La Policía busca a la pareja de la mujer golpeada en Lavaisse

María del Carmen Gatica aún permanece internada en la terapia intensiva de un sanatorio privado de Villa Mercedes. Los médicos habían calculado, según le comentaron a una hija de la mujer, que si salud evolucionaba como hasta ahora podrían pasarla a una sala común. Mientras María se recupera, Ángel Muñoz, su pareja, el principal sospechoso de atacarla hasta hundirle parte del rostro a golpes, sigue prófugo.

La mujer, de 48 años, había sido operada por los traumatismos que sufrió en la cabeza, que le aplastaron desde la frente hasta la altura del pómulo del lado derecho de su cara. La cirugía se realizó en la tarde del miércoles, apenas fue derivada del policlínico regional "Juan Domingo Perón" al Sanatorio de La Merced.

Los médicos le dijeron a Camila, una de las hijas de María, que su madre estaría al menos cuatro días en terapia intensiva.

Era más que nada para seguir de cerca su evolución tras la operación. Si todo resultaba bien, cumplido ese plazo, es decir este lunes, podrían pasarla a una sala común. Allí podría estar otros cuatro días y, luego, si está en condiciones, le dará el alta médica.

Mientras tanto, los policías de la Comisaría 29ª y del Departamento de Homicidios de la Unidad Regional II siguen tras los rastros de Muñoz. De acuerdo a lo que dijo el oficial principal Ricardo Fernández, subjefe de la seccional actuante, revisaron todos los domicilios de familiares, amigos y conocidos que el hombre de 58 años tiene en Villa Mercedes y también en Lavaisse, donde vivió las últimas semanas con la víctima.

"Lo buscamos en dos viviendas del barrio San Antonio y en otra del San José, pero hasta el momento no tuvimos resultados positivos", dijo Fernández. "Es por eso que se ha difundido un radiograma a todas las comisarías y divisiones policiales de la provincia para que se comuniquen con nosotros si tienen novedades de Muñoz", comentó.

Más allá de que todavía no lograron ubicarlo en lo de ningún pariente, sospechan que el hombre se oculta en lo de un algún familiar. Creen que podría ser en casa de un hijo.

En tanto lo rastrean, ya enviaron a peritar una barra de hierro de unos 70 centímetros de largo, que hallaron en la humilde pieza donde vivía la víctima. Aunque la vara, a simple vista, no tenía rastros de sangre, presumen que pudo tratarse de la que usó Muñoz para golpearla.

También examinarán una rama que encontraron en una plaza situada cerca del domicilio de la pareja.

Por lo que le contó María a su hija, antes de que el hombre la atacara en su casa, sintió que él le pegó con una especie de palo cuando discutían en la plaza.