Tenía armas, autopartes y el motor de un vehículo robado

Quizá sensibilizada por un problema de salud que la aqueja, la esposa de  Guillermo Antonio Kausch primero le confió a los médicos del Hospital de San Martín que era maltratada por su pareja, y después, como al pasar, que él tenía armas en la casa. La Policía inició una investigación de oficio: pidió la autorización judicial para allanar dos propiedades de Kausch. Encontró no sólo las armas, tal como había indicado la mujer, sino también un motor y otras partes de un auto denunciado como robado.
Kausch, de 67 años, es de la provincia de Buenos Aires. Al menos por ahora, no le han tomado declaración y no pesa ninguna medida sobre él.
Por lo que pudieron averiguar los efectivos, supo ser empleado de una multinacional que hace redes de gas. Gracias a esa actividad conoció buena parte de Latinoamérica. Su mujer es una brasileña 22 años más joven que él, con quien llegó a San Martín hace unos años.
Unos días atrás aún compartían solos –no tienen hijos– una casa en el barrio José Narciso Domínguez, que por la euforia mundialista exhibía en el frente dos banderas, la albiceleste y la verdeamarelha. Esa propiedad fue una de las que allanaron el fin de semana pasado, precisó el jefe de la Comisaría 27ª de San Martín, el comisario Víctor Echegaray.
En ese domicilio secuestraron cuatro armas largas: una escopeta calibre 28, una escopeta calibre 7.65 con mira telescópica, una escopeta doble caño y un pistolón calibre 12. Los policías se las llevaron porque el hombre no tenía la documentación habilitante del Repar (Registro Provincial de Armas) y el Renar (Registro Nacional de Armas). Y había municiones.
Además, se incautaron del motor de un auto. Con el número de identificación que tiene impreso hicieron las consultas habituales: “saltó” que era de un Volkswagen Polo negro que fue robado en Buenos Aires en 2011. Los agentes de San Martín todavía no tienen detalles de la circunstancia en la que fue sustraído y de la causa.
El segundo procedimiento fue en “La Reforma”, un campo que Kausch tiene en las afueras de la localidad. “De la comisaría, unos tres kilómetros al sur está la ruta vieja, por la que se va a Las Chacras. Hay que recorrer unos siete kilómetros por ese camino al suroeste, y ahí está” la finca, detalló. Ahí, los uniformados encontraron un arma larga calibre 22 “a la que se ve que se le rompió la culata original, de madera, y le han puesto una metálica, de armado casero”, explicó.
También hallaron varias autopartes que, según presumen los investigadores, serían del mismo Polo. Son cuatro puertas completas, dos asientos delanteros, un asiento trasero, parte del tren delantero, un tanque de combustible y tres ruedas completas. Y había un chasis incinerado, al que le faltaba el número de identificación  y la marca, dijeron los voceros de la oficina de prensa de la fuerza.
“Acá ha trabajado gente de vasta experiencia –consideró el policía–. Al chasis lo quemaron y le fragmentaron la parte donde se graban los números. A las puertas les rompieron los vidrios, porque ahí van los ocho números del VIN –del inglés Vehicle Identificacion Number–, que son los últimos números del chasis. Quizá se descuidaron y no le borraron el número al motor. Con ese dato se pidió el informe que permitió la individualización del rodado”.