Una pareja de jubilados recorre la provincia a pie

Ruth Becerra, de 66 y Argentino Castro de 71, decidieron “abrirle las puertas a la vida”, tal como dijo ella: “Cuando estaba por jubilarme, no me cayó para nada mal la noticia, significó abrirle las puertas a la vida, dejar a un lado las obligaciones, ya criamos cuatro hijos y trabajamos demasiado. Creo que esas cosas nos impedían disfrutar las cosas simples. Desde hoy (por ayer) es diferente porque vamos a disfrutar. Uno no se da cuenta por el ritmo de locos que lleva, pero esta aventura será hermosa”, expresó la mujer que partió de su casa a las 7 de la mañana, a las 10 ya había desayunado junto a su esposo y se acercaba a Saladillo, todo caminando.

La meta es la Villa de Merlo, luego llegarán hasta Quines y desde ahí emprenderán el regreso. Son aproximadamente quinientos kilómetros de aventura ininterrumpida y de hermosos paisajes.

“Recuerdo que cuando estaba con los trámites de la jubilación, me llegó la historia del ‘vasco de la carretilla’, que está por internet. Se trata de un hombre que en el año '42 salió con una carretilla de metal desde Tierra del Fuego a recorrer el sur, hizo como veinticuatro mil kilómetros con ella. Cuando conocí su historia sentí la necesidad de hacerlo también. Un día paseaba por el supermercado y pensé: ‘ésta va a ser mi carretilla’, aunque más moderna”, dijo entre risas.

Más importante que el equipaje es la compañía. Junto a la pareja de jubilados, va “Cholo”, un perro de apenas un año y medio que es parte de la familia.

“La idea es ir tranquilos, llevamos lo mínimo indispensable en un carro con ruedas en el que pusimos una carpa, bolsas de dormir, ollas y una cocinita con gas butano, para no encender fuego en ninguna parte. Llevamos muy poca ropa en las mochilas y abrigo. Nada de lujos”, contó y aseguró que por las dudas, cada uno tiene otro par de zapatillas de repuesto.

Ambos gozan de una excelente salud. Afirman que no les duele nada y que no toman remedios. “Debe ser porque siempre fuimos atletas. La vida al aire libre nos gusta mucho. Así que debe ser por eso que podemos hacerlo ahora. Por día calculamos que así cargados podremos caminar entre 30 o 40 kilómetros, porque lo haremos solamente de día. Al parar armaremos un campamento y si nos gusta el lugar nos quedamos unos días, después seguimos, nadie nos apura”.

Según los cálculos y el ritmo al que planificaron caminar Ruth y Argentino,  les llevará un mes y medio regresar a la ciudad de San Luis. Y no se quedarán quietos porque piensan recorrer a pie toda Sudamérica. “Pensaremos y haremos evaluaciones de lo que hicimos este viaje hasta Merlo, por ejemplo de qué nos faltó llevar, o ver qué llevamos de más. Entonces así vamos mejorando”, explicó la mujer que vive esta aventura por segunda vez. El año pasado se fue sola a Nogolí, pasó por Río Grande y Villa de la Quebrada, entre otras localidades.

“Hacer esto es muy bueno porque te ayuda a conocer distancias, a conocer el mapa de la provincia, uno a veces pasa volando en el auto y ni podés percibir qué hay. En cambio así disfrutas todo lentamente. A mi marido le encantó la idea y se prendió”, afirmó y agregó que si se cansan, arman la carpa, se instalan, comen algo y a dormir, para seguir al  otro día.

Seguramente muchos se preguntarán: ¿Se bañan? Y la respuesta es sí. Hasta eso tienen planificado. “En algunos campings hay baños, nosotros no sufrimos nada. Además el objetivo es hacer todo a pie, nada de hacer dedo. Nuestros hijos al principio no nos entendían, pero ahora nos acompañan, hablamos por teléfono y sabemos que si algo nos pasa ellos estarán enseguida con nosotros”, dijo Ruth, quien agregó que irá documentando todo lo que encuentre en el camino.

“Recién nos cruzamos con una familia de caballos, iba la parejita con un recién nacido. La naturaleza es hermosa, muy simple, pero a fin de cuentas ésas son las cosas importantes de la vida”, concluyó.