Cambios climáticos y culturales

Muchos científicos están convencidos que determinadas acciones del hombre, en especial las que se vinculan a los procesos que liberan gases de efecto invernadero a la atmósfera, propician una dramática modificación de los parámetros climáticos, lo que provoca un incremento general de las temperaturas. También están los escépticos, quienes aseveran que las modificaciones que registran los termómetros responden a variaciones naturales del planeta.

Más allá de la polémica, hasta el puntano más apático por la evolución  de las variables atmosféricas no podrá negar que el verano que atraviesa la provincia ha sido extremo. Las temperaturas exhiben un valor inusualmente elevado, y las precipitaciones también se colocaron por arriba del promedio. Según los datos que aporta la Red de Estaciones Meteorológicas (REM), el enero que pasó fue uno de los más lluviosos de la última década. 

Además, durante esta temporada la provincia fue golpeada por temporales que asombraron a propios y extraños por su intensidad, como los que azotaron a Buena Esperanza, Villa Mercedes y, en las últimas horas, a la misma capital provincial.

Pero así como la provincia sufre el rigor de condiciones climáticas más severas, siempre muestra los reflejos y la voluntad de intentar mitigar estos efectos. Sufrió las consecuencias de una erosión fluvial acelerada en la Cuenca del Morro y, sin dilaciones, implementó un plan de forestación masiva. La recuperación de los humedales (hace pocos días, el Estado inició un censo de aves acuáticas) también representa otro ejemplo del cuidado del entorno natural.

La política de Estado de San Luis en relación al medio ambiente muestra una estabilidad y constancia saludables, infrecuentes de observar en otras provincias, que generalmente aplican medidas cuando están apremiadas por alguna urgencia o por las consecuencias de un desastre natural puntual.     

Ahora lo que resta es que esta conciencia medioambiental pueda extenderse dentro de la sociedad puntana, que cada habitante sepa de las obligaciones y que cada habitante se convenza de la importancia de cuidar la fauna y mantener todos los espacios verdes limpios.

Si bien el cambio cultural está en marcha y no son pocos los que se preocupan por la naturaleza, todavía hay muchos sanluiseños que tienen la costumbre de arrojar basura en cualquier lado, tanto en zonas urbanas como en   el campo (el último fin de semana vecinos recolectaron 110 bolsas   de residuos en espacios verdes de Potrero y El Trapiche). Las bolsas de los supermercados se consumen como antes y en la calle y en las rutas se observan muchos vehículos con escapes altamente contaminantes.

El cuidado del medio ambiente es imprescindible y debe ser una tarea de todos.