14°SAN LUIS - Jueves 25 de Abril de 2024

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Tengo miedo de que me dejés

Muchas personas temen ser abandonadas. Por sus parejas, por sus hijos, por sus amigos, por sus clientes, etc. En realidad, todos los miedos que podemos experimentar esconden el temor al abandono.

 

En algunos casos, la persona fue abandonada en su niñez por uno o ambos padres; en otros, mamá y papá estaban físicamente presentes pero emocionalmente ausentes. Es decir, que no le brindaron el reconocimiento y la atención que toda criatura necesita. Como resultado, ese adulto vive con el miedo constante a perder a la gente que está a su alrededor.

 

¿Qué podemos hacer cuando sentimos miedo de ser abandonados?

 

  1. En primer lugar, como en cualquier otro temor que surja en nuestra vida, debemos admitir que tenemos miedo. Esto es fundamental porque es comenzar a perderle “el miedo al miedo”. Algunos intentan, por todos los medios posibles, reprimir o negar su miedo sin darse cuenta de que lo potencian aún más. Todos los seres humanos sentimos miedo y es perfectamente normal. Lo aconsejable en estos casos es atrevernos a mirar el miedo a la cara porque, al hacerlo, este se achica y acaba por desaparecer. Para vencer el miedo al abandono, hay que reconocerlo y ponerlo en palabras, aunque nos sintamos amenazados.
  2. 2. Una vez que lo hemos reconocido, tenemos que reemplazarlo por una emoción positiva. Lo ideal, cuando tememos que alguien se vaya de nuestra vida y no logramos sacarnos esa idea de la mente, es reemplazarla por una idea positiva. ¿Por qué? Porque los pensamientos positivos dan lugar a emociones positivas. No podemos controlar ni cambiar a otros, pero sí somos capaces de mantener el control de lo que entra en nuestra cabeza. Yo, y solo yo, decido qué pensar. Por ejemplo, si estoy obsesionado con la idea de que mi hijo o mi hija adolescente me va a abandonar, puedo elegir pensar que, en el futuro, voy a disfrutar hermosos momentos con él o ella y su propia familia, es decir, mi nuera o mi yerno y mis nietos.
  3. 3. Por último, para superar este y cualquier otro miedo, debemos aprender a confiar en nosotros mismos. Quien siente miedo y no lo puede controlar, por lo general, no confía en sus propias capacidades y es una persona dependiente. Muchos confían más en los otros que en sí mismos. Para aumentar la autoconfianza, explica el psicólogo Albert Bandura, es preciso reconocer nuestros puntos fuertes. Y la verdad es que todos los tenemos pero, a veces, por distintas circunstancias no podemos verlos. El miedo al abandono suele estar relacionado con la propia inseguridad. Por eso, aquel que cree en sí mismo podrá superar todos sus temores.

Para concluir, como dijimos, todo miedo se basa en el temor al abandono. Pero también existe algo que todos compartimos y anhelamos, independientemente de nuestra raza, condición social o creencia: el amor. Todos queremos amar y ser amados. Y es precisamente el amor lo único que puede derrotar el miedo tóxico para siempre. Esto es así porque se trata de su opuesto. Quien siente temor está necesitando amor. Pero la primera persona que puede darnos ese amor que necesitamos es uno mismo. Amándonos sanamente podemos dejar de tener miedo de ser abandonados.

 

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