Los niños y las mujeres son cada vez más vulnerables en la medida en que decenas de miles de personas sufren enfermedades infecciosas y transmitidas por el agua en Pakistán —afectado por las inundaciones—, mientras que el número total de víctimas de la inundación superó los 1.500.
En la medida que las aguas de la inundación comienzan a drenarse, lo que según las autoridades puede llevar de dos a seis meses en diferentes áreas, las regiones inundadas se han infestado de enfermedades como malaria, dengue, diarrea y problemas de la piel, dijo el gobierno.
“El agua estancada está dando lugar a enfermedades transmitidas. Los niños contraen malaria y diarrea... todo tipo de enfermedades. Millones de personas viven al aire libre”, comunicó el primer ministro Shehbaz Sharif en su discurso ante la cumbre de la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS) en Samarcanda, Uzbekistán.
El informe dice que más de 90.000 personas fueron tratadas solo en la provincia de Sindh, la más afectada por las catastróficas inundaciones. Confirmaron 588 casos de malaria con otros 10.604 casos sospechosos, además de los 17.977 casos de diarrea y 20.064 casos de enfermedades de la piel.
Las lluvias monzónicas récord en el sur y suroeste de Pakistán y el derretimiento de los glaciares en las áreas del norte desencadenaron las inundaciones que afectaron a casi 33 millones de personas en la nación del sur de Asia de 220 millones.
A su paso, el agua arrasó con casas, cultivos, puentes, carreteras y ganado en daños estimados en 30 mil millones de dólares.
Las pérdidas reducirán el crecimiento del PIB del país a alrededor del 3% desde el objetivo estimado del 5%.
Pakistán estaba recuperándose de los golpes económicos cuando ocurrieron las inundaciones, con sus reservas de divisas cayendo a un nivel tan bajo como el valor de las importaciones de un mes y su déficit de cuenta corriente aumentando.
La Autoridad Nacional de Gestión de Desastres informó de 1.508 muertes a causa de las inundaciones hasta el momento, incluidos 536 niños y 308 mujeres.
Cientos de miles de personas que fueron desplazadas tienen una gran necesidad de alimentos, refugio, agua potable, baños y medicamentos. Muchos durmieron a la intemperie al costado de carreteras elevadas.
Por su parte la Organización de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) ha estado en áreas afectadas por las inundaciones durante los últimos días. Y describió la situación de las familias como sombría y desesperada.
En el terreno vieron a niños desnutridos que luchan contra la diarrea y la malaria, el dengue y muchos con dolorosas afecciones de la piel.
Y también muchas madres anémicas y desnutridas, con bebés de muy bajo peso que estaban exhaustos o enfermos y no podían amamantar.
Millones de familias ahora viven con poco más que trapos para protegerse del sol abrasador, ya que las temperaturas en algunas áreas superan los 40 grados centígrados.
El monzón torrencial, que sumergió grandes extensiones de Pakistán, fue un evento que ocurre cada cien años y probablemente fue más intenso debido al cambio climático, según la palabra científica.
El país soportó 391 milímetros de lluvia, o un 190% más que el promedio de 30 años, durante julio y agosto, un período monzónico que comenzó temprano y terminó más tarde.
Las precipitaciones en la provincia de Sindh estuvieron por encima del promedio, en un increíble 466%.
Luego de las inundaciones, las enfermedades golpean a Pakistán. Y la lección que esto deja es que el cambio climático explica mucho de lo que sucede.
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