Pobres y endeudadas

Los números del Indec respecto de la desocupación son lapidarios y demuestran el fracaso económico de este gobierno por la ausencia de un modelo de trabajo y producción para los argentinos. El índice de desocupación ascendió al 10,6 por ciento en el segundo trimestre de este año, el más alto en 14 años. Esto significa no sólo que uno de cada diez argentinos está desocupado y más de dos millones de personas en todo el país no tienen empleo, sino que este incremento está acompañado por un proceso de precarización laboral en el que se alargan los tiempos entre los que buscan sin éxito.

Como vengo sosteniendo desde el Senado, la desigualdad no es independiente del género, ya que es sobre las mujeres donde recae con mayor brutalidad esta crisis cuyo responsable es el gobierno de Mauricio Macri. Los números del Indec así lo confirman: el segmento más afectado por la desocupaciones es el de las mujeres de 14 a 29 años, entre las que el nivel de desocupación escaló de 21,5 a 23,4 por ciento en tan sólo un año. Es, justamente, en este segmento donde recae el mayor porcentaje de tareas domésticas y de cuidados que explica, entre otras inequidades, la imposibilidad de tener un trabajo pago de tiempo completo y, por supuesto, de buscarlo. Sabemos que, en los momentos de crisis, las mujeres somos las mayores perjudicadas. Recientemente, un estudio acerca las beneficiarias de la AUH (el 97 por ciento son mujeres), mostró que el 92 por ciento se encuentra endeudada para comprar comida y vestimenta. El peor panorama posible: pobres y endeudadas sólo para vivir.

Es fundamental que, cuando la voluntad popular confirme que los argentinos no soportamos un día más un modelo económico basado en la especulación financiera y elijamos a otro, más inclusivo, orientado a la producción y al trabajo como gran ordenador social, nos dispongamos a confeccionar los presupuestos con perspectiva de género para proteger a las grandes excluidas en los momentos de crisis.