Lo encarcelaron por agredir a su pareja y lesionar a dos mujeres policía

El juez Contravencional y Correccional Santiago Ortiz entendió que no fue la primera vez que Juan Eduardo Albornoz incurría en un hecho de violencia familiar y que ahora, ante un nuevo y grave episodio, fue necesario aplicar una medida para proteger a las víctimas y evitar que el hombre siga delinquiendo. Por eso lo procesó y envió al penal este viernes a la mañana, luego de que fuera detenido el sábado pasado por agredir a su pareja y lesionas a dos mujeres policía en el pueblo de Bagual.

Albornoz, de 39 años, fue procesado por “atentado a la autoridad agravado en concurso real con el delito lesiones leves agravadas” en perjuicio de la auxiliar de policía Tamara Bustos y de la alférez Lucía Pérez.

El sábado 20 de abril a las dos y media de la madrugada, los policías de guardia en la Comisaría 20ª de Nueva Galia recibieron un llamado telefónico del Centro de Operaciones de la ciudad de San Luis, donde les informaban que habían recibido un alerta por un caso de violencia de género en la población de Bagual, 30 kilómetros al oeste de Nueva Galia.

Los efectivos policiales viajaron en el móvil 1-872 y al llegar a la casa indicada se asomó una mujer con un bebé en brazos y con la cara enrojecida por llanto. Olga Ruiz trató de convencerlos de que todo estaba bien, pero Albornoz apareció por detrás de ella y la metió nuevamente a la vivienda tomándola de los hombros.

Los efectivos trataron de calmarlo, pero el agresor “salió del lumbral y le tiró un golpe de puño a un efectivo femenino, logró impactarla en un codo y la hizo caer al piso, el cual es de cemento, contra el cual se golpeó el rostro”, consignó en su informe el policía que estuvo a cargo del procedimiento.

El comisario mayor Roberto Molina, jefe de la Regional IV, indicó que la lesionada fue la auxiliar Tamara Bustos. “También golpeó y lesionó, aunque en forma leve, a la alférez Lucía Pérez”, dijo.

La furia del hombre no se circunscribió sólo al personal femenino, sino que también alcanzó a los auxiliares Pablo Mansilla y Pablo Bustos. Al final, la comisión policial logró reducirlo y tumbarlo en el piso, donde lo esposaron.