Paola Romina Guevara y su compañera vestían los uniformes que el Municipio de Justo Daract tiene para los inspectores del Cuerpo de Tránsito. Sobre Hipólito Yrigoyen y Maipú, en donde estaban paradas, había conos de tráfico naranjas. No había forma de que Alexis Mario Fernández no supiera que lo que sucedía al frente de la Municipalidad de esa ciudad era un operativo vial. Justamente porque tenía eso presente quiso zafar del control. Pues seguramente pensó que el hecho de que ni él ni su acompañante tuvieran casco y que circulaban a alta velocidad le traería problemas. Pero en lugar de evitar inconvenientes, los intensificó. Atropelló a la inspectora municipal y después quiso escapar. Sólo consiguió que la Policía lo detuvieron y le secuestrara la moto.
Por fortuna, la mujer de 32 años sólo se cortó la pierna derecha, por debajo de la rodilla. Fue asistida en el hospital de Justo Daract y dada de alta a las pocas horas, precisó un informante.
El joven de 18 años permanece en la Comisaría 18ª. Está imputado por “resistencia a la autoridad” y “lesiones leves”, refirió el subcomisario Walter Ortiz, jefe de esa dependencia. En la misma seccional, a disposición del Tribunal Municipal de Faltas, está secuestrada su Appia 150 negra.
No es la primera vez que Fernández pasa por algo similar, le confió una fuente a El Diario. El chico ha tenido cruces con la Ley, pero como se dieron cuando aún era menor hoy no le pesan como antecedentes penales.
Ayer, cerca de las 11, fue llevado a los tribunales de Villa Mercedes. Allí el juez Contravencional y Correccional, Santiago Ortiz, lo indagó.
Declaró que el mediodía del martes él andaba en su moto con su amigo, Mario Figueroa. Iban por avenida Hipólito Yrigoyen. “Yo venía a menos de 30 kilómetros por hora”, aseguró.
Adelante, a diez metros, circulaba un coche. “Cuando (el auto) pasó la mitad de la cuadra, una persona se cruzó y se puso en medio de la calle”, relató. Dijo que él intentó frenar, pero la mujer que tenía en frente no se la hizo fácil. “Como no la pude esquivar por el lado izquierdo, (Guevara) se me tiró encima de la moto”, contó. Ahí fue cuando, según él, la chocó.
“Yo me caí. La moto cayó sobre la chica y mi amigo, del susto, se fue”, detalló. Dijo que le quitó de encima la Appia a la inspectora, hizo a un lado el rodado y se fijó cómo estaba la damnificada. “Yo no me había dado cuenta de que era una inspectora de tránsito. Tampoco quise escaparme…”, subrayó.
Ortiz le preguntó si no había visto los conos de señalización en la avenida. Respondió que en medio de la calle no había tales conos. También le preguntó si no había advertido que la inspectora le levantó la mano y le tocó el silbato. “No. (Guevara) no hizo ninguna señal para que yo frenara. Sólo se me cruzó adelante”, remarcó.
Pero eso no es lo que la empleada municipal, su compañera y un automovilista le aseguraron a la Policía.
La víctima contó que ella le dio la voz de alto a Fernández. Pero él no bajó la velocidad. Entonces, la mujer le hizo señas con las manos y le tocó dos veces el silbato. No hubo caso. "Me chocó con la parte delantera de la moto, en la zona media y en la pierna", contó.
El brusco golpe la levantó y la tiró un par de metros. Cuando cayó sobre el asfalto y perdió el conocimiento. Sólo recuerda dos cosas: que fue auxiliada por los enfermeros y que el acusado nunca se acercó a preguntarle cómo estaba.
Al contrario, Gimena Juliana Pereyra, la otra inspectora, relató que tuvo que sacarle las llaves a la Appia y ponerse en frente de Fernández, a modo de muralla, para evitar que tratara de escapar por segunda vez.
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