Mientras avanzan las investigaciones por el crimen de Nazarena Molina, la beba de cinco meses ferozmente torturada y asesinada, madre y el padre de la niña, Esperanza Alejandra Barzola y Mario Molina, están alojados en las celdas de la Comisaría Cuarta. “Están como si no hubiera pasado nada, cuando les notificamos de la detención estaban con total indiferencia”, dijo el jefe de esa seccional, comisario Ramón Domínguez, quien mostró una total conmoción por el caso.
Otro de los que quedó atónito fue el médico forense que realizó la autopsia, Ricardo Torres, quien fue testigo directo de los martirios a los que fue sometida la pequeña, que como una huella quedaron marcados en su cuerpo.
“No encuentro explicación de cómo pueden suceder este tipo de cosas. Habría que ver que hay en la cabeza de la gente que comete estos crímenes, creo que en vez de un cerebro tiene una maraña de células porque no se entiende esta necesidad perversa de torturar a un ser indefenso”, sostuvo Torres.
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