Femisondeos: análisis con otra perspectiva

El año electoral exigió a los candidatos amoldarse a los tiempos que corren y fue casi imposible escaparle a la agenda de género. La gran mayoría debió pronunciarse sobre sus opiniones de acuerdo a las leyes en pos de la igualdad de género y de derechos para las mujeres. Quien no lo hizo terminó jugando en “off side”, ajeno a las nuevas reglas.

En la agrupación Economía Femini(s)ta crearon un dispositivo llamado Feminindex, que permitió “medir” el compromiso de los candidatos con los temas de género. Lo armaron por primera vez en las elecciones pasadas, en el 2017. A través de una serie de preguntas a las personas que aspiran a cargos dentro del Poder Legislativo y Ejecutivo tuvieron que declararse a favor o en contra. La gran mayoría de las respuestas se consiguieron con entrevistas directas con los candidatos, mientras que otras se hicieron a partir de sus declaraciones a la prensa. Para algunas otras no hubo precisiones y fueron marcadas como “en duda”.

El cuestionario se dividió en cinco grandes ejes que representan las principales demandas de políticas públicas feministas y con perspectiva de género: derechos sexuales y reproductivos, economía feminista, violencia machista, derechos LGBTIQ+ y participación política. Dentro de esas variables se consultó, por ejemplo, su adherencia o no a una ley para que el Estado garantice el aborto legal, seguro y gratuito; la reglamentación de Educación Sexual Integral; una jubilación que incluya a amas de casa; una licencia de maternidad y paternidad que prevea días de cuidado para la persona no gestante; promover leyes que achiquen la brecha salarial; aumentar el presupuesto para políticas que apunten a eliminar la violencia de género y el acoso; implementar y reglamentar un cupo laboral trans; e impulsar la paridad de género en todos los poderes del Estado, entre otras.

Las demandas son muchas y las respuestas, variadas. Aunque hay muchas ausencias. De los candidatos en las fórmulas presidenciales solo se encuentran las respuestas de Miguel Ángel Pichetto, quien aspira a la vicepresidencia acompañando a Mauricio Macri por Juntos por el Cambio; de Juan Manuel Urtubey, quien va junto a Roberto Lavagna por el partido Consenso Federal; y de Nicolás del Caño, del FIT. Para San Luis, solo están las respuestas de la candidata a diputada nacional por el Frente de Todos San Luis, Ayelén Mazzina; y del ex candidato a gobernador por el MST, Iván Amado, quien también aspira a una banca en la Cámara baja.

Si bien la gran mayoría se mostró a favor de los temas consultados, hubo algo que llamó la atención. Ante la pregunta de si la lista a la que pertenecían estaba encabezada por una mujer solo respondieron afirmativamente veinte candidatos. En un año en donde se aspira a construir una política que responda a las necesidades con perspectiva de género, en unas elecciones donde por primera vez está reglamentada la paridad en las listas resulta frustrante que, aun así, la gran mayoría esté encabezada por hombres (aproximadamente el 80% de las propuestas), por ende, con mayor posibilidad de alcanzar las bancas. La paridad, por lo visto, continuará siendo un deseo. Aun así se espera que la renovación de bancas, justamente, renueve ideas, pensamientos y perspectivas con una minuciosa mirada en género.