Invadir Irak para “salvar al mundo”

Que Sadam Husein era un dictador despiadado nadie lo discute. Ni que hace veinte años Corea del Norte era, como lo es hoy, una dictadura. Pero de ahí a creer que Estados Unidos era la superpotencia benéfica que iba a salvar a los ciudadanos de esos países, y aun del mundo, hay un largo trecho. Incluir a ambas naciones, junto con Irán, en lo que el redactor de los discursos de George W. Bush bautizó como el “eje del mal” fue apenas un intento de justificación para, entre otras cosas, invadir Irak en 2003, un ataque del que este viernes se cumplieron diecisiete años.

Para cuando el presidente estadounidense ordenó la invasión, el 20 de marzo de 2003, el mundo ya sabía que era mentira que el régimen de Husein estaba produciendo armas químicas que representaban una amenaza para el mundo. Los inspectores de la ONU ya habían dado a conocer un anticipo de sus conclusiones, tras las inspecciones en el país asiático: no existía tal armamento. Sí existía en la región abundante “oro negro”, del cual EE.UU era el principal importador mundial.

Al principio la fórmula buscada para el discurso que Bush daría en su informe sobre el estado de la nación fue “eje del odio” e incluía a Al Qaeda, responsable del ataque terrorista del 11 de septiembre de 2001 contra las Torres Gemelas, en un supuesto vínculo con Irak.

La entonces asesora de Seguridad Nacional, Condoleezza Rice (años después, secretaria de Estado) pensó que era mejor incluir a Irán, convencida de que el régimen de los ayatolás “necesitaba una intervención externa” porque no se reformaría desde adentro. A propósito de Irán, si se quiere pensar en justificaciones antojadizas de un presidente estadounidense para justificar su intromisión en otros países, recuérdese las que ensayó en enero de este año, cuando ordenó matar al general iraní Qasem Soleimani.

Finalmente, la organización terrorista Al Qaeda fue eliminada del mentado “eje”. Pero si se evocaba el eje que habían formado las potencias enemigas en la Segunda Guerra Mundial – Alemania, Italia, Japón–, faltaba un actor. Entonces dispusieron incluir a Corea del Norte. Total, también era una dictadura y desarrollaba un plan nuclear sostenido.

El 9 de abril de 2003, las fuerzas de Estados Unidos entraron en Bagdad y, todo un símbolo que el mundo vio por televisión, derribaron con sus blindados la estatua de Sadam Husein. El dictador finalmente fue ajusticiado el 30 de diciembre de 2006, cuando ya estaba implantado en Irak un gobierno pro Estados Unidos. Pero la superpotencia de América del Norte no abandonó la región, porque se acabó la dictadura, pero petróleo todavía queda.