Terminó la 29º Fiesta de la dulzura

En la plaza Sobremonte la gente caminaba tranquila por sus veredas y calles, otros sentados en el pasto o los bancos disfrutaban de un hermoso día bajo el sol de la siesta merlina, mientras tomaban mate y comían alguna de las exquisiteces adquiridas en las carpas de productos dulces o salados que fueron instaladas en los alrededores del espacio verde. De fondo, la música folclórica y los niños que jugaban en los peloteros inflables, le dieron un encanto distinto a la 29ª Fiesta de la Dulzura, que este lunes cerró sus “puertas” hasta el próximo año.

Lucía Miranda, secretaria de Turismo y Cultura de la Municipalidad de la Villa turística, comentó que en la última jornada del encuentro ingresaron a la zona de la plaza más de 4 mil personas, quienes en su mayoría fueron turistas que llegaron expresamente a Merlo para participar de la fiesta, donde los productores exponen sus creaciones gastronómicas.

“El día más fuerte fue el domingo, aunque estuvo frío, ingresaron más de 5 mil personas, que disfrutaron de los espectáculos artísticos, en especial de la agrupación "Babel Orkesta", quienes hicieron bailar a todos los que estábamos en la plaza”, contó Miranda.

Según los cálculos de la secretaría en total, durante las tres jornadas, la fiesta fue visitada por unas 13 mil personas. “Estamos muy contentos por como resultó todo. Los productores nos manifestaron que tuvieron muy buenas ventas. El balance de la ocupación hotelera llegó al 78%, lo que implica que los que arribaron este fin de semana largo a Merlo, lo hicieron para asistir al encuentro”, dijo.

La mayoría de los viajeros llegaron del sur de Córdoba, San Juan, Mendoza y La Pampa, pero también destacó que hubo una fuerte afluencia de turismo interno, en especial de Villa Mercedes y San Luis.

En un recorrido por los distintos espacios de la expo, se pudo ver como grandes y chicos disfrutaban de ricas porciones de torta, chocolate en rama, alfajores y bombones de frutas o chocolate. Pero hubo algo que llamó mucho la atención de los niños: fue una cascada de chocolate donde los pequeños bañaban ricas brochetas de frutas o pinches de galletas o malvaviscos, más de uno, cuando escapaba de la mirada de sus padres, colocaba su pequeña mano bajo el chocolate y salía victorioso ante su hazaña. Para los que quisieron cortar con la dulzura, pudieron hacerlo en el sector saldado, donde había diferentes embutidos y quesos para comprar y comer en el lugar.