No hubo fiesta temática por el día del trabajo ni los asistentes llevaron currículums. Pero quedaban corbatas desanudadas y camisas arremangadas en el after office de Sky, incentivados por el humor del standupero Federico Cyrulnik con su performance “Joven”.
Mezclada en la función hubo una pacífica distensión de los comensales durante la cena y el plato fuerte de la velada: los chistes del comediante cibernético.
A diferencia de la reciente visita del dúo “Like Brothers”, de Gregorio Rosello y Gonzalo Vizan, que apuntan al target adolescente, los followers de Federico son los que poblaron las mesas del sector Restó de Sky, al aire libre y entre las palmeras, de más de 30 años. “No tan jóvenes pero con espíritu” se justificó el humorista, tan improvisado que largó su función con un par de anteojos que encontró por ahí y que por vergüenza -tal vez- su dueño no fue a retirar.
La capacidad del restó se vio desbordada con gente en la barra porque las reservas superaron las expectativas. Cuando una chica escuchó que a Fede en su casa le dicen que “los demás hacen cosas de grande y vos seguís mirando los dibujos animados”, lo codeó a su acompañante, con una sonrisa pícara.
Como mantiene a sus seguidores atentos a las novedades, lo más reciente del día había sido su balance del show de la noche anterior, en el Boliche don Miranda de Villa Mercedes. El video lo colgó en @FedeCyru su cuenta de Instagram al mediodía del jueves y para la noche ya tenía miles de visitas. Furor puntano.
Signo de los tiempos y la vida acelerada, el humor de cuentos largos de antaño se transformó en pequeñas grageas en la era digital. Cortito y al pie, efectivo y cumplidor.
Se burló de los usos y costumbres digitales (“somos el McDonalds humano, la foto del perfil es una y en persona sos otra”) , mientras reparaba acentos y tonos de chicas, chicos de barrio y chetos. No se salvó nadie.
Mientras las bebidas poblaron las mesas para mojar gargantas secadas al reír, los asistentes gozaron atentos a una nueva movida, ‘el after office’ para distenderse de lo laboral entre pizzas y picadas, con cerveza oficial y bebidas espirituosas, en una noche que continuó a través de las bandejas del Dj.
El fuerte de Cyrulnik son los perros. Hizo reír con los nombres de cada uno y a los que colaboraban les seguía el chiste, con un buen feedback. “¿Viste que los caniches vienen en color helado?: son tres, vainilla, dulce de leche y chocolate”, dijo a lo que una chica del público agregó: “Y canela”. Fede la escuchó y la retó: “¡No me cagués el chiste!”.
Por momentos, el espectáculo tuvo proyecciones de soporte en una pantalla que utilizó al simular un desperfecto en la guitarra para salir de escena. Al principio proyectó un video de reggaeton protagonizado por sus perros Pampa y Tito, estrellas de la web.
Después siguió en la guitarra con las bersuiteras “Un pacto” y “Mi caramelo”. Son canciones con las que se ganan chicas y no hace falta saberla toda, "con los primeros acordes, las chicas entregan", enseñó.
También hizo mash-ups con una excelente versión de “Muchacha, ojos de papel” pero cantada por el Topo Gigio y el arrorró por Joaquín Sabina. Hubo además lecciones aceleradas de flamenco depresivo y un sano consejo: “Si algún día salen con un reggaetonero por favor nunca ¡pero nunca! le rompan el corazón porque nos llenan la radio con canciones de mierda”. Y tras cantar algunos temas del estilo confirmó su teoría. Cuando el humor sirve para decir la verdad.
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