19°SAN LUIS - Jueves 28 de Marzo de 2024

19°SAN LUIS - Jueves 28 de Marzo de 2024

EN VIVO

El viaje que cambió la geografía del mundo

A 500 años del descubrimiento del Estrecho de Magallanes, la expedición en la que el territorio argentino fue una pieza fundamental.

Por redacción
| 02 de noviembre de 2020

Pocas veces se tiene conciencia que el territorio de la actual Argentina formó parte fundamental de la más grande epopeya de la historia universal: el primer viaje de circunnavegación del globo terráqueo. Esta hazaña, protagonizada por Hernando de Magallanes y sus hombres, complementó y concluyó el cambio mundial iniciado por el viaje de Cristóbal Colón en 1492, que significó para el Viejo Mundo el descubrimiento de América. Si bien el impacto mundial causado por los viajes de Colón revolucionó para siempre la historia universal, su fin último, enlazar Europa con el Oriente asiático, quedó postergado por casi 30 años.

 

Las nuevas tierras despertaron la codicia de los reinos involucrados en la expansión europea a fines del siglo XV. Con el Tratado de Tordesillas de 1494 el Papa, por entonces reconocido como autoridad universal, intentó delimitar dos áreas de influencias entre castellanos y portugueses, para evitar conflictos entre estos reinos cristianos. Sin embargo, la suerte inicial para sendos reinos fue disímil. Portugal logró asegurar una ruta directa y rentable hacia la India costeando la costa de África con la expedición de Vasco Da Gama en 1499. Por su parte, Castilla pronto se percató que las nuevas tierras descubiertas y exploradas por Colón no eran los emporios orientales que esperaba. Así, las enormes ambiciones castellanas dieron paso a una sensación de frustración al no obtener los resultados comerciales esperados. Los éxitos portugueses aumentaron la necesidad de Castilla de superar el inesperado obstáculo que apareció en su camino hacia las Indias y las enormes riquezas que en especias esperaban sus mercaderes.

 

Esta preocupación dio origen a comienzos del siglo XVI a una nueva estrategia marítima por parte de los castellanos: la búsqueda del “paso”, es decir, el paso que superaba América y permitiera continuar el viaje hacia Oriente. Siguiendo esta nueva estrategia, los navegantes enviados desde distintos puertos de Castilla llegaron hasta la Península de Labrador en las lejanas y frías tierras de América del Norte. Por el sur distintas expediciones develaron la enorme masa continental descubierta por Colón. La más importante fue la de Américo Vespucio, quien posiblemente alcanzó la latitud del Trópico de Capricornio. Vespucio también le dio su denominación al nuevo continente cuando algunos cartógrafos alemanes colocaron su nombre en femenino para identificar a las nuevas tierras.

 

Sin embargo, el ansiado paso no podía hallarse. Por su parte, los portugueses parecían avanzar hacia las Islas de la Especiería, actualmente Las Molucas, en Indonesia, abundantes en nuez moscada y clavo de olor. Hacia 1517 la Corona de Castilla estaba en manos del nuevo rey Carlos I, considerado como el primer soberano de una naciente España. Carlos estaba dispuesto a aceptar cualquier iniciativa que le asegurara el control de la Especiería y las inmensas riquezas que representaban. En ese momento hizo su aparición un marino portugués que haría realidad los deseos imperiales: Hernando de Magallanes.

 

 

 

Magallanes era un navegante y militar portugués de origen noble que había permanecido varios años en la India y las islas de Sumatra y Java. Allí supo sobre las Molucas, su ubicación y sus riquezas. De regreso a Europa, y tras tener algunos conflictos con la Corona de Portugal, ideó un plan para llegar a la Especiería navegando por el sur de América en aguas españolas, evitando así la intromisión portuguesa. Estas ideas fueron compartidas por influentes integrantes de la Casa de Contratación de Sevilla, quienes lograron que Magallanes se entrevistara con Carlos I. Este aceptó la propuesta y le otorgó el título de almirante de la expedición a la Especiería y una serie de privilegios, a fin de corroborar que estaban en la zona española.

 

La preparación de la flota fue muy dificultosa por el sabotaje del Rey de Portugal, la desconfianza de los españoles hacia el portugués Magallanes y la carencia de fondos. Finalmente, la expedición (cinco naves con 240 hombres de distintas nacionalidades, entre ellos el italiano Antonio Pigafetta, cronista del viaje) partió hacia el Atlántico Sur el 20 de septiembre de 1519. El historiador José Álvarez Junco recuerda que entre la tripulación había “italianos, franceses, griegos, alemanes, ingleses y holandeses; atravesó tres océanos y surcó las costas de 11 estados actuales. Fue una empresa europea, y en particular ibérica, que cambió el mundo”.

 

La costa de América del Sur era mayormente desconocida. Tras tocar tierra en Brasil, la flota siguió navegando hacia el sur, ingresando al Río de la Plata en marzo de 1520. Tras comprobar que no era el paso hacia Oriente, continuó hacia el sur. Allí descubrió la Patagonia, llamada así por creer que estaba habitada por gigantes o Patagones, por el tamaño enorme de las huellas halladas en la costa (en realidad eran los pies de los tehuelches envueltos en pieles de guanaco). Cada desembocadura, ría y goleta era explorada minuciosamente pues podía tratarse del esquivo paso, hecho que generó la desconfianza de la tripulación sobre Magallanes.

 

En la Bahía de San Julián, en las cercanías del actual puerto santacruceño de San Julián, la expedición invernó en medio de grandes carencias. Esto originó un motín contra Magallanes en abril que fue sofocado sangrientamente. Pese a que la obtención de resultados era dudosa, Magallanes confiaba en sus cálculos y con férrea voluntad volvió a levantar anclas hacia el sur. Finalmente, tras rodear el Cabo Vírgenes a fines de octubre, descubrió la entrada al estrecho que separa el continente de la Isla Grande de Tierra del Fuego.

 

Ante la posibilidad de que se tratara del paso marítimo anhelado, por ser de agua salada y gran profundidad, Magallanes convocó a sus pilotos y debatió si convenía regresar a España o ingresar a la entrada y, si era realmente el paso, buscar Las Molucas. La mayoría decidió continuar el viaje pese a la escasez de víveres y lo desconocido de la navegación.

 

Fue así que el 1º de noviembre de 1520 la flota inició el descubrimiento de las aguas que separan el Océano Atlántico y el Océano Pacifico, internándose por un mes en un laberinto casi infinito de fiordos, bahías e islas. El Cronista Pigafetta, en su libro “Primer viaje alrededor del mundo”, describió la maestría que demostró Magallanes para sortear aquel desafío a la navegación: “si no fuese por aquel capitán general nunca hubiéramos navegado aquel estrecho, porque pensábamos todos —y decíamos— que todo se nos cerraba alrededor”.

 

Magallanes bautizó al canal de Todos los Santos, pero la historia lo llamó Estrecho de Magallanes, en reconocimiento a su descubridor. El ansiado paso bioceánico era una realidad gracias a este viaje que cambiaría las convenciones geográficas del mundo.

 

 

Por: Guillermo Genini

 

LA MEJOR OPCIÓN PARA VER NUESTROS CONTENIDOS
Suscribite a El Diario de la República y tendrás acceso primero y mejor para leer online el PDF de cada edición papel del diario, a nuestros suplementos y a los clasificados web sin moverte de tu casa

Temas de nota:

Suscribite a El Diario y tendrás acceso a la versión digital de todos nuestros productos y contenido exclusivo