San Luis quiere ser la nueva Vía Láctea

Desde hace un tiempo la firma Mastellone Hermanos desarrolla un proyecto que tiene el objetivo de aumentar la producción lechera en Argentina. El plan denominado “Más Leche” apunta, entre otras cosas, a generar nuevas cuencas en zonas extra pampeanas. Entre esos lugares se destaca la provincia de San Luis como la tierra elegida para desarrollar una posible región productiva. De esta manera, se abren nuevos caminos para la ganadería que, a su vez, podrían generar más fuentes de empleo para los puntanos. La gerencia de la firma con sede central en General Rodríguez (provincia de Buenos Aires) le brindó vía mail a la revista El Campo algunos detalles de este ambicioso proyecto. Pero también, los responsables de la planta de Villa Mercedes, donde maduran quesos, le abrieron las puertas para dar a conocer un poco más del funcionamiento de la fábrica que abastece con sus productos a todo el país.

Más leche, más vacas, más campo

Mastellone Hermanos SA. es la procesadora de leche más grande del país y la dueña de la conocida marca “La Serenísima”. Bajo ese rótulo, la firma produce y comercializa distintos tipos de leche, yogures, cremas, dulces de leche, postres y quesos. Sin dudas, tiene una potencia empresarial propia y una trayectoria de más de ochenta años que la sustentan en sí misma. Sin embargo, recientemente sumó a su caudal la capacidad de otra gran compañía de la industria alimenticia. El Grupo Arcor realizó un aporte de 50 millones de dólares y adquirió acciones de Mastellone por otros 10 millones. De este modo, Arcor tendrá una participación de cerca del veinticinco por ciento del capital accionario de la empresa láctea. Los fondos de esta operación estarán destinados a fortalecer los tres polos productivos más grandes que poseen en el país: el Complejo Industrial Pascual Mastellone en General Rodríguez, el de Trenque Lauquen (también en Buenos Aires) y la fábrica de Villa Mercedes.

En este sentido, con una parte de las inversiones “pretendemos incrementar la capacidad de procesamiento de leche de la planta en San Luis y, por ende, aumentar su nivel de actividad”, contó la dirigencia. Hasta el momento, la fábrica local sólo se dedica a la maduración, pintado, trozado y rallado de distintos tipos de quesos. Por ello, la intención de los gerentes es construir en el predio que tienen en la provincia “una planta de recepción y clasificación de leche cruda y de elaboración y envasado de leche fluida que permitirá abastecer al centro y norte del país, con el consiguiente ahorro de flete”.

La instalación, que está prevista para comenzar este año, contribuirá a desarrollar el viejo anhelo de convertir a San Luis en un polo lechero. Es que el plan “Más Leche” no sólo busca “incrementar la eficiencia y el nivel de actividad en el procesamiento de leche, sino fundamentalmente promover el aumento de la productividad de los tambos y la creación de nuevas cuencas lecheras”, reza el proyecto.

La producción de leche puede dividirse, de manera gráfica, en tres grandes eslabones que se retroalimentan y se requieren entre sí.  En primer lugar hay una etapa agrícola localizada en los tambos, donde las vacas aportan la materia prima necesaria para iniciar el proceso. Luego interviene el componente industrial, que convierte la materia prima en productos terminados, y finalmente está el tiempo de la distribución y la comercialización de esos alimentos. Por lo tanto, una cuenca lechera es el resultado de la interacción de distintos actores que participan de cada uno de estos momentos y completan el círculo.

La lechería no es el fuerte de San Luis, que se debate entre una ganadería pujante y una agricultura inclinada hacia la soja, el maíz y el trigo. En el país, las potencias en la actividad lechera son otras provincias. Por su volumen de producción y por lo que significa para el desarrollo de algunas de sus localidades, Santa Fe pica en punta entre las regiones más poderosas. Luego, Córdoba es también cuna de tambos y empresas lácteas. De estas provincias, por ejemplo, proviene SanCor, que no es otra cosa que la conjunción de ambos nombres. Finalmente, el podio en el rubro lo completa Buenos Aires. De manera que San Luis necesitará configurar un nuevo escenario para la actividad, con más trabajadores que apuesten a crear tambos que se asocien a los procesos de industrialización y distribución de La Serenísima o, incluso, de otras empresas. “La instalación del equipamiento y el desarrollo de la lechería tienen que ir de la mano. En la zona hay leche para un proyecto inicial, hay potencial para la instalación de nuevos tambos, pero tienen que ir creciendo y acompañando”, señaló Pablo Giorgis, gerente de la planta local de La Serenísima.

Según un relevamiento que hicieron las por entonces gestiones del Ministerio de Industria, Comercio, Minería y Transporte y el Ministerio del Campo, junto a otras instituciones agropecuarias, en setiembre del año pasado. En el territorio provincial existen veintinueve tambos en funcionamiento, con una producción diaria de 100.000 litros de leche y 4.000 vacas para ordeñe. El 95 por ciento de lo que producen por jornada es vendido a las industrias lácteas que operan en la región, mientras que el otro 5% se destina a la elaboración de quesos artesanales. Los departamentos más involucrados en la lechería son Ayacucho, Pueyrredón y Chacabuco. En el primero se localizan los tres tambos más grandes de la provincia y en el último, la mayor cantidad de pequeños y medianos productores.

Los accionarios de Mastellone consideran que San Luis tiene la capacidad necesaria para generar un millón de litros de leche por día, cifra que impactaría en la producción nacional de manera considerable. Actualmente, la empresa procesa un promedio de 4.300.000 litros de leche por día y apuntan a llegar a los seis millones de litros. Para ello, a juicio de la compañía, la provincia es una región con un gran potencial para desarrollar la actividad, porque dispone del clima, tipos de suelo y agua, que le posibilitan obtener niveles grandes de forrajes, y granos para alimentar a los animales a ordeñar.

“Es importante destacar la disponibilidad de recurso hídrico subterráneo en la región, sin el cual la actividad resulta inviable. Ello otorga una fuerte seguridad climática al modelo durante todo el año, evitando así los inconvenientes asociados a los excesos o la escasez de agua, propios de las regiones de secano”, expresa el proyecto. “Es un propósito ambicioso porque busca generar mayor productividad fuera de la pampa húmeda. En esas zonas, dónde es más común, la lechería compite directamente con la agricultura, y se han ido desplazando tambos. Pero en la provincia de La Pampa hace varios años no había, y hoy hay cuencas importantes. En San Luis en la actualidad hay mayor y mejor acceso al agua, buenos precios de las tierras, el clima apropiado para los animales, y no hay lejanías considerables con las compañías, no sólo con ésta, sino con otras”, sostuvo Giorgis.

“Además, hay un desarrollo vial hacia el norte que permite que vayan creciendo tambos, por la facilidad para poder trasladar la materia prima”, agregó Javier Estévez, jefe de mantenimiento del complejo mercedino. Como la empresa ya cuenta con una planta que opera en la región, el incremento de las líneas de producción permitirá una optimización logística muy importante. “Si bien el tema de la lechería en San Luis es incipiente, en el noreste de la provincia ya se desarrollan dos grandes tambos con sistemas productivos muy eficientes bajo riego, que prueban la aptitud para desarrollar la actividad”, afirmó la dirigencia de la empresa.

De esta manera, la implementación de este plan podría traer nuevas posibilidades para el trabajador rural de la provincia. Al aumentar la capacidad del complejo industrial, y al elaborar otros productos como leche fluida, la empresa requerirá una cantidad adicional de materia prima, que será necesario generar en los tambos locales, que deberán ser apoyados. Por lo tanto, el sector agropecuario tendrá más alternativas para sus campos y un negocio prometedor podría invitar a crear nuevos establecimientos que produzcan el excedente de leche que la industria necesita.

Pero los caminos que se trazan detrás de un proyecto de esta naturaleza van más allá de las puertas de la fábrica. Cuando la iniciativa fue presentada antes las autoridades provinciales en agosto de 2015, José Moreno, presidente de la compañía, dijo tener “la seguridad de que el proyecto no tiene solamente un sentido económico, sino también un sentido fundamentalmente social”. Es que la nueva planta de procesamiento de leche fluida necesitará de más trabajadores que presten su mano de obra para los distintos sectores y que se sumen a los 250 que hoy tiene el complejo. De esta manera, se abrirán nuevas fuentes de empleo directas para los mercedinos o los habitantes de localidades vecinas.

Pero además, el plan "Más Leche", multiplica las chances de trabajos asociados indirectamente, porque ésta es una industria que requiere de un gran abanico de servicios para poder llevar a cabo el ciclo completo.

Mano de obra directa e indirecta

El sector lechero en San Luis genera actualmente 196 puestos de trabajo, de los cuales 129 corresponden a mano de obra contratada y 67 a integrantes de las familias propietarias de los establecimientos. Con la generación de nuevos tambos también se incrementaría el número de personas involucradas en los establecimientos, sin hablar de los agentes de distribución y la gran cantidad de fletes que podrían sacar provecho al tener que trasladar un producto más fresco y que requiere un transporte rápido y con distancias más acotadas para garantizar la sanidad.