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Investigan la muerte de una joven que dio a luz en la Maternidad

Por redacción
| 31 de octubre de 2016

Todo había sido normal durante el embarazo y el parto. Pero apenas Vanesa Soledad Schvedt Casares tuvo a su bebé, el sábado a la mañana, en la Maternidad Provincial “Doctora Teresita Baigorria”, sufrió una hemorragia incontenible que le produjo la muerte poco después. Su familia hizo una denuncia para que la Justicia Penal determine si los médicos que la atendieron incurrieron en mala praxis.
El médico ginecólogo Héctor Mayor, que actuó en la autopsia como perito de parte, contratado por la familia de la chica, dijo que por el momento no pueden señalar que los médicos que la atendieron hayan cometido negligencia o impericia. Y que los estudios de laboratorio que disponga la jueza de Instrucción Penal Nº 3, Virginia Palacios, pueden aclararlo.
“Es totalmente comprensible que la familia quiera saber cómo se produjo la muerte. No quieren hacer lío, quieren que se despejen todas las dudas. Y si hubo mala praxis, vamos a ir hasta las últimas consecuencias”, dijo a El Diario, ayer a la tarde, Javier Rezzano, el abogado contratado por los familiares de la joven.
El ministro de Salud de la provincia, Marcelo Riera, ordenó una investigación preliminar e instruyó a la oficina legal del Ministerio, para que emita un dictamen “luego de tramitado todo el proceso encomendado”, informó la oficina de prensa de la cartera de Salud.
“Este ministerio contribuye y contribuirá para que la Justicia disponga de todos y cada uno de los elementos necesarios para el esclarecimiento de este doloroso suceso”, señaló el comunicado.
Vanesa tenía 29 años y un hijo de 12. Su segundo hijo, que nació a las 8:33 del sábado, está en perfectas condiciones. El embarazo no había presentado ninguna complicación y estaba absolutamente controlado, ya que ella concurría rigurosamente a hacerse los chequeos médicos en un centro de salud pública, dijo ayer el ginecólogo Mayor.
Otra fuente precisó que la joven se hacía los controles en el Hospital del Norte, ubicado a la vera de la avenida Fuerza Aérea, hasta la última semana previa al alumbramiento, cuando empezó a ir a la Maternidad, ya que se preparaba para el parto.
En uno de esos controles en la “Teresita Baigorria” –agregó– habían dispuesto que si para el domingo no se desencadenaba el parto, lo iban a inducir, porque ya estaba en la semana cuarenta y uno de gestación.  
El sábado la joven parturienta llegó a la Maternidad “con muchas contracciones y a la segunda vez que pujó tuvo a la criatura. Entonces detectaron lo que sería una hemorragia y la intervinieron quirúrgicamente, pero no le pudieron salvar la vida”, indicó.

 


"No tenía problemas de salud"
Vanesa Schvedt Casares “no tenía ningún problema de salud, no se había detectado ningún signo ni síntoma de enfermedad, que pudiera hacer predecir lo sucedido. Estaba todo bien. Tenía todos los controles y todos los análisis hechos. Tal es así que hay unos análisis del 26 de octubre”, señaló Mayor.
El ginecólogo dijo que “el embarazo ha sido normal, hasta que expulsó a su bebé y su placenta, pero después se desarrolló el desenlace”, motivado por una hemorragia.
La conclusión a la que arribaron el perito de la familia y los dos médicos forenses que hicieron la autopsia, Ricardo Torres y Luis Lucero Arienti, es que la chica murió “por una falla multiorgánica debido a un shock hipovolémico (pérdida abundante de sangre) causado por una hemorragia uterina”.
“Ése es el diagnóstico, por supuesto –agregó el perito contratado por la familia– después habrá que ver si cumplieron con las pautas médicas correspondientes para no llegar a ese final, para saber si se podría haber evitado”.
Fue “una hemorragia explosiva cuando nació el niño”, explicó Torres. “La familia manifiesta que ella no sangraba, pero esperó cuatro horas en ir a la atención médica luego de romper bolsa. Cuando eso sucede se producen riesgos para la mujer y para el bebé”, señaló el perito de tribunales.
Explicó que la madre llegó a la Maternidad “ya en el proceso expulsivo”, cuando ya ha hecho el trabajo de parto y el bebé ya es empujado fuera del útero.
Mayor coincidió en que “una parte del trabajo de parto lo había hecho en la casa, porque llegó prácticamente en proceso expulsivo, pero dentro de los parámetros normales. Hay muchas mujeres que llegan así, en período expulsivo, sobre todo cuando han tenido otros hijos antes, como ella, que ya había tenido uno”, y no han tenido inconvenientes, aseguró.
El forense Torres estimó que la madre sufrió un desgarro y que el bebé hacía de tapón para la hemorragia, que luego del alumbramiento fue incontenible.
“La indicación en estos casos es hacer una histerectomía”, es decir, una operación para extirpar el útero, agregó. Pero “cuando la ingresaron estaba con una presión de 70/30, incompatible con la vida. En estos casos se necesita sangre fresca, no del banco, porque se necesitan fibrinógenos”, una proteína que ayuda a detener el sangrado, dijo el médico legista.
Mayor explicó que en estos casos “generalmente hay que transfundir. Hay que ver qué le transfundieron, cómo, de qué calidad fue. Eso se puede saber en función de la historia clínica, que en este caso es bastante pobre”. Según ese documento, agregó, a Vanesa “le habían transfundido dos unidades” de sangre.

 


Lo primero, el secuestro de la historia clínica
La historia clínica fue secuestrada el mismo sábado de la Maternidad, por orden de la jueza Palacios, como medida urgente y previa a la autopsia. El examen al cuerpo estaba previsto para ese día, pero la magistrado lo aplazó ante la posibilidad de que la familia de Vanesa designara, como lo hizo, un médico que interviniera en el estudio.
A las diez de la noche, Rezzano le entregó a la jueza, en su domicilio particular, un escrito en el que se presentaba como apoderado de la familia y proponía a Mayor como perito.
Para la autopsia, que comenzó a las 18:10 y terminó alrededor de las 19:30 del domingo, Palacios convocó, además de los dos forenses y el perito de la familia, al fiscal Esteban Roche, a la división Criminalística de la Policía, al personal de Laboratorio Científico y a la secretaria del juzgado, Adriana Lucero Alfonso.
Los médicos extrajeron el útero y además tomaron muestras de hígado, de  pulmón, de riñón y de otros órganos, que serán sometidos a estudios de laboratorio.
“Todos los médicos coincidieron en la necesidad de hacer estudios histopatológicos”, es decir, de los tejidos, señaló ayer la jueza. 
Informó que, “por ahora, la causa está caratulada ‘Averiguación muerte”. 
“Vamos a realizar todas las pruebas testimoniales y periciales necesarias para determinar cuál fue la mecánica que desencadenó la muerte. No me voy a aventurar a decir si hubo una negligencia o imprudencia por parte de los médicos intervinientes, hasta no tener todo el material probatorio que nos concluya un resultado. Sería absolutamente irresponsable”, afirmó Palacios.

 


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