Pronostican excelentes cosechas en el norte puntano

La lluvia de febrero superó los promedios históricos y frenó la sequía.

Febrero fue mágico para los campos agrícolas de la provincia. La abundante racha de lluvias de ese mes sobrepasó el promedio histórico y funcionó como un salvavidas para la mayoría de los cultivos estivales. Así  lograron recuperarse del diciembre seco y se encaminan hacia una cosecha muy satisfactoria en general, y excelente para los de siembra tardía, según el último reporte mensual del INTA San Luis.

Es el caso del corredor Quines-Candelaria, que si bien tuvo un arranque complicado en la inicio de la implantación de papa, el mes pasado cayeron cien milímetros más que el registro de años anteriores y lo posicionan en una de sus mejores campañas para cultivos tradicionales, incluidos el algodón y el maní. Aunque en la zona, el agua cayó de modo irregular, según los datos del técnico Tomás Olivera.

A su vez, Candelaria acumuló 180 milímetros, 320 milímetros en el norte de la localidad y 270 otros sectores de la región durante el segundo mes del año. San Miguel tuvo 185 milímetros, similar al registro de Quines.

También aflojaron los implacables calores de hace casi dos meses y se registraron no menos 16 días nublados sin sol pleno. “Con esta humedad acumulada, los perfiles están bien cargados y permiten pensar en una buena campaña en cuanto a resultados, sobre todo para los cultivos de segunda”, afirmó Olivera.

En la región agraria del norte puntano, los maíces están en floración con lotes que recién ingresan y otros ya están en llenado de grano, con muy buenas perspectivas. Algo parecido pasa con los lotes de soja que están en la etapa de llenado de grano en general; con los de maní que también están en floración al igual que el de algodón, que evolucionan muy bien y están avanzando. Aunque hay que empezar a aplicar productos para enfermedades fúngicas, en especial en el maní, advirtió el especialista.

El agua también ayudó a la recuperación del Dique La Huertita, que de estar 13 metros debajo de cota, hoy sólo está a 5 metros: “Esto es muy interesante si pensamos en la próxima campaña tanto fina como gruesa, ya que se plantea una situación que no se daba hace por lo menos dos o tres años”, estimó.

Ricardo Rivarola, técnico autor  de estos reportes del INTA, agregó más datos climáticos. Detalló que la temperatura mínima en febrero fue de 4ºC en Villa Mercedes y que luego se mantuvo entre los 7 y 8ºC: “Estadísticamente las heladas se esperan para abril”.

El problema está en las enfermedades, que afectarán el desempeño de las plantas. A partir de febrero comenzaron a advertir en la soja  la primera invasión de orugas desfoliadoras y chinches, una plaga que invade los cultivos y arrasa por lo que el INTA recomendó monitoreos tempranos para detectarla. También registraron escapes de malezas, como yuyo colorado (Amaranthus Palmeri), que llegó a un gran desarrollo de planta en diferentes zonas de la provincia.

Buen ánimo en los productores del Valle del Conlara

El docente y asesor técnico en todo el noreste provincial, Marcelo Bongiovani, reportó que el estado general de los cultivos en la zona “es bueno”, con algunos sectores que van de “muy buenos” a “excelentes”. Según dijo, durante febrero las lluvias cambiaron el panorama respecto de enero y diciembre, con milímetros acumulados que oscilan entre 180 a 310. De este modo, superaron ampliamente el promedio de ese mes, que está entre 100 a 120 milímetros. Lo bueno fue también que sólo cayó agua y no hubo granizo en ese período.

En el Valle del Conlara la superficie total cultivada está repartida entre el maíz, que ostenta el 50%, la soja, que tiene un 45% de la superficie, el sorgo granífero, con un 4%, y  otros (mijo) ,1%. “El área sembrada en cultivos de granos para cosecha disminuyó en un 10% respecto de la campaña anterior. Esta situación estuvo determinada porque los arrendatarios que venían de otras provincias, principalmente de Córdoba, a sembrar a la zona se retiraron como consecuencia de las condiciones económicas desfavorables y los bajos rendimientos en campañas anteriores”, explicó.

Bongiovanni detalló también que esta es una campaña está marcada por un importante avance de las llamadas "malezas  duras", sobre todo en el cultivo de soja: “Aparte de Borreria verticilata y Coniza bonariensis, que tienen una amplia distribución zonal, se ha detectado en varios lotes la presencia de Cortadera Chica (Pappophorum pappiferum), Ocucha (Parietaria debilis), Flor de Santa Lucía (Commelina erecta), Linaria (Linaria texana), también aparecieron malezas resistentes a glifosato, como Eleusine indica; y tolerante a este herbicida e inhibidores de ALS, como el Amaranthus palmeri”.

Pero las tormentas no pudieron mejorar los lotes de maíz implantados en octubre, debido a que recibieron un impacto importante la sequía  de diciembre y enero, con sus granizadas, que implicaron pérdidas de rendimiento que van del 20 al 70%. Este escenario escapa a los lotes bajo riego, que presentan una condición de muy buena a excelente. En el mismo Valle del Conlara, los pocos lotes sembrados con soja en octubre sufrieron  la falta de lluvias en diciembre y enero, por lo que desarrollaron una menor altura y menor cantidad de vainas fijadas, aunque el llenado fue favorecido en su etapa final por las lluvias de febrero y van a presentar rendimientos de regulares a buenos, describió el asesor.

Un porcentaje importante de esos lotes, aproximadamente unas tres mil hectáreas, se perdieron por fuertes tormentas con granizo que ocurrieron en las localidades de Tilisarao y Naschel, durante diciembre y enero. Algunos de estos lotes se resembraron en enero, pero tienen un alto riesgo de ser afectados por las primeras heladas del año.

Otros lotes, donde el efecto del granizo fue menor, han logrado recuperarse, pero con una disminución importante del rendimiento esperado. Como si fueran un capítulo aparte, los lotes de siembras tardías son los que presentan mejor condición y lograron un mejor desarrollo vegetativo y una mayor cantidad de vainas.

Los resultados de cada cultivo

Los maíces sembrados en diciembre presentan buenas condiciones en general, con perspectivas de alcanzar rendimientos buenos a muy buenos: los sembrados en octubre, de 25 a 50 quintales por hectárea; los implantados en diciembre, de 40 a 60 quintales. Algunos que recibieron buenas lluvias, alcanzarán los 80 a 100 quintales, mientras que los lotes bajo riego esperan de 100 a 120 quintales.

Para la soja de secano, en la mayor parte de la zona,  se estiman los siguientes rendimientos: los sembrados en octubre, de 12 a 20 quintales por hectárea (el 10% del total); los implantados en noviembre, de 15 a 25 quintales (el 60% del total); los de diciembre, de 18 a 25 quintales (el 25% del total); los sembrados en enero, de 15 a 20 quintales (el 5% del total), con alto riesgo de ser afectada por las heladas tempranas. En algunos lotes que se desarrollaron con buenas condiciones hídricas durante todo el ciclo, esperan rendimientos de 30 a 35 quintales.

El sorgo granífero en general  presenta condiciones de buenas a muy buenas y estiman rendimientos de 40 a 60 quintales por hectárea.