Pablo Eggarter, el canto primero

Con su padre austríaco y su madre de raíces polacas fue casi una casualidad que Pablo Eggarter naciera en San Luis. Ellos llegaron a la provincia luego de recibirse de físicos en la Universidad de Buenos Aires, pero solo vivieron un año. Después se fueron a hacer un doctorado a Estados Unidos,  donde Pablo completó su primera infancia.

Luego de esa experiencia trabajaron en Francia tres años y en Brasil un año, para después regresar a San Luis. "Yo me siento puntano”, afirmó, no obstante, Eggarter.

Pablo se crió en una casa donde la música se escuchaba constantemente y en el que su madre estudió en el conservatorio de piano. “Empecé estudiando flauta dulce a los cinco años. Era muy tímido, me daba vergüenza cantar en público, recién en la secundaria me animé a probarme para el coro de la escuela. A partir de ese momento nunca abandoné la música”, declaró.

El cantante -repetido integrante y director de los coros más importantes de la provincia- es multifacético. Estudió informática, producción musical, comercio exterior y guía de trekking y alta montaña, pero fue la música su gran compañera desde los cinco años. “Soy muy inquieto, me gusta investigar y hacer distintas cosas. He hecho mucho deporte y mis trabajos han sido diversos”.

El primer contacto de Eggarter como director de un coro fue cuando su profesor de Chile no pudo viajar a San Luis y le encomendó a él su trabajo. “En el 92 hice mi primer curso de dirección coral con el maestro Néstor Andrenacci de Mendoza. En cuanto me volvía a San Luis empecé a trabajar como director”, recordó.

Fue así que armó el coro infantil de Juana Koslay y luego fue director del coro de niños de la Universidad Nacional de San Luis, mientras ejercía como asistente de dirección en el coro de adultos de la misma casa de estudios. “Del 91 al 94 canté en el coro de la provincia y en el 96 armé mi propio coro ‘Coral San Luis’ con cantantes de la agrupación provincial y del ‘Coro Santa Cecilia’, de la hermana Cecilia López, de quien aprendí muchísimo de música”, destacó Pablo. 

A fines del 2001, luego de un viaje a Ecuador con compañeros del coro universitario surgió la idea de hacer un octeto vocal, “Octobolus”, que duró hasta el 2004, cuando algunos integrantes del grupo terminaron la universidad y volvieron a sus provincias.

“Un poco para llenar el vacío que quedó después del octeto surgió ‘Bocca Chiusa’”, dijo y mencionó a la más popular de las formaciones que integró.

El sexteto de música vocal que mezclaba también humor fue armado por Alejandro Moretti y Daniela Pereyra Jameson. “A nivel popularidad fue lo más. Era un tipo de música que llegaba a mucha gente”, agregó

Pablo, criado en un seno familiar itinerante, una filosofía de vida se arraigó a él por siempre.

Hace 10 años participa en el coro mendocino “Estudio vocal universitario”, dirigido por Guido Vacca. “Voy a Mendoza todos los fines de semana”, declaró, aguardando un segundo de silencio. Con su tono de voz tranquilo agregó que con el grupo ganó tres primeros premios en un certamen reciente en Europa.

En Santa Fe también está su grano de arena. “Participé en el coro ‘Meridies’, dirigido por Virginia Bono. Fuimos a Gales donde sacamos un primer premio y después hicimos dos concursos más en España, donde sacamos un tercer premio y también la mejor interpretación de obra del país de origen”.

Actualmente Eggarter forma un nuevo coro integrado por 35 personas que interpreta música universal contemporánea. Aunque aún no tiene nombre se están preparando para una presentación en diciembre. “Convoqué a gente que canta hace mucho, ex alumnos míos del coro infantil que ahora son grandes. Se arman orfeones, grupos de cantantes que se convocan para distintos proyectos, el objetivo es presentarnos en diciembre", cerró Eggarter, quien mantuvo su tono de voz tranquilo y dejó bien en claro que la música ocupa el lugar más importante de todas sus habilidades.