Gabriela, Viviana y Marisol Domínguez razonan que hace exactamente un mes les arrebataron de sus vidas a su hermano, el auxiliar de policía Rodolfo Domínguez. Pero la muerte, la partida abrupta e impensada de quien se había ganado el título de "el personaje de la familia" es algo que tienen que afrontar, sufrir, todos los días. Es un dolor que permanece inamovible, perpetuo como la madrugada del sábado 27 de junio, cuando recibieron la noticia de que Rodolfo había aparecido baleado en su Renault Clio, en el cruce de Guayaquil y Ardiles. "Hace treinta días que estamos muertas en vida", aseveró Gabriela.
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