. A su lado, Borda también aseguró estar “muy conforme” con el remate y sus resultados. “El Hereford no falla en San Luis, y nosotros confiamos en nuestro producto”, aseguró el cabañero cord