La mirada de un sociólogo: "La pandemia trajo mayor individualismo"

La violencia, la falta de consideración con el otro y la transgresión de las normas se volvieron moneda corriente en la vida de la humanidad. Y con la llegada del coronavirus las miserias de los individuos quedaron en la vidriera de un escenario en el que se pone en riesgo la vida de propios y ajenos, entiende el sociólogo Fernando Rodríguez Luiz, docente de la Universidad Nacional de San Luis (UNSL). Asimismo, sostiene que la falta de orden social tiene su origen en el cuestionamiento del rol del Estado y el posterior descreimiento.

Rodríguez Luiz advierte que las conductas sociales que se perciben en tiempos de pandemia denotan un crecimiento del individualismo, que se define, según la ciencia, como un tejido social débil que puede poner en riesgo la continuidad de una determinada especie. “Esa clase de comportamientos lleva a las personas a carecer de solidaridad con lo que les sucede a los demás. Eso es fácil de percibir en la gente volcada a los supermercados para arrasar con alimentos sin pensar en que eso puede causar el desabastecimiento y dejar al vecino sin comida. El otro problema que se presenta es el no cumplimiento de la norma y peor aún, la defensa de esa actitud”, anticipó sobre un principio de análisis que hizo sobre la realidad que aqueja a todo el planeta.

 Además, destacó que lo anormal no es la pandemia, sino lo que desató en las personas. “Deberíamos pasar este momento con buenos hábitos de higiene y con conductas de ciudadanos responsables, que implicaría allanarse a las normas impuestas y al respeto hacia el otro”, destacó al expresar lo simple que sería sobrellevar el problema sanitario.

En Argentina “en general tenemos un gran descreimiento de la autoridad, entre otras cosas, por un Estado con poca presencia para intervenir en la vida de las personas. Ahora nos damos cuenta que necesitamos de esa autoridad, pero cuestionamos las medidas en situación de emergencia. Ahí radica el incumplimiento a las leyes impuestas”, dijo el especialista.

"Una falla de los ciudadanos"

"Sin embargo, esa acción denota una falla en los ciudadanos, que al desobedecer impiden el normal funcionamiento de una comunidad”, destacó Rodríguez Luiz sobre lo que también se puede entender no solo como una falta de límites para cumplir la norma, sino también una falta de consideración por las necesidades de otras personas. Y mencionó como ejemplos los casos del artista Aníbal Pachano y el hombre de Vicente López, Buenos Aires, que golpeó al guardia de su edificio porque el empleado le dijo que debía cumplir la cuarentena.

En la era de la información, en la que circulan todo tipo de documentos por canales oficiales y no oficiales —señala el sociólogo— se genera un problema para aquellos que tienen la responsabilidad de gestionar la crisis sanitaria. “De alguna manera esa circulación de opiniones y comentarios en redes sociales, por ejemplo, genera cierto caos que no beneficia a las medidas que se toman para ordenar una nueva forma de comportamiento”, opinó.

Sin embargo, Rodríguez Luiz destacó que la llegada de la pandemia también genera cierto grado de conciencia sobre aquellos recursos con los que la sociedad cuenta a diario. “Las grandes urbes se convierten en focos infecciosos. Ahí aparecen las corrientes de las estructuras urbanas sanitarias que nos recuerdan el porqué de las cloacas, el agua corriente, los espacios verdes y las avenidas, que fueron medidas pensadas en otros momentos de la historia en los que hubo enfermedades como las que hoy vivimos”, destacó. Además, explicó que hoy se paga el costo del desacato a esas reglas urbanísticas y la naturaleza vuelve a mostrar la vulnerabilidad de los seres humanos ante una enfermedad que no excluye a nadie. “Aún no podemos dimensionar el alcance económico que tendrá el aislamiento preventivo”, afirmó sobre la nueva realidad que habrá que enfrentar en el corto plazo.