El precio de la papa está prisionero de la oferta

La pelea siempre es entre los que menos tienen. Los extremos en la cadena de comercialización siempre son los más débiles. Son frases comunes de escuchar, sobre todo en tiempos de crisis, cuando solo unos pocos consiguen ganar. Días pasados El Diario obtuvo información de que en las verdulerías la papa había aumentado en un periodo de no más de 15 días un 233 por ciento. Los comercios responsabilizaban a los problemas climáticos sufridos en las provincias del norte. Sin embargo en San Luis se produce el tubérculo, que sufrió los problemas tradicionales pero que estos momentos se encuentra con los preparativos de la nueva campaña.

En San Francisco del Monte de Oro está el Establecimiento Monte de Oro, que entre otras verduras produce una especie de papa que se la llama ‘del aire’.  Según explicó su dueño, Carlos Sánchez, no hay mucha diferencia en el precio de venta al público. Ellos participan de las Ferias de Pequeños y Mediano Productores, en dónde la última vez vendieron el kilo a 30 pesos, con una oferta de  dos kilos por 50 pesos.  "Ahora trabajamos en la cosecha para la próxima campaña. Hace un par de meses terminamos de recoger toda la producción que la terminamos de vender en las últimas semanas", explicó el productor, quien contó que un cajón con 18 kilos lo llegó a vender cerca de 300 pesos.

En cuanto a los costos, Sánchez detalló que en los meses de setiembre, octubre y noviembre de 2017 gastaron "cerca de 45 mil pesos para producir. Las semillas se llevaron unos 2.000, pesos mientras que en combustible calculamos unos tres mil quinientos pesos. “Otro gasto que solemos tener es el del riego que dentro de todo, nos resulta lo más barato. Se usa durante dos semanas, cuatro horas por día con lo que podemos mojar una parcela", explicó el productor, quien además hace dulces y conservas.  

Por su parte Kuki Álvarez, que siembra papa en la zona de Quines-Candelaria, confesó que el dólar los puso en aprietos en la campaña que pasó. Él hace de más de 20 años que trabaja en la siembra de la verdura tan consumida en Argentina y en países vecinos. Las ha visto casi todas y pasó por malos momentos, que pudo superar más por su pasión que por algún incentivo que haya llegado desde afuera.  Álvarez reafirmó que están realizando tareas de siembra y que "lo último se vendió a fines de setiembre y principios de octubre, por lo que acá no hemos tenido mayores problemas ni en la levantada ni en la venta. El conflicto está en otras de las regiones donde cultivan papa, Tucumán. Allí comenzaron la cosecha los primeros días de octubre. Al parecer las lluvias comenzaron por la misma época y prácticamente no han parado. Lo que les complicó mucho la tarea. El precio de la papa siempre se ha manejado por la teoría de oferta y demanda. En este caso la escases causó el terrible aumento para el consumidor", dijo el producto,r que vendió su producción a 100 pesos la bolsa de 22 kilos hace algunos meses atrás.

"Hace dos o tres años que venimos con precios muy bajos. Además nosotros, los productores de papa, pagamos los insumos en dólares pero siempre vendemos en pesos", comentó sobre la realidad de hacer el cultivo. "Para la próxima campaña de verano sembramos muy pocas hectáreas. En otros casos ni siquiera sembraron. Lo que más nos perjudicó fue la suba del dólar. Empezamos los trabajos con un precio de la moneda extranjera de 18 y terminamos con 42 pesos", detalló Kuki. 

"Te explico con una relación: para comprar una bolsa de semillas debíamos vender diez bolsas de papa. Ahora en la cosecha de diciembre el precio esperamos que mejore, pero no tendremos volúmenes. Yo sembré solo el 20 por ciento de la superficie total y hay colegas que no han completado ese número", explicó Álvarez.

"Entre San Luis y Córdoba se produce el 40 por ciento de lo que se consume a nivel nacional. En Villa Dolores están levantando algo que quedó, pero que aun no alcanza un tamaño ideal. Sin embargo para abastecer la demanda la sacan y la venden. Los ojos están puestos al norte del país, donde la humedad no deja trabajar a quienes de manera manual levantan el tubérculo.  Se calcula que en algunos casos los productores perdieron hasta el 50 por ciento de la producción y en algunos que perderán todo", aseguró el hombre que tiene contacto con todos los paperos del país y que conoce de primera mano la realidad que viven.

"Quienes hacen papa en esa zona esperan poder recuperarse con los precios de venta. Sin embargo, en Jujuy hay unos conocidos salteños que han invertido en algunas hectáreas y les está yendo muy bien, ya que allá no corrieron con la misma suerte y las lluvias fueron mucho más leves. Aún les queda trabajo por hacer y se sienten asustados de que pueda venirse el aguacero", explicó Álvarez, que pasó por Salta para intercambiar ideas para aplicar en la producción papera.

Kuki afirma que lo que quedó es la que se conoce como papa negra, un producto viejo muy difícil de vender. "A pesar de eso y porque no tienen alternativa, la gente la consume hasta que llegue la de mejor calidad", contó el productor como una forma de mostrar que la verdura  nunca pierde su clientela.

Que va y viene

Entre los sembradores se corría un rumor de que hubo un productor que pudo meter parte de su producción en mercados chilenos. De ser verdad, podría ser una buena salida a la realidad económica que enfrenta la patata, como la llaman en el vecino país.

Según confirmó Kuki una de las firmas que tiene su base central en Villa Dolores, Parmentier, tenía "un clavo" de papa industrial que por el precio del dólar los chilenos vinieron a buscar. "Pagaron 400 pesos la bolsa pero tuvieron otros gastos de 150 pesos. La papa era una lavada y cepillada de buena calidad. Lo único que fue un volumen muy pequeño. El 10 por ciento de la producción salió de la localidad cordobesa y el resto de Candelaria", explicó Álvarez que desmitificó haya sido un gran negocio para la empresa involucrada.