Un total de 86 periodistas y otros trabajadores de los medios de comunicación fueron asesinados en el mundo durante 2022; en promedio, uno cada cuatro días, y América Latina y el Caribe ha sido la región más mortífera para esos profesionales, señaló la Unesco.
La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) dijo que “tras varios años de descensos consecutivos, el fuerte aumento del número de periodistas asesinados en 2022 es alarmante”.
Las cifras son un recordatorio de las crecientes fisuras en los sistemas del Estado de derecho en todo el mundo, y ponen de relieve el incumplimiento por parte de los Estados de sus obligaciones de proteger a esos profesionales y prevenir y enjuiciar los crímenes contra ellos.
Al menos la mitad de los asesinados fueron abatidos cuando estaban fuera de servicio, en sus hogares, de viaje, en aparcamientos u otros lugares públicos en los que no estaban trabajando, indicó el reporte de la Unesco.
El repunte de los asesinatos en 2022 marca un dramático cambio de la tendencia positiva observada en los últimos años: de 99 de esos crímenes en 2018, el número había descendido a un promedio de 58 por año entre 2019 y 2021.
Desde 1993, según el observatorio de la Unesco, fueron asesinados 1.577 trabajadores de medios en todo el mundo.
En 2022, aunque en todo el mundo hubo homicidios, América Latina y el Caribe fue la más mortífera para los periodistas, con 44 muertes, más de la mitad de todos los asesinados en el mundo.
Asia y el Pacífico registraron 16 ataques, mientras que 11 ocurrieron en Europa del Este. Los países más mortíferos fueron México (19), Ucrania (10) y Haití (9).
Los asesinatos de comunicadores que estaban fuera de servicio marca una tendencia de los últimos años, que implica que no existen lugares seguros para esos profesionales, ni siquiera en su tiempo libre.
Pese a que el número de periodistas asesinados en países en conflicto ascendió a 23 en 2022, frente a los 20 del año anterior, el aumento global fue causado por las muertes en países sin conflictos armados relevantes o no conflictivos.
Esa cifra pasó de 35 casos en 2021 a 61 en 2022, lo que representa las tres cuartas partes de todos los asesinatos del año pasado.
Esos profesionales fueron asesinados por diversos motivos, como represalias por informar sobre el crimen organizado, sobre los conflictos armados o el auge del extremismo, y por cubrir temas delicados como la corrupción, los delitos contra el medio ambiente, el abuso de poder y las protestas.
La Unesco señaló que el índice de impunidad en los asesinatos de estos profesionales —aunque hubo algunos avances en los últimos cinco año— “sigue siendo escandalosamente alto (86%)”, lo que crea un efecto amedrentador para el trabajo de los comunicadores y pone en peligro la libertad de expresión en todo el mundo.
“Esto demuestra que la lucha contra la impunidad sigue siendo un compromiso apremiante en el que debe movilizarse aún más la cooperación internacional”, apuntó el reporte.
Además de los asesinatos, los trabajadores de medios siguen amenazados por múltiples formas de violencia, que van desde la desaparición forzada, el secuestro y la detención arbitraria hasta el acoso judicial y la violencia digital, especialmente contra las mujeres.
El conjunto de hechos y amenazas de violencia, la militarización y las leyes restrictivas crean “un entorno tóxico” para la labor de los periodistas, concluyó la Unesco.
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