Dos culebrones fuertes en los bares de Villa Mercedes

Esta semana hubo dos temas que pisaron fuerte en la agenda de los cafés o bares y otros ambientes que habitualmente frecuentan los políticos villamercedinos. Por coincidencia, en las dos comidillas aparece gente ligada a Jorge Newbery.

Uno de los temas fue la “picardía” en la que aparentemente descubrieron a un cercano colaborador del diputado nacional José Riccardo. Según los rumores, el asesor tenía la “maña” de truchar y vender pasajes –también llamados tramos- que son entregados a los legisladores para diferentes usos.

Dicen que apenas se enteró de las maniobras, Riccardo se lo sacó de encima a pesar de la militancia y el acompañamiento que los unía.

El otro culebrón que terminó en escándalo ocurrió en el bar de la reconocida esquina de Urquiza y Balcarce, más precisamente la ex Mula, frente al Centro Cívico.

Entre los dirigentes justicialistas que se reúnen en esa confitería a compartir miradas de la realidad política municipal, provincial y nacional, el comentario del miércoles a la mañana fue un fuerte altercado que sucedió en una apacible noche de principios de semana.

Esos peronistas -algunos de los denominados históricos- estaban asombrados por una reacción muy parecida a “un tackle de rugby”, que hizo el dirigente radical Miguel Ángel Bonino, que evitó que de los hechos pasara a las manos una ácida discusión entre una de las personas que tiene a su cargo la concesión del local y uno de sus dueños.

“El Gringo estaba en el lugar indicado, intervino e impidió que un sifón llegara a la cabeza de uno de los contrincantes”, contó uno de los testigos.

Según trascendió, el incidente sería el resultado de reclamos, con cartas documentos de por medio, que estos últimos meses se habrían cruzado uno de los propietarios que es un dirigente de perfil alto de Jorge Newbery- y el locatario, un conocido abogado del foro mercedino.