Depresión: un trastorno mental en aumento

Hoy se celebra el Día Mundial de la Salud para conmemorar el aniversario de la fundación de la Organización Mundial de la Salud(OMS). Este año, eligieron el lema "Hablemos de depresión" porque afecta a personas de todas las edades, condiciones sociales y de todos los países. Es una patología que va en aumento, aflige más a las mujeres y, en el peor de los casos, puede provocar el suicidio, que actualmente es la segunda causa de muerte entre las personas de 15 a 29 años. Por eso, al colocarlo en la agenda de prioridades contribuye a terminar con la estigmatización de quien la tiene y a considerarla una enfermedad.

"Hablemos de depresión"

"La OMS nos pone hoy a hablar de depresión por varios motivos. Para terminar con la estigmatización que trae el padecer una patología psiquiátrica, para que las personas en general piensen la depresión como enfermedad, y así busquen ayuda de forma temprana, ya que actualmente es una patología de diagnóstico tardío, ya sea porque el paciente se demoró en realizar la consulta, porque creyó que era cansancio, debilidad u otra cosa o porque se subdiagnosticaba al manifestar más síntomas somáticos que psíquicos", remarcó Analía Moreno, logoterapeuta e integrante del servicio de psiquiatría del Hospital Escuela De Salud Mental de San Luis.

Algunas cifras

La depresión es una patología que va en aumento constante. Según las últimas estimaciones de la OMS más de 300 millones de personas en el mundo viven con depresión, un incremento de más del 18% entre 2005 y 2015. En  América, cerca de 50 millones vivían con depresión en 2015, alrededor del 5% de la población.

¿Qué es?

La depresión es el trastorno mental que más afecta a la población general en el mundo y es uno de los cuadros psiquiátricos más comunes. "Es un síndrome compuesto por signos y síntomas promovidos por múltiples causas que produce en  la persona diferentes grados de sufrimiento psíquico y deterioro en lo personal, social y laboral", explicó Moreno. La enfermedad es distinta de las variaciones habituales del estado de ánimo y de las respuestas emocionales breves a los problemas de la vida cotidiana. Puede convertirse en un problema de salud serio, especialmente cuando es de larga duración e intensidad moderada a grave. En los casos más extremos puede llevar al suicidio. Según cifras de la OMS cada año se quitan la vida cerca de 800 mil personas en el mundo.

Tipos y síntomas

Dependiendo del número y de la intensidad de los síntomas, los episodios depresivos pueden clasificarse como leves, moderados o graves. Una distinción fundamental es la establecida entre la depresión en personas con y sin antecedentes de episodios maníacos. Ambos tipos de depresión pueden ser crónicos y recidivantes, especialmente cuando no se tratan. Moreno señaló que los síntomas más característicos son: humor deprimido (tristeza profunda) la mayor parte del día, casi todo los días; pérdida  de peso; apetito; de placer o interés por las tareas habituales; insomnio o hipersomnia; agitación o enlentecimiento; fatiga; sentimiento de inutilidad; autorreproche, culpas excesivas o inapropiadas; disminución de la capacidad de pensar o concentrarse, del deseo sexual e ideas recurrentes de muerte o suicidio.

Tratamientos

Moreno indicó que el tratamiento debe ser psicológico, ya sea terapia individual o grupal, psiquiátrico y psicofarmacológico, siempre adecuándolo a las características de cada persona. "Muchas veces también ayuda para una recuperación más rápida  que la familia o la pareja haga tratamiento psicológico además de acompañar al paciente", sostuvo.

Prevención

Según los especialistas, hay relaciones entre la depresión y la salud física. Por ejemplo, las enfermedades cardiovasculares pueden producir depresión y viceversa. Está demostrado que los programas de prevención la reducen. Entre las estrategias comunitarias eficaces para prevenirla se encuentran los programas escolares para promover un modelo de pensamiento positivo entre los niños y adolescentes y de ejercicios para los adultos mayores. Las intervenciones dirigidas a los padres de niños con problemas de conducta pueden reducir los síntomas depresivos de los padres y mejorar los resultados de sus hijos.