Aniversario del Club Pringles: 90 años para seguir soñando

Está ubicado en Suipacha entre Moreno y Paraguay, en Villa Mercedes. Para muchos es “El Lobo mercedino” o “El Canario”, por el color de sus camisetas. Según los más jóvenes, “El Bosque” por la frondosa arboleda que rodea las tribunas y plateas de su estadio.

Un viejo dirigente señaló que le decían "El Lobo" por la oscuridad. "El barrio parecía una boca de lobo, por supuesto eran otros tiempos, hoy la cosa cambió y nuestro barrio esta bárbaro, es uno de los más pintorescos".

Sportivo Pringles, acaba de cumplir 90 años. Nació el 10 de junio de 1925 y por sus filas pasaron notables dirigentes y buenos jugadores. El fanatismo barrial hizo que la dirigencia le pusiera “Lorenzo Ocaña” al coqueto estadio que se levanta en el corazón del barrio.

Uno de los fundadores de la entidad fue el desaparecido escritor José Mellano que con el tiempo fue declarado socio vitalicio. Hoy con nueve décadas de vida y dueño de una rica historia, se desprenden claros objetivos deportivos y sociales que llevan a la dirigencia a hacer hincapié y prestar atención a las divisiones inferiores. En el Departamento de Fútbol Infantil de la Liga Villamercedina registran una amplia mayoría de jugadores por categoría, donde gran cantidad de niños practican fútbol, entrenan y aprenden técnicas.

Hace poco la familia de “El Lobo” festejó con una cena de camaradería sus jóvenes años donde fueron reconocidas viejas glorias deportivas, como Rafael “El Rafa” Reynoso -que pasó por Boca Juniors-  y fue llamado a integrar la selección argentina. Ramón “Moncho” Serra, José “Pinino” Pereyra, Bruno Temperini, Luis Gerardo, Miguel Figueroa, Carlos “Mula” Pérez, Luis “El Chivo” Ortiz.

También recordaron a Juan Alcuzi y “Pucho” Petino por nombrar algunos de los que vistieron su casaca. Por su trayectoria, Pablo Veneciano recibió un recordatorio al igual que Fernando Muñoz y Avecilla, integrantes del cuerpo técnico que logró obtener un título después de 40 años.

En lo futbolístico, “El Lobo” posee varios campeonatos. Se destaca el tricampeonato obtenido sin derrotas, en la década del ‘60. Los dirigentes rescatan de la memoria que “hubo una época de ‘sequía’, donde la institución no sumó ni un título. Pasaron 41 años sin subir al podio de los mejores, hasta que en 2007, en una gran final vencimos por penales a Jorge Newbery en el estadio Osvaldo Centioni, final que todavía vive en las retinas de los hinchas y los dirigentes. Después, en 2009, sumamos otro torneo más de la mano de ‘Nano Muñoz”, se apuran a contar.

Destacan nombres históricos para la familia futbolera del barrio Estación y también surgen El "Loncho" Ocaña, “El Toro”, don Pipo o don Ávila. Todos suman, todos quieren ayudar, la movida ha generado esta nueva etapa del club en nuestro barrio una inusitada expectativa.

“Se hace mucho a pulmón, lo que se recauda, más el aporte de algunos socios sirve para mejorar nuestro club. Necesitamos recuperarlo y ponerlo en el lugar que debe estar”. Al hablar de “Loncho”, los dirigentes no olvidan su pasión por el club, su trabajo y la formación de los niños. “La figura de ‘Lonchito’ se agiganta cada día, se ganó un lugar en el corazón de la familia pringlista, fue uno de los mejores técnicos del fútbol infantil, un pionero, era dueño del mejor semillero de chicos, los educaba, los ayudaba y los contenía, era un ejemplo como persona, hoy y por siempre se lo recuerda con mucho cariño y respeto”.

Años atrás, y por la falta de buenos resultados y de dirigentes comprometidos con el club, la institución se quedó sin nada. “No había jugadores, tuvimos que salir a pedir prestados, y una vez que nos enderezamos, la cosa cambió”, señalan con orgullo.

“Felizmente Pringles ha ido creciendo con el apoyo sus dirigentes, socios, amigos y algunos sponsor, también por el apoyo del Gobierno de la Provincia a través del Ministerio de Deportes".

La historia dice que hace un par de años, repararon el alambrado olímpico, colocaron postes nuevos y que también hicieron mejoras en el terreno de juego y levantaron una pared perimetral de más de tres metros de altura, así lo había pedido el Consejo Federal de fútbol para la participación de ‘El Canario’ en el argentino C de aquellos años”.

Para ayudar a las finanzas, los domingos hacían empanadas para vender y cuando juntaron una moneda, hicieron una rifa, sortearon una moto la que felizmente quedó en el club al no venderse el número favorecido. “Todo eso se hizo para no dejar venir abajo la institución”.

Con los años, el club recuperó el salón polideportivo de la esquina de Paraguay y Suipacha. Allí practican arquería, una disciplina muy de moda en todo el mundo.

“En ese espacio las chicas practican softbol, y cestobol. Como se puede ver la actividad del club ha crecido considerablemente. De lunes a viernes es incesante, se mueve una población de alrededor de 400 deportistas”, agrega Rovira.

Hoy, la nueva conducción del club encabezada por Jorge Magallanes pintó las instalaciones, repararon el alambrado olímpico, las tribunas, vestuarios y baños, una empresa podó toda la arboleda circundante, colocaron más reflectores en el campo de juego y con un aporte del Gobierno, están reparando un portón por el acceso que da a la calle Bélgica.

"Nuestra institución trabaja y quiere ser formadora de jugadores y de buenas personas, ése es uno de nuestros objetivos, apostamos a los más chicos y a los jóvenes para que ellos sean la imagen de Pringles en el futuro. Nuestra sociedad debe entender el esfuerzo que hace el dirigente, que muchas veces deja su trabajo o su familia para venir y hacer algo en el club, eso es invalorable".

“El futuro es seguir progresando, mejorar la infraestructura en todo el predio, anexar otras actividades. Antes era un club de fútbol, ahora tenemos otras disciplinas y proyectamos agregar otras que nos han llevado a que se acerque mucha gente. Ése es uno de nuestros objetivos inmediatos, las puertas están abiertas a todos. Nosotros necesitamos de ellos y ellos de nosotros”, dijo Roberto Rovira.