Al acelerar la digitalización, la COVID-19 impulsó el comercio de bienes de tecnología de la información y las telecomunicaciones (TIC), que habían disminuido antes de la pandemia.
La locomotora de esta tendencia fue el comercio de bienes de TIC en el este y sureste de Asia, pero en el resto del mundo ha disminuido, de manera particular en África (-48 por ciento) y en el conjunto de los 50 países menos adelantados (-82 por ciento).
La Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (Unctad) analizó que, en un contexto de fuerte declive del comercio de mercancías, la proporción de bienes de TIC en las importaciones de mercancías aumentó 13 por ciento en 2019 y subió casi 16 por ciento en 2020, el mayor aumento anual desde que comenzaron los registros en el año 2000.
La pandemia logró que las importaciones de bienes TIC asequibles sean aún más importantes para los países en las primeras etapas de la transformación digital. En este contexto, la adopción de medidas de facilitación del comercio y automatización de aduanas para facilitar los procesos de importación es muy importante para mejorar el acceso al equipo necesario en la economía digital.
Las exportaciones mundiales de bienes de TIC aumentaron cuatro por ciento, a más de 2,3 billones (millones de millones) de dólares en 2020, mientras que las importaciones de dichos bienes crecieron 1,1 por ciento, alcanzando casi 2,5 billones de dólares.
Esto refleja una dependencia cada vez mayor de las tecnologías digitales durante las medidas de bloqueo introducidas en muchas economías.
Y es muy destacable que esto haya ocurrido frente a las caídas generales de las actividades económicas a raíz de la pandemia, en la que el comercio general de mercancías se contrajo alrededor de 7,5 por ciento.
En 2020, las computadoras y los equipos periféricos superaron a los equipos de comunicación como el segundo componente más importante de las importaciones de TIC, después de los componentes electrónicos, por primera vez desde 2013.
De hecho, en 2020 las importaciones de computadoras y equipos periféricos aumentaron 3 por ciento, mientras que las de comunicaciones y los equipos electrónicos de consumo cayeron alrededor de 10 por ciento.
Los equipos periféricos son dispositivos externos al ordenador que permiten la comunicación entre las personas y los ordenadores, así como la entrada y salida de información desde o hacia el mismo ordenador.
La COVID-19 incentivó la compra de computadoras de escritorio y portátiles más adecuadas para el trabajo en profundidad, antes que dispositivos de comunicación como los teléfonos inteligentes, así como periféricos como pantallas, parlantes, teclados y ratones que ayudan más a trabajar desde la casa.
Al mismo tiempo, los ingresos reducidos y la incertidumbre financiera resultante de la pandemia pueden haber suprimido la demanda de actualizaciones de dispositivos móviles y productos electrónicos de consumo.
La pandemia parece estar exacerbando las divisiones existentes al empujar más atrás a los países con bajos niveles de digitalización, lo que obstaculiza su capacidad para participar en el comercio digital, que se ha vuelto aún más importante.
El reporte de la Unctad concluyó que “ahora es más urgente que nunca ayudar a aquellos que están a la zaga de la preparación digital a ponerse al día”, y ofrecer asistencia técnica y creación de capacidad para ayudar a los países a mejorar su desempeño en relación con el comercio electrónico y la economía digital.
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