Ex empleados de Crocantes reabrieron el local de la Illia

Les llevó nueve meses, el mismo tiempo que necesita una mujer para traer una vida al mundo, a un grupo de 10 ex trabajadores de la panificadora ubicada en la avenida Illia 127 abrir el nuevo "Cro Café".  Atrás quedó aquel fatídico 10 de octubre cuando se enteraron por boca de terceros que cerraba sus puertas y los dejaban en la calle. Con paciencia y sin claudicar lograron primero que el juez Civil Nº 2, Eduardo Giménez, que llevó el proceso de quiebra de la firma anterior, les diera la custodia del lugar, que el sindicato de panaderos siempre los acompañaran y finalmente que Marcelo Salado, el socio capitalista, se arriesgara y formara una nueva sociedad con igualdad de derechos. Y ayer volvieron a amasar el pan y a hornear exquisitas facturas.

Horacio Benítez, el representante de los trabajadores en la nueva empresa, dijo orgulloso que “desde el primer día lo que nosotros queríamos era trabajar, nada más. Y hoy lo logramos. Éste es un negocio nuevo y todo lo que pasó con el dueño anterior ya es pasado. Siempre fui optimista de que esto se iba conseguir y por eso vine todos los días desde que cerró”. 

Mauricio Sosa tiene 20 años, trabajó dos en la panificadora anterior como ayudante panadero y ahora es el flamante armador de facturas de hojaldre: “Gracias a Dios es una gran alegría porque estar ocho meses sin trabajo fue muy duro. Ahora vuelvo a hacer lo que me gusta y sé, porque antes tenía que hacer changas para juntar unos pesos”. Sobre la alternativa de ser también dueño de la firma comercial, dijo que se considera un empleado más junto a todos sus compañeros.

Otra de las empleadas, Marisol Morales, tiene la tarea de mantener limpias y ordenadas las instalaciones del local. Con 53 años y después de trabajar durante cinco en la ex Crocantes le llegó la peor noticia: quedarse sin trabajo. Pero lejos de abandonar continuó con la idea de volver a tener un empleo. “Me agarró un estado depresivo enorme por las deudas que empecé a tener porque nunca pensé que me iba a quedar sin trabajo. Hoy vuelvo a empezar y espero tener mejor suerte”.

Confesó que los últimos meses fueron muy duros “porque estuve llevando mi currículum a varios lugares y no conseguí nada. Aparte, psicológicamente, te quedás mal. Pero con el apoyo de mi familia pude salir adelante”.

Marcelo Salado, el socio capitalista, se encargó de remarcar que “éste es un nuevo emprendimento, somos otra firma y no tenemos nada que ver con los dueños anteriores, ni con las deudas que hayan dejado. Ahora esperamos que la comunidad nos reciba y tome a 'Cro Café' como su nuevo lugar de reunión”.

Darío Martinelli, delegado normalizador del gremio de panaderos (Fauppa), señaló que “después de nueve meses podemos concretar este sueño de abrir nuevas fuentes de trabajo cuando en todo el país se están perdiendo. En nuestra actividad estamos recuperando diez empleos que dignifican a diez familias, que a su vez serán socios de esta nueva panadería porque no es una cooperativa sino una sociedad de capital e industria”.