La metalúrgica mercedina Tubhier y sus empleados todavía no llegan a un acuerdo, pero la fábrica tendrá que empezar a pagar los primeros platos rotos del conflicto: una multa por más de dos millones de pesos que le aplicó la Provincia. Y es que la firma no acató la conciliación obligatoria que le exigía incorporar a un grupo de empleados despedidos el mes pasado ni se presentó a la mayoría de las audiencias que organizó el Programa Relaciones Laborales para retomar el diálogo. Así lo aseguró ayer a la tarde el ministro de Gobierno, Justicia y Culto, Eduardo D'Onofrio, quien destacó que además de la sanción, intimaron a la firma y al sindicato para que regularicen la actividad en la compañía y asistan a una audiencia el martes a las 16.
"Hubo unas diez audiencias y en algunas logramos sentarnos con el presidente de la empresa, pero a seis no fueron. En esos encuentros se establecen las bases para llegar a un acuerdo. Pero si no hay reunión, no existe el diálogo”, dijo el funcionario, para justificar la pena que le impuso a la empresa, ubicada sobre la ruta N° 7. Y agregó: “Nosotros tomamos una postura de defensa del trabajador, pero no hay empleado sin empresa, por eso la Provincia hace muchas inversiones en infraestructura. Lo que no vamos a permitir es que desconozcan la autoridad de aplicación ni la ley”.
D'Onofrio detalló que la otra falta que le valió el castigo de dos millones ciento cuarenta y cinco mil pesos a Tubhier fue que impidió que el personal despedido ingresara nuevamente a la fábrica, luego de que el Gobierno dictara la primera conciliación obligatoria a mediados de agosto. Y aunque después, la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) restringió el ingreso a la planta de todos los empleados, el ministro ratificó que la compañía fue la primera en romper con la norma.
Según el funcionario, los primeros veinte trabajadores desvinculados se fueron por retiro voluntario, ya que la empresa logró negociar su partida con cada uno a finales de julio. Sin embargo, el 7 de agosto, los operarios presentaron una denuncia al Ejecutivo. En ese momento, Relaciones Laborales realizó inspecciones, pero el conflicto se recrudeció el 18, cuando la empresa despidió a veinticinco personas más y les negó el ingreso a la compañía, en contra de la disposición del Gobierno. La medida desató una serie de cortes en la puerta y protestas en el centro de Villa Mercedes por parte de los empleados. Desde esa fecha, la fábrica nunca retomó su actividad.
El ministro aclaró que el pedido de reincorporación y la puja con el gremio son por la última tanda de trabajadores, que fueron los que no aceptaron la indemnización de la empresa y pretenden recuperar su puesto. “Iniciamos un proceso administrativo y la empresa hizo un descargo, pero hoy (por ayer) después de analizarlo, decidimos imponerle una multa”, dijo.
El sindicato y los empleados le aseguraron a este matutino que los despidos arrancaron cuando quisieron afiliarse a la UOM y elegir a sus delegados. Pero el representante legal de Tubhier, Vicente Cuestas, afirmó que debieron reducir el personal y no renovar los contratos porque se paralizaron las ventas y aún tienen producción en la fábrica que no se comercializa (Ver "Una disputa..."). Aunque los trabajadores desmintieron la versión y dijeron que era una excusa ya que en la fábrica estaban tomando gente.
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