Clausuraron una fiesta e incautaron alcohol en otra

Una en cada extremo de la ciudad. Una de las dos fiestas fue organizada por quinto y sexto año de una institución educativa, la otra por un grupo de 50 adolescentes. La primera fue clausurada porque  no estaba habilitada para ese tipo de eventos. En el otro, una quinta de propiedad privada, los inspectores municipales y efectivos policiales incautaron una gran cantidad de bebidas alcohólicas y pidieron que lo desalojaran. 

Los operativos municipales y policiales fueron realizados ayer a la madrugada.

Los operativos comenzaron ayer, pasada la una de la madrugada. Durante la semana algunas personas habían alertado a las oficinas de la Unidad de Controles e Inspecciones Municipales (UCIM) que se desarrollaría esos eventos. “Nos llegaron las denuncias de algunos padres que iban a hacer una fiesta de bienvenida de quinto a sexto año”, aseguró la coordinadora del ente, Teresita Ludueña. Dos inspectores, de guardia el fin de semana, llegaron hasta el primer festejo donde constataron que eran alumnos del Instituto Nuestra Señora del Carmen, según informó la encargada de la patrulla, Mónica Sosa.
Sosa especificó que arribaron a la 1:30 a una quinta en Asia al noroeste. “Cuando llegamos al lugar nos encontramos con la sorpresa de que eran todos menores. Fuimos con la policía porque nosotros no estamos autorizados para pedir documentos de identidad. Queríamos hablar con el organizador pero me contestaron que no se encontraba, y al ingresar había menores alcoholizados, estaban vendiendo bebidas”, describió. Según estimó eran alrededor de cien adolescentes.
Con ese cuadro, procedieron al desalojo del predio y elaboraron las actas correspondientes que elevaron al Tribunal de Faltas Municipal. “Algunas chicas manifestaron distintos nombres de quien se las había alquilado pero no son nombres que nosotros hayamos visto ni tampoco tenían nada firmado como que esa persona se los alquiló”, comentó la inspectora.
El procedimiento duró hasta las tres y media aproximadamente, ya que diez minutos después asistieron a la segunda fiesta, avisados de la música fuerte por otros residentes. La quinta privada está ubicada sobre la ruta Interfábricas kilómetro 400, varios metros antes de llegar al conocido Puente de Madera. 
El panorama fue aún más preocupante. A diferencia de la anterior, había menos personas, la mitad de jóvenes porque era un festejo privado. “No encontramos a ningún mayor y junto con la policía vimos varios menores, algunos en una pileta alcoholizados, música con un disc jockey y procedimos al decomisado de bebidas”, detalló Sosa.
La gran cantidad encontrada consistió en diez botellas de cerveza, nueve licores de melón, dos packs de vino tinto de doce cajas cada uno, once botellas de fernet, cinco de vodka saborizado, ocho de ginebra, doce melones preparados con alcohol y 26 latas de energizante.   
A pesar de que la fiesta era reservada para unos pocos, en una propiedad privada, las denuncias de los residentes por los ruidos molestos, la contratación del musicalizador y la venta de alcohol obligaron a los inspectores y efectivos a secuestrar el arsenal de bebidas alcohólicas que tenían. 
“Nosotros al ingresar no encontramos ningún mayor y había  personas vendiéndole a los chicos que estaban en la pileta y el patio”, justificó la encargada de la patrulla. Los procedimientos estuvieron dirigidos también por David Maranguelo y César Balbarria, y la coordinación de Ludueña y Rodolfo Moleker.