La Calle Angosta, pero en Cosquín

Antes de que la provincia presente su delegación oficial en Cosquín -mañana en horario central-, un sentir villamercedino se apoderó por un buen rato de la quinta luna del festival cordobés. Dos entradas del ballet La Patria y la participación de cinco músicos puntanos en la banda de Raúl Lavié hicieron que la Calle Angosta resonara nuevamente en la plaza Próspero Molina.

Más presencias de San Luis en Cosquín: el sábado la delegación provincial y el domingo Litto Lucero.

Ya desde el inicio, las almas mercedinas subieron al escenario. Como parte del premio por ganar el PreCosquín, el ballet mercedino -que compitió representando a la ciudad de Azul por esas cosas de la organización- tuvo a cargo la apertura a las diez en punto de la noche, después de los fuegos artificiales. 
El himno al festival fue bailado por los mercedinos que tuvieron a un invitado de lujo sobre el final de la coreografía: "Koki" Saavedra.
Después de esa primera ovación, el grupo se fue a camarines para preparar su actuación más importante, que llegó apenas pasada la medianoche.
En ese momento la puntanidad ablandó los corazones del puñado de sanluiseños presentes en el anfiteatro. Los primeros acordes del hermoso vals "Provincia de San Luis" acompañaron la imagen de la puerta del Boliche Don Miranda, en la Calle Angosta, y el sentido de pertenencia tuvo otro tamaño.
El cuadro que hizo "La Patria" se llama "Callecita que enamora" y es un historia de amor en el paseo más tradicional de Villa Mercedes. Si bien las imágenes en la pantalla gigante relataban parte del argumento, lo importante era ver qué sucedía en el escenario, con 12 parejas en coordinación perfecta y en juegos con los sacos de los varones, las sillas y las mesas.
La entrada de Silvia Herrera, la directora de la escuela, entregó un tono más emotivo, sobre todo para los bailarines -entre los que estaban sus cinco hijos y su nieto-, que vieron a pocos metros cómo bailaba una mujer que lleva más de 40 años con la enseñanza del baile folclórico.
Para la coreografía -que tuvo momentos de cueca y gato y algo de zapateo y habilidades con el pañuelo-, el plantel masculino vistió saco y corbata y las chicas trajes y cabello recogido.
La presentación terminó con un homenaje a "Los arrieros puntanos", el grupo villamercedino que fundó Pedro Herrera, el padre de Silvia.
La segunda parte de la visita villamercedina a la plaza coscoína estuvo encabezada por un santafesino. Raúl Lavié actuó con el Ensamble Provincial y tuvo palabras de agradecimiento a San Luis. "Me abrió las puertas para grabar el disco que tanto quería", dijo.
El trabajo que "El Negro" grabó en La Casa de la Música de Villa Mercedes es un recorrido por canciones folclóricas de todo el país. "Me debía a mí mismo hacer un disco así. Hice estos temas con humildad y respeto", sostuvo el cantante en el escenario.
Roberto Sosa, Javier Herrera, Eduardo Onzari, Pablo Bala y Jonathan Reynoso, más un bandoneonista de Tandil conformaron el grupo de acompañamiento al que Lavié dedicó elogiosas palabras. "Son grandes músicos", dijo.
Humilde, el reconocido artista -que no paró de agradecer la oportunidad de regresar al escenario cordobés- cedió una parte de su set a la villamercedina Viveka Rosa, quien ataviada en un vestido rojo furioso tuvo su momento de gloria en Cosquín con una descollante versión de "Frente al mar", ya convertido en su caballito de batalla.
La presentación de Raúl empezó bien cuyana con "No sé qué diablos me pasa" y fue a "Mujer, niña y amiga", "Volveré siempre a San Juan" y "Añoranzas", en el segmento folclórico. Aferrado para siempre a su género de origen, el cantante hizo una sentida versión de "Balada para un loco". El bis no podía ser otro, acorde a todo lo que se había vivido en el escenario anteriormente: La Calle Angosta y todos a revolear los pañuelos.