El presidente español y líder del Partido Popular (PP), Mariano Rajoy, insistió en formar una "gran coalición" con el Partido Socialista (PSOE), pero el frente opositor rechazó su propuesta.
La fuerza política que encabeza el conservador se impuso en las elecciones del domingo pasado y sumó 137 bancas en el Congreso, pero no obtuvo la mayoría suficiente para gobernar, así que deberá negociar con sus rivales para obtener los votos que le faltan en el órgano legislativo. La iniciativa será un gran desafío ya que los socialistas descartaron la posibilidad de apoyar a Rajoy.
Si bien aseguró que su preferencia es lograr un acuerdo con la oposición, el mandatario reclamó que tiene derecho a formar un gobierno, aunque sea en minoría. "No voy a renunciar porque hay ocho millones de españoles que nos han apoyado", dijo el dirigente conservador en conferencia de prensa, en la sede del PP. Y adelantó que espera contar con las 176 adhesiones suficientes, que equivalen a la mitad más uno del Congreso de 350 escaños; aunque si no lo logra, apostará a "algunos pactos puntuales".
"Hablaré con todas las fuerzas políticas, pero lo haré primero con el PSOE, que sigue siendo la segunda de este país", anunció Rajoy, después de sumar 14 diputados más que en diciembre pasado y alcanzar las 137 bancas. El frente socialista de Pedro Sánchez logró mantenerse con 85 escaños, cinco menos que hace seis meses, y la coalición de izquierda Unidos Podemos se situó tercera y muy por debajo de las expectativas, ya que consiguió los mismos 71 legisladores que tenían Podemos y la Izquierda Unida por separado.
El PSOE, descartó oficialmente apoyar al gubernamental PP, en una rueda de prensa del portavoz Antonio Hernando, quien afirmó que le corresponde armar el gobierno a la formación conservadora que ganó los comicios. Poco antes, el secretario de Organización de los Socialistas, César Luena, había declarado en línea similar que no van a apoyar a Rajoy "ni por acción ni por omisión", en referencia a una posible abstención en la votación crucial, que le allanaría el camino a Rajoy. Y sin dar más detalles de su estrategia, agregó: "Los votos que recibimos son para cambiar las políticas injustas y antisociales del PP".
Rajoy advirtió que sería "inaudito" que le impidieran gobernar y que España se viera empujada a unas terceras elecciones.
En diciembre pasado el país fue a las urnas, y como los legisladores electos no lograron un acuerdo para formar gobierno, el rey Felipe VI decidió disolver el Parlamento a principios de mayo y convocar nuevamente a comicios. Desde finales de 2015, el Congreso no sacó una sola ley y el bloqueo podría continuar si la derecha oficialista no logra negociar las adhesiones que le faltan.
Si en diciembre la posibilidad de sumar a los independentistas para llegar a una mayoría de izquierda resultaba imposible por la negativa del PSOE, ahora nada indica que se pueda producir un giro similar. Pero Rajoy tiene más opciones. Ciudadanos, que quedó en cuarta posición con 32 escaños, fue el más perjudicado por el ascenso del PP, y podría terminar apoyándolo junto con el PNV y Coalición Canaria, lo que dejaría al PP a un voto de la mayoría absoluta.
El presidente en funciones recordó que el 19 de julio se constituye el nuevo Parlamento, y que espera dentro de un mes tener "un acuerdo de mínimos".
"A mí me gustaría que fuésemos capaces de hacer algo razonable y no perder más el tiempo, y facilitarles las cosas al rey", dijo Rajoy, que baraja la posibilidad de conseguir un acuerdo previamente a que se inicien las consultas formales con Felipe VI, quien tiene que designar al candidato a la Presidencia del gobierno para que busque el apoyo del Congreso.
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