30°SAN LUIS - Jueves 28 de Marzo de 2024

30°SAN LUIS - Jueves 28 de Marzo de 2024

EN VIVO

"Tenía tres locales, pero cerré dos porque las ventas cayeron"

La crisis hizo que sus clientes sólo compren lo que consumirán en el día. "Mermó hasta el consumo de pollo", contó. 

Por redacción
| 30 de septiembre de 2018
Mercadito "Pelín". Marcelo en su negocio: "Hay menos consumo". Foto: Martín Gómez.

Marcelo Giménez es almacenero desde su adolescencia. Le gustó el comercio y por eso, cuando pudo, apostó por un almacén en el barrio Paseo del Cerro a pocos pasos de la parroquia San Luis Rey, al este de la capital puntana. Poco a poco su negocio creció y hasta pudo abrir dos sucursales: una en el barrio Eva Perón y otra en la zona de las rotondas, a la vera de la Vía del Peregrino. Todo iba bien en la venta de mercaderías, lácteos, carnes y verduras. Giménez hasta empleó gente y era habitual ver ofertas en sus almacenes.

 

Sin embargo, los problemas financieros del país comenzaron, San Luis no fue la excepción y esos sacudones generaron y provocan aún hoy el declive para el comerciante minorista. La caída en las ventas es estrepitosa, sobre todo en los barrios más humildes. Por eso Giménez se vio obligado a cerrar las persianas en dos de sus tres locales. Solo mantiene su negocio principal.

 

"Las ventas cayeron muchísimo. Hoy la gente compra para el día. No puede llevar más mercadería, cambió completamente sus costumbres y eso pasó porque simplemente no le alcanza el sueldo. Lo estiran todo lo que pueden, pero los precios suben y no hay caso", contó. "En cuanto a la carne cada vez la vendo menos. Está carísima, una media res hoy me cuesta, al gancho, 105 pesos el kilo. Y el consumo de pollo también mermó porque subió su costo. El panorama es muy complicado", señaló.

 

"Tuve que cerrar mis negocios de la Vía del Peregrino y el del Eva Perón porque allí el movimiento era mínimo, solo vendía alitas de pollo y algo de carne molida, o muy poca mercadería y los gastos eran enormes entre alquiler, luz e impuestos municipales. Me vi obligado a cerrar las puertas y solo me quedé con este negocio, pero acá es diferente. Estamos en otro barrio, con otro poder adquisitivo y en una avenida, con mayor paso de gente. Eso ayuda y me permite todavía aguantar, pero de todos modos noto que la gente lleva lo que consumirá ese día y nada más", señaló.

 

El dueño de "Mercadito Pelín", además de las ventas de contado o con tarjetas de débito, tenía clientes fieles a los que podría darles un fiado. Eran vecinos que siempre cumplían, pero eso también se terminó. "Está todo muy cuesta arriba. Hay gente a la que le cuesta subsistir y entonces nos pide un pequeño fiado, pero ya no puedo bancarlos. Tuve que cortar todas las pequeñas cuentas que tenían esos clientes conmigo. Les tuve que decir que no podía, es la verdad. Con la inflación que hay se hace muy complicado porque cuando voy al mayorista encuentro todo más caro. Solo mantuve un par de clientes, que ya son amigos. Pero a nadie más", reveló el comerciante.

 

Igualmente, Giménez mantiene la fe en que, con el tiempo, la mano cambie. "Hice las gestiones para el crédito 'San Luis Te Cuida'. Si bien no nos va a salvar, es una ayuda. Pienso que esa plata me puede ayudar a reactivar el negocio. Hay que pelearla", sostuvo.

 

"La gente ya no viene por la compra familiar"

 

Los problemas económicos no solo afectan al común de la gente, a Doña Rosa. También a los grandes mayoristas como Maxiconsumo, el gigantesco almacén que posee sucursales en casi todo el país, la situación actual lo complicó. En San Luis para la casa de alimentos el panorama es desalentador porque experimentaron los cambios de sus clientes: primero, a la par de los comerciantes pequeños y almaceneros, desembarcaron las familias para hacer su "pedido del mes". Pero hoy hasta eso se acabó.  Así lo reveló su gerente, Eduardo Luna, en diálogo con El Diario de la República.

 

"Las ventas bajaron muchísimo. Al menos un treinta por ciento y el futuro inmediato no es alentador porque nuestros proveedores no quieren adelantar ninguna lista de precios. Las tienen retenidas por la incertidumbre que hay. Lamentablemente hay muchas dudas sobre lo que puede pasar. Nosotros intentamos retener la fidelidad de nuestros clientes con distintas ofertas y promociones. Pero la caída de la venta al consumidor final, a la familia que solía venir a comprar su pedido del mes, se terminó", reveló.

 

El difícil momento no llegó de un día para el otro. Fue paulatino, pero desde hace semanas las ventas bajaron como en un tobogán.

 

"Agosto fue el peor mes desde que Maxiconsumo está en San Luis, el peor por lejos. Y setiembre viene muy flojo porque el almacenero o el comerciante que tiene autoservicio, que son nuestros clientes más constantes, sufren en carne propia esta crisis", agregó.

 

La compañía cuida la fidelidad de sus almaceneros. Los visitan para trabajar juntos e incentivar las ventas y en esas charlas surgió una conclusión que puede explicar la caída de las ventas. "Un cliente me dio, tal vez, la mejor reflexión. Para él la gente paga a rajatabla sus impuestos, que hoy son altísimos, y se priva de comprar comestibles", contó Luna.

 

Otro inconveniente para los mayoristas puntanos es la competencia feroz en la que viven ya que a la plaza sanluiseña desembarcaron mercados de provincias como San Juan y Mendoza. "Muchos llegaron a San Luis porque necesitan vender, en sus distritos el panorama es peor. Envían preventistas y luego distribuyen. La disminución del consumo afecta a todos en líneas generales. Nadie está a salvo y lo que viene es incierto", destacó el gerente.

 

"Aguanté el valor del corte todo lo que pude"

 

Entre tijeras, peines y espejos, Raúl Gómez le da forma y estilo a la cabeza de hombres y mujeres. En su peluquería de Rivadavia 464 atiende casi todo el día. Él también experimentó en carne propia los cambios de hábitos de los puntanos al caer la crisis y a la hora de ahorrar. Como todo buen peluquero, durante el corte charla con sus clientes y hace de psicólogo. Por ello conoce al dedillo los sobresaltos económicos de cada uno.

 

"La crisis comenzó a afectarnos hace un rato largo. En estos meses se siente mucho más, pero el puntano comenzó a recortar gastos desde hace un tiempo, y en ese recorte caigo yo, mi oficio o los que prestamos este tipo de servicios. Atravesamos un momento durísimo, porque, además de trabajar menos, hay que afrontar el pago del alquiler y los impuestos", contó Raúl.

 

"Personalmente decidí mantener el valor del corte todo lo que pude. Lo aguanté a 200 pesos por lo menos seis meses cuando muchos colegas estaban en 250. Lo pensé como una forma de pelear contra la caída del trabajo. Pero me funcionó a medias. Ahora tuve que actualizarlo. No me quedó otra", reveló con preocupación.

 

"Me negaba a subir el precio, hice esa apuesta y aguanté todo lo que pude. El problema es que subieron mucho los insumos y nuestras herramientas. En los cortes de mujeres, solo la tintura sale 300 pesos. A eso tenés que sumarle el polvo decolorante y el agua oxigenada además de nuestro trabajo. Trato de ajustarme al máximo para que la gente siga con su costumbre de venir a la peluquería", añadió Gómez.

 

"Me gustaría que haya un crédito para aquellos que prestamos esta clase de servicios. Me ayudaría a mejorar el local y a aguantar un poco más esta crisis durísima", valoró el estilista.

 

LA MEJOR OPCIÓN PARA VER NUESTROS CONTENIDOS
Suscribite a El Diario de la República y tendrás acceso primero y mejor para leer online el PDF de cada edición papel del diario, a nuestros suplementos y a los clasificados web sin moverte de tu casa

Suscribite a El Diario y tendrás acceso a la versión digital de todos nuestros productos y contenido exclusivo