"Saint Louis-not only- blues": el blues de las diferencias

Hombres de traje con sombreros de ala ancha y pelo reluciente, acompañados por mujeres con vestidos largos que bailan en un bar con luces tenues y mesas de madera lustrosa. En el escenario hay una banda que fusiona trompetas, guitarras y una estridente batería con una voz principal inquietante. A ese momento de la historia, o más bien del cine hollywoodense, transporta el grupo merlino “Saint Louis -not only- blues” cuando se sube al escenario.

La combinación entre lo nuevo y lo viejo es lo que describe a la perfección al grupo. Si bien su estilo es apegado al blues, que alternan con R&B, jazz, boogie, twist y rock, lo que le da dinamismo a la banda es la variedad de edades y estilos que componen a sus integrantes. La más chica del sexteto es la bajista y chelista Keila Martínez, que tiene 16 años, en el otro extremo está el batero Carlos Silva, de 58, y para completar la gama de edades están el guitarrista Federico Struckrath, el pianista Diego Taborda, el segundo guitarrista y quien toca la armónica Ariel Algranatti, los tres de 39, y por último la compositora y cantante Claudia Baren, de 34.

“El baterista, al ser el más grande de la banda, tiene al jazz ya incorporado; el tecladista viene del palo del blues; la bajista es la que incorpora la frescura y viene del ambiente del metal y el guitarrista es más un jazzero de lo clásico. Además, yo tengo herencia afrodescendiente y árabe, así que desde que tenía 4 años que se escuchaba Ray Charles en mi casa”, explicó Claudia, quien cree que los seis estaban destinados a encontrarse.

Sin embargo, no solo se encontraron, sino que hicieron música juntos: el año pasado dieron cerca de 100 shows y tienen alrededor de 30 temas de su propia autoría. Además, a principios de enero grabaron un EP en Casa de la Música, que les tomó una semana de preparación y que aún está en proceso de edición. “Estamos felices y muy agradecidos con la Provincia por esta oportunidad y con el público que nos viene a escuchar a todos lados y nos elige por nuestras canciones. Esto pasa porque los ritmos son conocidos”, dijo la cantante, oriunda de Puerto Madryn, pero que hace 14 años vive en la Villa de Merlo.

Transmitir, emocionar, dar un mensaje e inducir a la picardía son algunos de los condimentos que fusionan en “Saint…” y hacen que los temas también sean identificables para las nuevas generaciones. “Tratamos de que las canciones dejen un mensaje para los jóvenes y para la sociedad en general. Tenemos un tema que habla de violencia de género, hay otro que incita a ser diferente, se llama ‘Diferente a vos’ y trata de que cada uno encuentre su lugar. Es algo en lo que creemos por eso ponemos ‘not only blues’, celebramos las diferencias entre nosotros y tratamos de fusionarlas en algo positivo, incluso en nuestros estilos de música”, remarcó Claudia.

Con tan solo tres años de vida, la banda logró imponerse en la música local e incorporar el estilo del blues a las sierras cuyanas, con un juego en su nombre “Saint Louis” —San Luis en inglés y en referencia a la región de Estados Unidos donde el blues tuvo protagonismo en sus inicios— el sexteto se encargó de hacerse un lugar en el espíritu y patrimonio puntano.