Un tema digno de la ética periodística

The New York Times”, es considerado el diario más importante y prestigioso del mundo. Y a pesar de que con 1.000.000 de ejemplares por día, no figura entre los 10 primeros, de mayor circulación, la “Dama Gris”, como lo llaman respetuosamente, es la publicación periodística más representativa de la prensa de Estados Unidos.a

Ocurre que el Times, en 166 años de vida (fue fundado el 18 de setiembre de 1851) ganó 108 premios Pulitzer (el reconocimiento más anhelado a la labor periodística, en Estados Unidos). El primero de estos galardones, lo obtuvo en el año de su fundación, y el último en 2012. Es un diario que crea opinión y que muchos lectores, en todo el mundo, toman como referencia.

En las últimas horas, el Times “es noticia”, a raíz de una columna de opinión que además de enfurecer al presidente Donald Trump, abrió un intenso debate ético. El editorial, titulado: “Soy parte de la resistencia dentro del gobierno Trump”, se publicó bajo anonimato, y asegura que hay funcionarios dentro de la Casa Blanca que trabajan en secreto para bloquear la agenda del presidente, a quien el autor describe como “amoral e impulsivo”.

La publicación dejó sorprendida a la propia redacción del diario y generó miles de comentarios en las redes sociales. Ni siquiera el director de la redacción, Dean Baquet, fue informado del asunto antes de la publicación, siguiendo las reglas habituales de separación entre las páginas editoriales y las de información.

Se desconoce más de lo que se sabe, acerca de la génesis del texto. Un editor que supervisa las columnas de opinión del diario, dijo que el funcionario lo contactó hace varios días, a través de un intermediario, y que su identidad fue verificada.La redacción del diario otorga anonimato a las fuentes solo cuando siente que éstas corren peligro (físico, el peligro de perder el empleo, o el peligro de que su reputación sea arruinada).

“En el New York Times los periodistas están atónitos”, dijo a la revista Vanity Fair el editor de las páginas editoriales, James Bennet. “Es un bingo. Todo el mundo está tratando de averiguar quién es, incluida la oficina de Washington. Es una locura.Obviamente estoy muy preocupado con preservar el anonimato del autor, pero entiendo que los periodistas hagan su trabajo”, remarcó.

Las suspicacias se mezclan con la ética: mientras desde la Casa Blanca, el vicepresidente Mike Pence, el secretario de Estado Mike Pompeo y el director de inteligencia nacional Dan Coats, negaron tajantemente que sean los autores. Bennet sostuvo: “Nuestro trabajo no es publicar columnas de opinión que defiendan un argumento político u otro. Nuestro trabajo es publicar columnas que amplíen la comprensión del público sobre qué diablos está sucediendo, y creo que esta columna es una contribución significativa”.

Especialistas en ética periodística se preguntan si, legalmente, el acuerdo de confidencialidad negociado por la sección editorial se extiende a toda la redacción, y por ende si el autor puede demandar al diario en caso de que uno de sus periodistas revele su identidad. La respuesta no es clara aún.

La polémica se extiende de la política a la prensa. Sean Hannity, el conductor estrella de Fox News, el canal preferido de Trump, denunció la columna como “irresponsable” y “peligrosa”. Margaret Sullivan, columnista de medios del Washington Post, el rival histórico del Times, subrayó las dudas éticas e “inquietudes legales” que plantea el texto anónimo.

David Greenberg, profesor de periodismo, historia y medios de la Universidad de Rutgers, afirmó que la columna es una “contribución increíble” al conocimiento público. Y Trump atacó al “fracasado New York Times”, auguró su ruina en pocos años y deploró su “columna anónima, es decir, cobarde”.

Un tema digno de la ética periodística. Un tema digno de seguir.