Víctor Herrera: un creador de ayer y de hoy
Juguetes, retratos y la flora y fauna de la provincia son los objetos de un villamercedino que encontró su pasión.
A los 15 años y sin que nadie se tomara el tiempo ni el trabajo de enseñarle, Víctor Herrera comenzó a moldear en madera y no dejó de hacerlo hasta la actualidad. Dentro de su casa en Villa Mercedes, que transformó en taller, se puede encontrar creaciones de diferentes tamaños, diseños y motivos. Sin ayuda de nadie (la excepción a la regla podría ser su hijo que le consigue maderas de todo tipo) construye y pasa su tiempo con nuevas colecciones de obras que algún día espera colgar en alguna exhibición. Mientras tanto, las vende para que adornen los hogares de sus compradores.
Las últimas obras que construyó fueron una selección de pájaros autóctonos de la provincia. Luego de investigar sobre el origen de cada una de las especies, puso manos a la obra y comenzó a tallar calandrias, picahuesos, cotorras, entre otras aves que diseñó tras una simple mirada. Además armó cuadros con flores, algunas también pertenecientes a la flora puntana, para terminar de decorar una colección que comenzó a formar hace tres años.
“Utilizo muchos trozos de maderas de diferentes árboles como el caldén, el cedro o el roble. Si tengo que elegir uno, el cedro es mi predilecto porque puedo manejarlo más fácil”, expresó Herrera.
Durante toda su vida, el artesano tuvo diferentes trabajos, ninguno relacionado con la madera. El tiempo de creación llegaba cuando regresaba del trabajo y se instalaba en su taller junto con el olor a resina que lo recibía a la entrada. “Trabajé en la Municipalidad de Villa Mercedes y en Vialidad Provincial, pero nunca se me dio por implementar el oficio en mi vida laboral. Ahora, ya jubilado, tengo objetos a la venta que por suerte encontraron sus dueños”, agregó.
Ni de parte de su madre ni de su padre el amor por la madera le picó a Víctor. Cuando era adolescente, las ganas llegaron solas y la curiosidad también, mientras leía manuales donde encontraba diseños para crear o transitaba por algún taller cercano a su casa donde se pasaba horas enteras observando a los artesanos. Con el tiempo y los años —a los que hay que sumar su esfuerzo— consiguió todas las herramientas necesarias para armar su producción y así su pequeño espacio se convirtió en su lugar favorito del hogar.
“Paso muchas horas creando y también investigo sobre nuevas técnicas y objetos para realizar en madera. Por ejemplo, hace unos meses encontré en Facebook una artesana brasilera que armó un velador con madera y caños. A los pocos días logré hacerlo similar y hoy es una de las tantas piezas que están en mi taller”, contó Víctor.
La curiosidad y la perseverancia acompañaron a Víctor durante la cuarentena. Con tanto tiempo libre que le quedó al jubilarse, logró terminar también su colección de autos antiguos, uno de sus mayores orgullos.
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