Un cambio de aire para el turismo

En el éxito anida la semilla del fracaso, pero en el fracaso también anida la semilla del éxito. Esta extraña simetría es una ley no escrita en la economía que se refleja de manera directa en una de sus  áreas más promisorias, como es el turismo. Cuando Argentina ingresa a zona de turbulencias económicas severas, su moneda se devalúa (solo una consecuencia de un rosario de problemas); pero eso, al menos, abre la puerta para que el sector turístico genere más divisas a través de un doble efecto: extranjeros que llegan a estas latitudes al encontrar precios más baratos y argentinos que deciden veranear en su país al desistir de viajar al exterior, una opción que hoy a pocos les cierra tras las sucesivas devaluaciones y el recargo del treinta por ciento a los gastos con tarjeta fuera de las fronteras. 

Los operadores turísticos coinciden en que San Luis vive en este inicio del 2020 una temporada mucho más alentadora en comparación a las de años precedentes. Reconocen que este mayor ingreso de turistas se explica, en parte, al recargo del treinta por ciento como  así también al cambio de expectativas económicas que existe con el actual gobierno nacional. Un sondeo realizado hace pocos días por El Diario de la República reflejó que solo en la capital provincial el porcentaje de ocupación promedia un saludable sesenta por ciento, porcentaje que trepa casi al 100 por ciento en los destinos más consolidados, como Villa de Merlo o Potrero de los Funes.

Más allá de lo que dicen los números, esta afluencia es palpable en las ciudades, en las rutas, en las sierras y los ríos. El visitante encuentra una jurisdicción ordenada, con un sector privado que busca estar a la altura de las circunstancias y con el reconocido desarrollo de la infraestructura vial provincial. Incluso se han sumado propuestas y atractivos a través de obras que son difíciles de replicar en el resto del país, como la circunvalación del Cruz de Piedra, un camino moderno que rodea al dique homónimo de 2,6 kilómetros de longitud y que demandó una inversión del Ejecutivo puntano de casi 200 millones de pesos.    

Hace años que San Luis logró completar la transición de ser una provincia con turistas a convertirse en una provincia turística. El desafío consiste, ahora, en consolidar cada vez más esta posición y tratar de la mejor manera a ese visitante que quizá no tenía en sus planes originales a San Luis para esta temporada, pero que tras conocer estas tierras se puede convertir en un portavoz y "publicista" de los atractivos locales.