La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) reclamó el acceso inmediato y no negociable a la educación, y el regreso a la escuela de todas las niñas y jóvenes en Afganistán.
Cada 24 de enero el mundo celebra el Día Internacional de la Educación, por esa razón el organismo hizo un llamado a que “ningún país del mundo debe impedir que las mujeres y las niñas reciban educación”.
En su declaración destacó que “la comunidad internacional tiene la responsabilidad de velar por que se restablezcan sin demora los derechos de las niñas y mujeres afganas. La guerra contra las mujeres debe terminar”.
La agencia de la ONU expuso que en Afganistán las niñas y las mujeres fueron despojadas de un derecho fundamental: cursar estudios secundarios y de nivel superior.
Esta devastadora decisión podría borrar los grandes avances logrados en materia de educación en los últimos 20 años, a pesar de los importantes obstáculos con los que tropezó esta tarea.
Y también “convierte a Afganistán en el único país del mundo que en la actualidad ha suspendido el acceso de las niñas y las mujeres a la educación”.
En agosto de 2021 la milicia islamista talibán tomó el poder en ese país de 34 millones de habitantes y en septiembre de ese año lo declaró emirato islámico, implantando severas restricciones al trabajo, la educación y la libertad de transitar de las mujeres.
Desde entonces, el regreso a la escuela de todas las jóvenes afganas mayores de 12 años de edad fue postergado indefinidamente, lo que priva de acceso a la educación formal a 1,1 millón de niñas y mujeres.
En la actualidad, el 80% de las niñas y las jóvenes afganas de edad escolar —unos 2,5 millones de personas— quedaron al margen de los centros de estudios. Y casi el 30% de las niñas afganas nunca han ingresado en la enseñanza primaria.
En diciembre de 2022, las autoridades afganas prohibieron la educación superior de las mujeres hasta nuevo aviso, lo que afectó a más de 100.000 alumnas que asistían a instituciones de enseñanza superior públicas y privadas.
Por contraste, en el período 2001-2018 la matrícula en todos los niveles de la enseñanza se multiplicó por 10, pasando de casi un millón de estudiantes en 2001 a unos 10 millones en 2018.
El número de alumnas en la enseñanza primaria creció de casi cero en 2001 hasta 2,5 millones en 2018. En agosto de 2021, cuatro de cada diez estudiantes de primaria eran niñas.
La presencia femenina en la educación superior afgana aumentó casi 20 veces, de 5.000 alumnas en 2001 a más de 100.000 en 2021. Los índices de alfabetización entre las mujeres se duplicaron durante ese período, pasando del 17% a casi 30% del conjunto de todos los grupos etarios en 2021.
Durante esas dos décadas, la Unesco fue parte de los esfuerzos encaminados a apoyar el sistema educativo de Afganistán, incluso mediante la coordinación de una campaña de alfabetización que llegó a más 600.000 jóvenes y adultos, y 60% de las personas beneficiadas por esa iniciativa fueron mujeres.
Desde agosto de 2021 la Unesco debió modificar sus intervenciones mediante la alfabetización de base comunitaria y los cursos de fomento de competencias para más de 25.000 jóvenes y adultos, 60% de los cuales son mujeres y adolescentes.
Para llegar al mayor número posible de niñas y mujeres, la organización trabaja para impartir educación a distancia a través de los medios de comunicación afganos, especialmente las emisoras de radio, aunque insiste lógicamente en que las aulas son insustituibles como centro de convivencia y proceso pedagógico.
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