Inspeccionarán la celda en la que un preso se prendió fuego

Mañana, el juez Penal 1, Sebastián Cadelago Filippi inspeccionará de modo personal la celda en la que un interno, Diego Nahuel Morales, se prendió fuego hace 20 días, en el Complejo Penitenciario “Pampa de las Salinas”, en La Botija. Eso informó Guillermo Levingston, el abogado de la familia del joven que falleció tras estar internado nueve días en el Hospital San Luis, como consecuencia de las graves quemaduras internas y externas que sufrió. Aunque las autoridades de la cárcel han indicado que podría tratarse de un “suicidio inducido”, la familia no cree en esta posibilidad y ha dado argumentos de su postura.

El letrado refirió que él solicitó días atrás la medida, que el propio magistrado encabezará, si todo sigue tal como está previsto. La semana pasada “hubo audiencias –contó–. En una, se exhibió un video de una cámara de seguridad que enfoca hacia la celda donde Morales estaba al momento del incendio. También les tomaron testimonio a dos penitenciarios”.

Morales, de 25 años, estaba en un pabellón distinto a aquel en el que solía estar en forma habitual. Según explicaron sus familiares, había sido llevado allí castigado, porque presuntamente lo habían descubierto con marihuana. Levingston indicó que también quiere que indaguen sobre esa circunstancia, pues, para él, no está probado que haya tenido alguna sustancia.

En el sector al que había sido trasladado está de modo permanente otro preso, considerado de alta peligrosidad: Marcelo Reales. La particularidad es que él, al parecer, no está encerrado –como sí lo estaba Morales–, sino que puede desplazarse libremente.

Inclusive, según la información que le ha llegado al querellante, “le han permitido tener ciertos elementos, que pueden resultar peligrosos, como una pava eléctrica, por ejemplo”.

El pasado 13 de octubre, horas después de que el preso murió, el juez Cadelago Filippi brindó una conferencia de prensa, en la que refirió que el jefe del Servicio Penitenciario Provincial, Hugo Scarso, le había dicho que había separado al jefe de seguridad interna, dado que Morales “nunca debió estar en ese pabellón”, con un interno con antecedentes tan graves.

Reales carga con el asesinato de una pareja, cometido en Villa Mercedes en 2004; el homicidio de Luciano Barbero, otro preso catalogado peligroso, como él, en 2013; y también el ataque a puñaladas a otro compañero de encierro, Facundo Martín Giménez, ocurrido en 2016. Este último sobrevivió, pero estuvo al borde de la muerte.

Según expresó el magistrado en la rueda de prensa, el jefe del Penal sospecha que Reales pudo haber incurrido en una “instigación al suicidio”, facilitándole algún  elemento –un encendedor, por ejemplo– para iniciar las llamas aquel día.

“¿Qué se ve en el video que el Servicio Penitenciario le facilitó a la Justicia?”, le preguntó El Diario a Levingston. “Se ve el momento en el que empieza a salir humo de la celda, de forma cada vez más intensa”, respondió. Dijo que también aparece en escena Reales, quien en un momento pasa frente a la puerta del calabozo. “Pero él no llama de inmediato a nadie, no sale a buscar ayuda”, continuó. “La secuencia es muy breve. Debe durar menos de cinco minutos –calculó–. Recién en el minuto tres y pico va a avisarles a los guardias, que fueron a la celda, abrieron la puerta y lo sacaron a Morales. Estimo que estuvo como unos cuatro minutos y medio sin asistencia”.

Dado que la filmación disponible es muy corta, el abogado solicitará otras, que permitan reconstruir “los minutos inmediatamente anteriores y posteriores al comienzo del fuego”.

Quiere establecer si, antes de que iniciara el incendio, Reales pasó cerca de la puerta del calabozo, si se arrimó a ella y si realizó algún movimiento particular, quizás para entregarle a Morales algún objeto con el que pudiera haber comenzado el fuego.

Respecto a la declaración de los dos penitenciarios que brindaron testimonio en la Justicia días atrás, contó que lo sustancial es que hubo contradicciones. “Cuando le pregunté a uno si pudo ver si en la celda había algún encendedor, contestó que sí, que había uno junto al chico. Su compañero, en cambio, dijo que no”.

El abogado indicó que lo importante es dilucidar si hubo responsabilidad tanto por parte de los agentes –que podrían haber incumplido con sus deberes de funcionarios públicos– y también de Reales.