El presidente de la FIFA, Joseph Blatter, criticado por dirigentes futbolísticos y políticos, hizo oídos sordos a los pedidos de que abandone el cargo en medio de un gran escándalo de corrupción, en la víspera de una elección en la que busca un quinto mandato consecutivo.
Blatter no renunció, ni postergación del 65º Congreso, ni cambio de planes respecto a las elecciones del viernes que lo medirán ante príncipe jordano Ali Bin Al Hussein. El presidente de la FIFA siguió adelante pese a la tormenta e inauguró, según lo previsto, el Congreso electivo de la FIFA, con el tradicional discurso de bienvenida.
"Los próximos meses no serán fáciles para la FIFA. Estoy seguro de que vendrán nuevas malas noticias, pero lo importante es que podamos restaurar la credibilidad en nuestra organización", afirmó ante un auditorio repleto.
Blatter subrayó que "no se puede vigilar a todo el mundo en todo momento" y prometió colaborar con las autoridades en el caso por el que fueron detenidos siete directivos de fútbol en Zúrich, de un total de catorce imputados por la justicia estadounidense.
Una de las voces más críticas y sonoras fue la de la Unión Europea de Fútbol (UEFA) y la de su presidente Michel Platini, que apoya al príncipe Ali (en la foto junto a Maradona) y que pidió a Blatter su dimisión.
"Antes de lo que ha pasado esta semana, puede que no, pero ahora, con lo que ha ocurrido, creo que Blatter puede ser derrotado", afirmó Platini.
El primer ministro británico David Cameron y la Federación Inglesa solicitaron igual que Platini la dimisión de Blatter, mientras que el canciller francés Laurent Fabius se mostró partidario del aplazamiento electoral.
El que salió en apoyo de Blatter fue el ruso Vladimir Putin, presidente del país que acoge el Mundial-2018 y que acusó a Estados Unidos de querer impedir la reelección del suizo.
Desde la Confederación Africana de Fútbol (CAF) también se mostraron contrarios a la postergación.
NA.
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