“Abrió los ojos y pidió que rezáramos por ella”

Están habituadas al contacto con las emergencias y con las situaciones críticas, a eso se dedican y para eso se prepararon. Pero lo que vivieron un chofer de ambulancia, una enfermera y un médico luego de asistir a una joven presuntamente poseída los dejó conmovidos, a tal punto que algunos de ellos debieron recibir atención por parte de sacerdotes que hablaron con ellos y bendijeron al vehículo con el que trabajan. El Diario logró dialogar con uno de esos tres integrantes, que prefiere mantener el anonimato, pero revivió lo que sufrieron un par de noches atrás.

El llamado al teléfono 107, ya fue extraño. “Nos dijeron que había que ir a asistir a una persona que estaba endemoniada, así habían dicho quienes se comunicaron. Nunca habíamos recibido una llamada así, suelen decir que es por personas que tienen crisis de nervios. Decidimos ir, pero pedimos que nos acompañara la Policía”, relató el integrante del equipo de emergencias.

Eran los primeros minutos del día miércoles, la ambulancia primero tardó en encontrar la casa desde donde pidieron auxilio, pero finalmente la ubicó; estacionó y detrás de ella un patrullero de apoyo. “Ingresamos a la casa y nos hicieron pasar a una habitación. Había mucha gente adentro, unas seis o siete personas; entre ellas había un pastor, curanderos y evangelistas, varios con rasguños y mordidas de la chica que estaba en la cama, como dormida. No sé qué habían estado haciendo pero en el lugar había biblias y otros libros”, relató.

Los profesionales constataron que el pulso era normal, pero la jovencita no respondía a las pruebas que habitualmente se someten las personas en situación de crisis que suelen hacerse los dormidos. El equipo de emergencias y los policías desalojaron a las demás personas de la habitación, y sólo quedaron ellos.

“En un momento ella abrió los ojos, hablaba muy despacito, y decía que le dolía todo el cuerpo. De pronto pidió que rezaran por ella, en ese momento le subieron las pulsaciones y se empezó a retorcer para atrás. A pesar de ser pequeña y delgada, la chica era sujetada por unos cinco o seis policías de las piernas y nuestro personal de los hombros; de golpe las pulsaciones bajaron de nuevo”, explicó el miembro de Sempro.

Minutos después, el fenómeno se dio otra vez, pero con más fuerza. “Se manifestó de nuevo, pero más fuerte. Se empezó a doblar en la cama y se reía con voz de hombre; sus pulsaciones volvieron a subir. En ese momento uno de nosotros salió de la habitación asustado, detrás también un policía que no soportó la situación. Nunca habíamos vivido algo así, fue horrible”, explicó la persona que formó parte de la asistencia. Allí fue cuando el equipo médico decidió su traslado hacia el hospital “Juan Domingo Perón”, de Villa Mercedes.

Según el relato que obtuvo El Diario, la joven viajó dormida y sujetada a la camilla, acompañada por una de sus amigas que vive en la casona vieja cercana al río Quinto, la ambulancia viajó escoltada por un patrullero. “Es creer o reventar, pero el oxímetro (un pequeño aparato que se conecta al dedo de la paciente y mide las pulsaciones) durante el viaje se apagó sin motivo aparente en tres oportunidades”, afirmó.

Al llegar a la guardia del hospital, la joven supuestamente poseída volvió a manifestarse. “Estaba acostada y se arqueaba hacia arriba, se le inflaba la panza y emitía un sonido gutural. Después se sentó en la camilla, se reía con una voz como de hombre, no era la de ella, era la misma voz con la que había negado ser ella misma