La UNSL designó a los integrantes del Plan Nacional Contra el Hambre

El Rectorado de la UNSL designó a los representantes que integrarán el Plan Argentina contra el Hambre, impulsado por la nueva gestión del ejecutivo nacional encabezada por Alberto Fernández. La comitiva de la casa de estudios está conformada por la decana de la Facultad de Ciencias de la Salud (FCS), Ana María Garraza; la vicedecana, María Luján Correa; y la secretaria de Investigación y Posgrado de la Facultad de Ciencias Económicas y Jurídicas (FCEJS), Silvina Galetto.

La idea de participar con un equipo técnico surgió por una convocatoria del Consejo Interuniversitario Nacional (CIN), que ofreció a Nación la experiencia de las universidades nacionales en la elaboración de alimentos sociales, como también en logística, software y otros desarrollos para contribuir en la erradicación del hambre en el país.

"La idea es que conformemos un equipo para hacer el monitoreo,control y seguimiento del plan desde lo académico, la investigación y lo científico. Hay proyectos de investigación que pueden asesorar sobre alimentación que abarate los costos de la producción. En nuestra universidad tenemos el proyecto del pan proteico con los requerimientos nutricionales para una buena alimentación”, explicó Garraza, quien transita su segundo mandato en la FCS.

La designación del equipo técnico de la UNSL que colaborará en la lucha contra el hambre estuvo a cargo del rector, Víctor Moriñigo, quien hizo el anuncio durante la última sesión extraordinaria del Consejo Superior.

Argentina Contra el Hambre surgió tras la victoria a mitad de año del Frente de Todos en la Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO), pero fue oficializado como política de Estado por Alberto Fernández a los pocos días de asumir. El plan busca garantizar el derecho a la alimentación de los argentinos más castigados por las medidas económicas de la anterior gestión de Macri, que hicieron crecer el índice de pobreza en más del 40 por ciento.

Este mes comenzó a aplicarse en Concordia, Entre Ríos, con un presupuesto inicial de 60 mil millones de pesos, mientras que en marzo está previsto llegar con aportes de entre 4 mil y 6 mil pesos para los beneficiarios de todo el país de la Tarjeta Alimentaria, principalmente madres de 2 millones de chicos y chicas de bajos recursos.

"No es el plan del gobierno, ni de Alberto Fernández, es el plan de la Argentina. Sus dueños somos los argentinos de bien que no queremos que ninguno pase hambre", dijo el presidente durante la primera reunión del consejo, hace poco más de una semana.

Está previsto que las universidades, a través del CIN, se sumen al plan con sus propuestas para trabajar en conjunto con distintas cámaras empresariales, sindicatos, organizaciones sociales, iglesias y personalidades. La idea central es bajar el precio de la canasta básica,entregar la Tarjeta Alimentaria a los sectores sociales más vulnerables, sellar acuerdos multisectoriales y generar políticas de alimentos con las provincias.También incluye, por ejemplo, el desarrollo de software que le permita a la gente identificar en forma rápida dónde se venderán los productos y sus respectivos precios.

Entre las casas de estudio que ya presentaron sus propuestas a corto, mediano y largo plazo están las universidades nacionales de Quilmes (UNQ), de Hurlingham (UNAHUR), de Luján (UNLu), de José Clemente Paz (UNPAZ), de Avellaneda (UNdAv), Arturo Jauretche (UNAJ), del Comahue (UNComa), de Río Negro (UNRN) y de Moreno (UNM).

Uno de los proyectos es el Programa Supersopa, un artículo multivitamínico concentrado desarrollado por la UNQ, preparado a base de hortalizas, carne vacuna como fuente de proteínas, aporte calórico a través de materias primas grasas, más arroz.

Además, la UNLu cuenta con Yogurito, preparado con un probiótico láctico para los chicos en edad escolar que presentan déficit nutricional o que viven en condiciones medioambientales desfavorables.