16°SAN LUIS - Martes 23 de Abril de 2024

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El campo argentino, según lo que cuentan los números

Por quinto año consecutivo, FADA (Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina) lanzó su informe “El Campo Argentino en Números”. Este trabajo busca estimar el aporte social y económico que hace el sector a la economía nacional. Por un lado, el estudio releva el aporte en términos de empleo, exportaciones, PBI y recaudación tributaria. Por otro, lo innovador se deja ver en las “traducciones” que plantea el estudio, con comparaciones para poder dimensionar el aporte del campo argentino al desarrollo general del país. 

 

Empleo
Según este estudio, el campo genera de manera indirecta 2 de cada 10 puestos de trabajo privado, un total de 3,7 millones de empleos. Por ejemplo, si analizamos la producción de granos en la Argentina una parte se destina al agregado de valor interno y otra a la exportación. Si pensamos en términos del mercado externo el empleo que genera cada barco de granos sustenta a 110 familias argentinas.

Las cadenas agroalimentarias generan el 22% del empleo privado nacional. El eslabón primario es el mayor generador de empleo, seguido en importancia por el comercial.

Si se consideran los sectores primario e industrial de las cadenas agroalimentarias en su conjunto, las cadenas cárnicas y láctea (31%), las economías regionales (27%) y la agricultura pampeana (23%), generan el 81% del empleo en el agro.

 

Producto Bruto Interno
Las cadenas agroalimentarias producen 1 de cada 10 pesos del Producto Bruto Interno (directo). Esto es, el 9,92% del PBI argentino, o el 34% si se considera la participación sobre el PBI de bienes.

El sector primario es el mayor aportante, por sobre las manufacturas de origen agropecuaria (MOA). El aporte de 9,92% se distribuye en 6,10% y 3,82% respectivamente.

El Valor Bruto de Producción (VBP) como medida de la “facturación” es mayor en el sector de las manufacturas de origen agropecuario por sobre la producción primaria, mientras que si analizamos el Valor Agregado Bruto (VAB) el 61% proviene de la producción primaria (PP). 

El sector primario posee una relación del 54% entre VAB/VBP, lo que implica que los factores productivos tienen un mayor peso que los insumos, mientras que en el caso de las MOA sucede lo contrario, ya que la relación cae al 25%. Es decir, a nivel contable, el sector primario es el de mayor valor agregado.

 

Aporte tributario
Las cadenas agroalimentarias aportan 1 de cada 9 pesos de la recaudación tributaria de AFIP (directa). Es el equivalente al 10,6% de los impuestos considerados de AFIP.

El mayor aporte de las cadenas proviene de las manufacturas de origen agropecuario (61%) por sobre los productos primarios (39%). Si observamos por tipo de impuesto las cadenas agroalimentarias aportan principalmente en concepto de IVA, Derechos de Exportación (DEX), Contribuciones a la Seguridad Social (CSS) e Impuesto a las Ganancias, en dicho orden, explicando estos cuatro impuestos el 94% del aporte total. 

“Para reflejar los impactos indirectos de las cadenas agroalimentarias en la economía argentina se puede medir, por ejemplo, el aporte tributario de los fletes para el traslado de la producción de granos y carnes. Es así que se necesitan 4,8 millones de viajes para el traslado de los granos y carnes argentinas. Los fletes de carnes y granos aportaron 2.517 millones de dólares que se vuelcan a la economía (y generan empleo), más 950 millones de dólares en aporte tributario”, explica el economista David Miazzo. 

 

Exportaciones
Las exportaciones agroalimentarias y agroindustriales aportan 6 de cada 10 dólares de las ventas externas totales del país; el 59% de las exportaciones nacionales de bienes. 

Del total de dólares aportados, el 62% lo explican las manufacturas de origen agropecuario, el 37% los productos primarios y el 1% los insumos y maquinarias agrícolas. 

Las exportaciones de productos primarios tienen su origen principalmente en la zona pampeana, seguidas por el noroeste del país. En el caso de las manufacturas agropecuarias, también provienen principalmente de la zona pampeana, pero aquí el segundo lugar corresponde a la región de Cuyo.  

Si se analiza por complejo, el oleaginoso explica por sí solo el 45% de las exportaciones de las cadenas agroalimentarias y el 26% de las exportaciones totales, seguido en importancia por el cerealero y el de la carne bovina.

 

¿Qué pasó cuándo se bajaron los derechos de exportación?
El estudio de FADA expresa que el efecto que tiene un derecho de exportación sobre la producción de un bien es el de reducir su precio, y por la ley de oferta, su producción.

Por el contrario, cuando se reducen estas “retenciones”, mejora el precio que percibe el productor, esto desencadena incentivos a invertir más y producir más, por lo que el resultado termina siendo más producción, más actividad económica, más exportaciones y más empleo.

Cuando se produce más, ingresan más dólares y esos dólares contribuyen a atender los compromisos del país. Si algo queda claro de la corrida cambiaria de los últimos dos años y de, prácticamente, todas las crisis económicas del país es que el país necesita los dólares. Y los dólares los generan de manera genuina produciendo y exportando más. En caso contrario, el país los tiene que salir a pedir prestado, o debe incumplir sus obligaciones, tanto con los acreedores externos como con los propios argentinos. Es así que con los derechos de exportación se puede mejorar el resultado fiscal, pero al mismo tiempo se deteriora la balanza de pagos y la actividad económica, que son los caminos genuinos para que la Argentina crezca.

Según el informe de FADA, un primer impacto de bajar derechos de exportación, e impuestos en general, es que se genera un efecto de impulso a la producción. Comparando las cosechas 14/15, con derechos de exportación del 35% para soja, 23% para trigo y 20% para maíz; versus la campaña 18/19, con derechos de exportación (a noviembre) del 24,7% para soja, 6,7% para trigo y 6,7% para maíz; el área cultivada se incrementó en 2,4 millones de hectáreas.

El incremento de área sembrada se tradujo en más toneladas producidas. La producción de maíz creció en 23,2 millones de toneladas (+69%), la de trigo en 7,7 (+68%), la de girasol en 700.000 y la de maní en 300.000. Al mismo tiempo, la soja cayó 6,4 millones de toneladas, la cebada 900.000 y el sorgo 1,5 millón. En total, la producción creció 23,1 millones de toneladas.

Estos 23 millones de toneladas más que se produjeron significaron 3.097 millones de dólares más solo en 2019, con los mayores aportes positivos de maíz y trigo y negativos de soja y sorgo. Son más ingresos de divisas al país, más actividad económica y más empleo.

 

Fletes
En términos de fletes, las 23 millones de toneladas significaron que en 2019 se necesitaron 769.200 viajes más para trasladar la producción, por nombrar solo uno de los impactos de lo que significa producir más. Esa mayor producción significó un valor en fletes de 26.617 millones de pesos, lo que representó 10.809 millones de pesos en impuestos.

 

Empleo
Solo en el sector de transporte y logística se crearon 17.500 puestos de trabajo entre 2015 y 2018 (último dato disponible) ligados a la actividad de transporte y logística de las cadenas agroalimentarias y agroindustriales. Así, solo en este sector los puestos de trabajo relacionados a la carga agropecuaria significaron 279.680 puestos de trabajo en 2018, incluyendo asalariados registrados, asalariados no registrados y no asalariados (por ejemplo los camioneros cuentapropistas).

Si se estima para todas las cadenas agroalimentarias y agroindustriales se crearon 108.973 puestos de trabajo. Dentro de ese aumento de empleos algunos ejemplos: la actividad “servicios agrícolas” aportó la creación de 58.025 puestos de trabajo. En “la producción y procesamiento de carne y productos cárnicos” se crearon 8.117 puestos, y en la “elaboración de productos de molinería” otros 3.804 nuevos puestos de trabajo, entre otras áreas que sumaron empleos.

 

Fiscal
Siguiendo con la comparación de campañas, en la 14/15 con más derechos de exportación y en la 18/19 con menos por cada peso que se redujeron los derechos de exportación el Estado recuperó de manera automática por el impuesto a las ganancias y el impuesto a los créditos y débitos bancarios el 51,3% en soja, el 92,4% en maíz y el 88,7% en trigo.

Además, por cada 1% que bajaron los impuestos, por efecto de la baja de derechos de exportación, subieron 16,78% las hectáreas cultivadas con maíz y 9,94% las que ocupó el trigo. 

En cuanto a la recaudación fiscal global, por cada dólar que el Estado dejó de recaudar de manera directa aumentó en 2,22 dólares el valor de la producción.

 

Inversión
En el caso de la maquinaria agrícola, si se comparan los primeros tres trimestres de 2019 versus los primeros tres de 2015, el incremento en las ventas fue del 81,4% . Por el lado del consumo de fertilizantes, entre 2014 y 2018 se produjo un incremento del 37,9% .

 

Sustentabilidad
Con la reducción de retenciones, en la campaña 18/19 la rotación de cultivos mejoró, ya que la relación soja/maíz alcanzó un guarismo de 1,88. En otras palabras, en un lote promedio hubo dos años soja y un año maíz. En cambio en la campaña 14/15 la relación soja/maíz fue de 3,28, es decir, que hubo soja durante tres años y un solo año maíz.

 

Precios
En este contexto, el precio FOB real de la soja está en los niveles más bajos de la última década. Utilizando dólares constantes de septiembre de 2019, ajustado por IPC de Estados Unidos, el precio de la tonelada de soja de 347 dólares de septiembre es un 44,5% más bajo en términos reales que el de marzo de 2014, o 28,2% más bajo que el de septiembre de 2009.

 

Los efectos regionales
Si tomamos como ejemplo lo sucedido en el Departamento Río Cuarto (Córdoba) la producción creció en 1.267.905 toneladas entre las campañas 14/15 y 18/19. Con el principal incremento registrado en el maíz, que aumentó en 1.806.207 toneladas.

Otro cálculo que se puede hacer es cuánto significan los derechos de exportación para toda la producción de soja, maíz y trigo del Departamento Río Cuarto, con un valor de 1.442 millones de dólares. Por cada 5% de alícuota de derechos de exportación para estos tres cultivos salen de la región 72 millones de dólares, un aproximado de 4.327 millones de pesos. Para tener una referencia, el presupuesto aprobado para el año 2019 de la municipalidad de Río Cuarto fue de 4.221 millones de pesos.

 


 

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