Juzgan a un joven por matar a otro que le dijo que su novia le era infiel

Luis “El Tatana” Sosa se sentó frente a los jueces de la Cámara Penal 1 de Villa Mercedes. Respondió las preguntas que el secretario le hizo sobre sus datos filiatorios. Y, cuando la presidente del tribunal le consultó si iba a declarar sobre el homicidio sucedido el 2 de junio de 2014, por el que lo están juzgando, le contestó que sí. Reconoció, sin vueltas, que él había matado a Carlos “El Monito” Acosta. Pero aseguró que ésa no había sido su intención. Dijo que cuando le lanzó una puñalada en el tórax sólo buscaba defenderse del joven que, a mitad de la noche, se metió en su casa con otros amigos y comenzó a arrojarle pedradas, continuando así la pelea que había empezado un rato antes, en otro domicilio, cuando Acosta le insinuó que su novia lo engañaba con otro.

El juicio contra “El Tatana” empezó el lunes, con la lectura de la requisitoria fiscal. En ella, la fiscal Norma Alessandrelli de Bataller solicitaba que el acusado sea condenado a doce años de prisión por el delito de “homicidio simple”. Indicaba, además, que no halló agravantes que adjudicarle, pero sí un atenuante:  ésta es la primera vez que comete un delito.

El debate oral continuó con la declaración de Sosa. Contó que el ataque sucedió en Doctor Domínguez 1742, en la humilde vivienda, a medio construir, del barrio Eva Perón II, donde residió los últimos cuatro meses antes del asesinato. Estaba en la cama, a punto de dormirse, todavía con el efecto del alcohol a cuestas, cuando vio que “El Monito” y un amigo, más grandote, le invadieron el dormitorio. “Lo siguieron ‘bardeando’ ahí, con unas piedras”, relató una fuente judicial.

En una reacción repentina, tomó un cuchillo. No necesitó buscarlo, el arma estaba a su alcance porque en la habitación en la que dormía también funcionaba su cocina. “Cerré los ojos y le tiré un puntazo”, les dijo el acusado a los jueces.

Los testigos que declararon después confirmaron que “El Tatana” había acuchillado a “El Monito”. Relataron que el problema se originó un rato antes, en un domicilio del pasaje 5, a la vuelta de donde residía Sosa.

Allí se habían juntado a beber, entre otros, “El Taka" Torres, "El Pablito" Fantagossi, "El Mati" Lucero, Luciano Fierro, "El Pato" Medina y "El Monito”. Un rato después llegaron Marcelo Figueroa, Nicolás Respighi y Mayra Fantagossi, la novia del homicida.

Muchos de los testigos coincidieron en que a la víctima de 24 años le gustaba hacer bromas. En medio de la juntada deslizó una que no le cayó bien al último en sumarse a la reunión, “El Tatana”. “Le dio a entender que su novia le era infiel”, dijo la fuente. Empezó así una discusión entre Sosa, un hermano de Mayra y Acosta.

“El grupo, entonces, lo quiso echar a ‘El Tatana”, dijo. Como consideraban que el acusado no era del barrio, porque hacía poco se había instalado en una construcción abandonada, le gritaban: “Éste viene a hacer quilombo acá y ni siquiera es del barrio”. “Mayra se llevó a Sosa a su casa. Pero los otros ya estaban muy alterados y lo fueron a buscar”, resumió el informante.

De los veinte testigos que estaban citados para el juicio sólo restaba que declarara uno: Pablo Fantagossi. Lo iba a hacer ayer y, al finalizar su testimonio, tendrían lugar los alegatos. Pero la audiencia fue suspendida, porque el fiscal Néstor Lucero sufrió una indisposición, informó el secretario de Cámara, Guillermo Luoni. El debate continuará el lunes.